La Hermandad Obrera de Acción Católica de Córdoba (HOAC), como comunidad eclesial que quiere vivir comprometida en las realidades más sufrientes y vulnerables del mundo del trabajo, celebró un taller el pasado sábado que, bajo el lema de “Precariedad Laboral y Vital” congregó a un buen grupo de militantes, simpatizantes y personas cercanas para, a partir de un estudio sobre el empleo y la realidad del mundo del trabajo en la provincia de Córdoba, elaborado por el Secretariado Diocesano de Pastoral del Trabajo, realizar un análisis y discernimiento sobre la precariedad laboral en el mercado de trabajo cordobés.
El taller, enmarcado en la campaña bienal “Cuidar el trabajo, cuidar la vida” en la que está embarcada la HOAC, tuvo su punto de partida en las intervenciones de las personas asistentes en torno a situaciones reales vividas por ellas en el trabajo: largas jornadas, bajos salarios, pérdida de derechos, contratos temporales, economía sumergida, brecha de género, enfermedad y siniestralidad, escasa formación, bajas pensiones, desempleo, etc., se realizó un análisis de los principales problemas por los que atraviesa en la actualidad el empleo en la provincia de Córdoba.
Entre ellos destacaron: el pequeño tamaño de nuestras empresas (El 74% de ellas no superan los 5 trabajadores y el 94% los 10), la alta dependencia del turismo y del sector agroganadero (más del 85%), la estacionalidad de la contratación, la movilidad geográfica (salen más personas trabajadoras de las que entran), una tasa de paro superior al 15%, el sexto salario medio anualmás bajo de España (5.313€ menos), una alta siniestralidad laboral con 26 accidentes diarios, 7 graves cada mes y 17 muertes en 2023…
A continuación, vimos que la principal causa de esta realidad de precariedad, esun sistema que concibe y organiza el trabajo humano desde la lógica economicistaque necesita condiciones indignas de empleo para obtener beneficios, dejando al margen las necesidades de las personas y el cuidado de la vida (que se entienden como un coste que limita el beneficio privado). Consideramos que se ha producido una perversión del sentido del trabajo que ha pasado a ser solo una manera de obtener dinero para el consumo en lugar de una capacidad humana destinada a la propia realización personal y a realizar una aportación para la vida social.
El resultado de todo ello es una vida precaria que se inicia en el fracaso escolar, continúa con la dificultad de acceso a la vivienda y a la independencia y termina en la pobreza, la exclusión laboral y social y el descarte de personas, entre ellas, las personas migrantes. «Los pobres […] aparecen en muchos casos como resultado de la violación del trabajo humano; bien sea porque se limitan las posibilidades del trabajo —es decir, por la plaga del desempleo—, bien porque se desprecian el trabajo y los derechos que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y de su familia» (Juan Pablo II, Laborem exercens 8).
En el discernimiento posterior, constatamos como, detrás de esta manera de concebir el trabajo, subyace un modo de entender a la persona trabajadora, una antropología basada en un individuo exclusivamente racional y egoísta, centrado en su interés personal, profundamente individualista y nada empático. Esta visión del ser humano choca frontalmente con el humanismo cristiano que, ante el impulso vital de seguridad, reconocimiento y disfrute no recurre al ganar, gastar y gozar, sino a la comunión, el servicio y la realización personal.
Por último, realizamos una dinámica en la que cada persona asumió un compromiso personaly, entre todas propusimos una serie de compromisos colectivos, entre ellos el de continuar con este tipo de taller participativo y abierto.
Finalizamos con una comida compartida, expresión de un taller que ha servido no solo para analizar y discernir, sino también para encontrarnos y convivir.
Esperamos que sea uno de muchos y que aporte vida a nuestra fe.
Preparado y convocado por el sector de precariedad y flexibilidad de la HOAC de Córdoba, con este taller que se enmarca en la campaña bienal de la HOAC “Cuidar el trabajo y cuidar la vida” se pretende:
– Realizar una mirada colectiva sobre cuál es la realidad del trabajo humano en este momento y en la realidad de Córdoba de la que formamos parte.
– Preguntarnos por qué pasa esto, cuáles son sus causas.
– Conocer qué se plantea desde el humanismo y desde la fe cristiana (Doctrina Social de la Iglesia)
– Compartir qué podemos hacer juntas las personas trabajadoras, nosotros y nosotras desde nuestra fe en Jesucristo, para afrontar esa precariedad y cuidar el trabajo y cuidar nuestras vidas.
– Encontrarnos, en definitiva, para analizar, discernir y actuar, pero también para conocernos y celebrar.
Lo hemos llamado taller y no charla porque queremos que las personas participantes lo hagan de manera activa. Sean artífices de la situación que viven, se pregunten qué problemas fundamentales tienen y cuáles son las causas que los provocan, cómo les afecta, qué aportan los humanismos y la fe cristiana y qué podemos hacer unidas las personas para afrontarlos.
El taller va destinado a toda la militancia hoacista, sus amigos y conocidos (simpatizantes), así como a personas de otros movimientos cercanos, equipos parroquiales de pastoral obrera (EPPO) de la diócesis de Córdoba y a todas aquellas personas inquietas que quieran acompañarnos y compartir con nosotras y nosotros este momento
Tendrá lugar el sábado 16 de noviembre de 10 a 14 horasen el local de la parroquia de Ntra. Sra. de Linares del barrio de la Fuensanta. Terminaremos con una comida compartida
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), comprometida en las realidades del mundo obrero sufriente, vemos como en nuestros barrios y pueblos crece el número de personas descartadas, olvidadas, marginadas, sin trabajo, sin vivienda, sin derechos… Muchas de estas situaciones tienen su origen en el descuido de la vida y del trabajo.
Somos una comunidad que lucha por la dignidad del trabajo y el trabajo digno en la convicción de que muchas de las situaciones de precariedad e injusticia que conducen sin remedio a la pobreza tienen que ver con eltrabajo, con las malas condiciones en las que este se realiza o con su ausencia... Dice el papa Francisco que “el gran tema es el trabajo” (Fratelli tutti, 162), san Juan Pablo II afirmaba que “el trabajo es la clave esencial de toda la cuestión social” (Laborem exercens, 3).
Desde esta perspectiva, respondiendo a la llamada del Papa a responsabilizarnos del cuidado de los otros, y teniendo como reto la defensa del bien común, desde la HOAC consideramos decisivocuidar el trabajo y cuidar la vida. Queremos anunciar que el trabajo decente es el elemento fundamental para la realización de la dignidad humana y denunciar la injusticia de la precariedad, el desempleo, la desigualdad, el empobrecimiento o la inseguridad y la explotación laboral; y también queremos orar y celebrar la vida desde la certeza de que nadie está excluido del amor de Dios ya que todos somos pobres y necesitados.
Ese es el empeño sobre el que queremos dialogar y encontrarnos junto con otros hermanos y hermanas para ir generando vínculos de fraternidad. Por eso, la HOAC, fiel a la llamada del Papa Francisco en esta VIII Jornada Mundial de los Pobres,queremos invitarte a los actos que, con motivo de su celebración, hemos organizado en Córdoba:
– Miércoles 13 de noviembre10:30rueda de prensa en el templete del Bulevar Gran Capitán.
– Jueves 14 de noviembre19:00 Mesa Redonda“VOCES QUE CLAMAN JUSTICIA” (Salón de Actos de Cáritas Diocesana, c/Pérez de Castro n.º 4).
Terminamos haciendo nuestras las palabras del Papa en su mensaje: “los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios de tal manera que ante su sufrimiento Dios está “impaciente” hasta no haberles hecho justicia…”
LaHermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Córdoba, movimiento eclesial, especializado en el Mundo del Trabajo formado por mujeres y hombres que dedican su vida a fomentar en ese mundo desfavorecido, los valores del Evangelio, celebró el sábado 9 de noviembre en la parroquia de Santa Rafaela María del Sagrado Corazón de Jesús su asamblea de inicio de curso
En ella, se aprobó un plan de extensión e iniciación a la HOAC para la diócesis de Córdoba que contempla asumir esa tarea de manera comunitaria como cauce para que el mundo del trabajo vaya conociendo a Jesucristo.
En el seno de la Eucaristía se vivió un momento especialmente intenso y emocionante, cuando la HOAC de Córdoba en pleno acogió a siete nuevas y nuevos militantes procedentes de la Juventud Obrera Cristiana (JOC).
En el casi año y medio que ha durado el proceso de iniciación hemos tenido el privilegio de compartir formación, espiritualidad y compromiso con estas personas que han mostrado su intención de querer construir y vivir su vida al servicio de la evangelización del mundo obrero y del trabajo desde la Iglesia, a través de la HOAC.
Estamos convencidos que este joven equipo representará un avance y crecimiento de la HOAC de Córdoba para hacerla más cercana al mundo del trabajo más joven y precario.
Dicen que la primera impresión es la que vale. Y es verdad. Suele ser así. Pero no siempre. En ocasiones, el envoltorio de una situación concreta, o, por ejemplo, de una persona, nos envía un primer mensaje que distorsiona lo que hay bajo su piel, bajo su ropaje… que nos oculta lo que la historia de esa persona ha hecho de ella. Hay veces que no puedes imaginar siquiera las vicisitudes de alguien sólo con ver cómo habla, cómo saluda, cómo viste o cómo se mueve. Lo primero que Teresa nos hacía llegar, el primer mensaje de su lenguaje corporal para quien tuviera la suerte de conocerla, era la de una abuelita jovial… como tantas. Buena gente… entrañable. De esas clásicas abuelas expertas en hacer punto, leer revistas del corazón, creyentes a la manera más clásica posible y dedicadas toda su vida a cuidar de su casa… de su familia… y nada más. No puede ser más engañosa esa primera impresión. Porque Teresa, sí, era una abuela de categoría. Pero su historia personal nos habla de muchas cosas que no tienen nada que ver con una vida apacible, doméstica, dedicada a su hogar y nada más. La historia de Teresa nos habla de un camino de lucha por la justicia. O mejor dicho… Teresa nos habla, a través de su historia, de cómo vivir persiguiendo un gran ideal de justicia. Esa es la abuelita que te sonreía tras sus gafas de aumento. Teresa nos habla a través de su historia de militancia honda y a tumba abierta, en la izquierda política y social. Nos habla a través de su fidelidad a la clase obrera y del compromiso con su causa. Nos habla de las vicisitudes para vivir desde esa convicción, siendo emigrante en Francia. Nos habla, en definitiva, de la fuerza moral de quien lucha por la justicia incluso en tiempos de clandestinidad. Teresa nos da una gran lección de vida a través de su historia de cuidado de su familia. En especial de su marido. Una persona que necesitó mucha ayuda, mucha aceptación de su realidad. Una persona que recibió toda la fuerza y el cariño de Teresa… Una persona que también la ayudó a ser quien fue. Teresa, también nos interpela a través de su historia de conversión. De su camino desde el comunismo más revolucionario, al cristianismo más comprometido. Una militante obrera que gracias a los cursillos de cristiandad descubre que Jesús de Nazaret ya trabajó, hace dos mil años, por la justicia social, por poner a las personas empobrecidas en el centro de la vida, en el centro. Teresa, nos da una lección de vida a través de su militancia en la HOAC. Humilde, sencilla, dócil al mensaje de Jesús, en comunión con el núcleo duro de cualquier Evangelio: el amor. El amor más omnímodo posible. Y la opción por los pobres… por las pobres. El trabajo por la justicia siempre desde el amor a la persona… y junto a ella. Teresa no era sólo una abuelita simpática y entrañable. Era eso… y mucho más… muchísimo más. Y las gentes que damos vida a la HOAC de Córdoba sentimos el grandísimo agradecimiento de haberla disfrutado en la última etapa de su vida. Teresa, hermana. La HOAC cambió cuando tú llegaste a ella. Y no volverá a ser la misma ahora que te has marchado. Seguimos en comunión contigo. Porque, de otra manera, sigues en nuestra comunidad.
El jueves 9 de mayo a las 19 horas, en el Centro Cultural San Hipólito, calle Vicente Goicoechea, 5, de Córdoba, se realizará la presentación del libro Caminar juntas y juntos. Soñar la Iglesia, vivir la misión, una obra coral que representa un paso significativo hacia la comprensión y el avance de la sinodalidad en la Iglesia católica.
Convocado por la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de la diócesis de Córdoba, el acto público, presentado y moderado por Manuel Humanes López, contará con la participación de:
— Pablo A. Genovés Azpeitia, autor del capítulo V. Misión evangelizadora y sinodalidad. El compromiso social.
— Maru Megina Navarro, presidenta de la HOAC, que expondrá la reflexión, contribución y participación de este movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos en el proceso sinodal.
La sinodalidad es un tema central en la Iglesia, y este libro profundiza en él a través de la perspectiva de Maru Megina Navarro, Carme Soto Varela, Jesús Martínez Gordo, Carmen Picó Guzmán, María Luisa Berzosa González, Pablo A. Genovés Azpeitia, Fernando Díaz Abajo, Silvia Martínez Cano y Paula Depalma.
Caminar juntas y juntos. Soñar la Iglesia, vivir la misión (Ed. HOAC, 2023) es una referencia esencial para entender e interpretar, con mayor claridad, el momento en que se encuentra la Iglesia, pero también para aportar importantes matices en la reflexión sobre este tema y ampliar el horizonte a la hora de atrevernos a soñar en la Iglesia del siglo XXI.
La experiencia de un sínodo sobre la sinodalidad ha abierto un proceso, como gusta de decir a Francisco, hacia una Iglesia que camina junta en misión. La aportación coral que realizan los autores y las autoras subrayan la necesidad de una Iglesia inclusiva, con mayor protagonismo del pueblo de Dios y la participación de las mujeres en la toma de decisiones y la misión.
En sus páginas, se plantean varias prioridades, como la centralidad de las personas empobrecidas en la vida y misión de la Iglesia, la reforma sinodal del procedimiento de nombramiento de obispos, la participación del laicado en los acuerdos eclesiales y la reforma litúrgica para una mayor participación del pueblo de Dios.
Cada dos años, la HOAC desarrolla una campaña que, por un lado nos visibiliza como comunidad obrera cristiana y, por otro, a nuestro compromiso en la lucha por la dignidad del trabajo y el trabajo digno.
La campaña pretende generar espacios de comunióncon laspersonas y en nuestrosambientes, y quiere hacerlo desde el encuentro con otras personas, grupos y organizaciones (sociales y eclesiales), donde poder reflexionar y dialogar sobre las situaciones que viven las y los trabajadores y sus familias, para conocer mejor lo que les pasa y por qué.
Generando vínculos, pues las relaciones van tejiendo redes de solidaridad, colaboración, comunicación e información.
Desarrollando procesos sociales y de fraternidad que acompañen la vida obrera, que contribuyan a un cambio de mentalidad, que supongan la búsqueda de alternativas para otra forma de concebir el trabajo y de configurar a la persona y a la sociedad.
Anunciando que eltrabajo decente es el elemento fundamental para la realización de la dignidad humana y que la economía debe estar al servicio de la persona.
Denunciando la injusticia de la precariedad, el desempleo, la desigualdad, el empobrecimiento, la inseguridad y la explotación laboral.
Celebrando la vida, los pasos que vayamos dando en la construcción de una sociedad más humana, justa e igualitaria, donde el valor supremo sea la dignidad de la persona y el trabajo expresión de amor y cuidado; celebrando nuestro compromiso y el de muchas otras personas con las más vulnerables y empobrecidas del mundo obrero; y nuestra opción por seguir a Jesucristo.
Este bienio, bajo el lema «Cuidar el trabajo, cuidar la vida», queremos incidir en el trabajo desde la perspectiva del bien común, que significa:
— La promoción de cada persona y de cada comunidad, en igualdad y justicia, respetando sus derechos y vocación.
— El bienestar y desarrollo social, facilitando a cada persona su progreso material, cultural y espiritual.
— La opción preferencial por las personas empobrecidas, fomentando su participación en la vida de la comunidad.
— La estabilidad y seguridad de las personas en el lugar de trabajo.
— La sostenibilidad desde el cuidado por la vida y la naturaleza, respetando la casa común.
Cuidar el trabajo es cuidar de todas aquellas condiciones, internas o externas, que hagan posible que se realice con dignidad.
Para acceder a nuestras reflexiones, artículos, díptico, publicaciones, redes sociales y material gráfico sobre la campaña puedes hacer click en el siguiente enlace: https://www.hoac.es/cuidareltrabajocuidarlavida
LaHOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) de Córdoba (movimiento eclesial, especializado en el Mundo del Trabajo formado por mujeres y hombres que dedican su vida a fomentar los valores del Evangelio en las personas más desfavorecidas del Mundo Obrero), se suma a la celebración del 28 de abril y ha organizado una concentración/gesto público el día 26 de abril a las 20 horas en el Bulevar Gran Capitán.
Nos unimos así, a la OIT que desde hace 21 años conmemora el 28 de abril como Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Una efeméride que nos recuerda que no hay trabajo decente si no es saludable, si no busca mantener el máximo estado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores y las trabajadoras.
A pesar de los avances que indudablemente se han producido en materia de prevención de riesgos laborales, lo cierto es que nos seguimos despertando en nuestro país con la muerte de casi dos personas trabajadoras y con 13 accidentes graves diarios.
A lo anterior hay que sumar la enorme cantidad de personas que ven su salud mermada a lo largo de su vida laboral, con la dificultad añadida de tener que demostrar que el trabajo es la causa o el agravamiento de su enfermedad.
Sin embargo, todo esto permanece sepultado bajo un silencio ensordecedor que mantiene en el imaginario colectivo la idea de que el accidente llega de la mano de la imprudencia y que es un asunto individual, exclusivo de quien sufre el accidente, cuando es un problema social y como tal, político, consecuencia de las relaciones laborales injustas, que priorizan el rendimiento económico por encima de la persona.
Sin salud laboral no puede existir el reconocimiento y la promoción de la dignidad de la persona en el trabajo. Por eso, es necesario y urgente implantar los cuidados en las relaciones laboralesporque cuidando el trabajo estamos cuidando la vida de las personas trabajadoras. “Cuidar el Trabajo, Cuidar la Vida”, como dice nuestra campaña en este bienio, será la clave para avanzar en humanidad, para comprobar si la sociedad que estamos construyendo está a la altura de la dignidad del ser humano y si ello ocupa el centro de nuestra acción política.
Por eso, es imprescindible que la siniestralidad y la salud laboral se hagan visibles en la sociedad, aparezcan en las agendas políticas y que todos los agentes sociales se impliquen en su eliminación.
Los días 9 y 10 de marzo, como cada año, la Hermandad Obrera de Acción Católica de Córdoba (HOAC) celebramos nuestras jornadas de espiritualidad en el marco de la Cuaresma. Tendrán lugar en la Institución Teresiana, en la Plaza de la Concha de de la capital cordobesa.
Para dinamizar este retiro contaremos con la presencia del consiliario diocesano de la HOAC de Segorbe-Castellón, Alvar Miralles.
Esperamos que estos días de retiro nos permitan vivir la Cuaresma como camino de conversión, a la que nos invita el Papa Francisco en su mensaje de este año: “Es tiempo de conversión, tiempo de libertad. (…) Es tiempo de actuar, y en Cuaresma actuar es también detenerse. Detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. (…) Desacelerar y detenerse. La dimensión contemplativa de la vida, que la Cuaresma nos hará redescubrir, movilizará nuevas energías, (…) que laCuaresma sea también un tiempo de decisiones comunitarias, de pequeñas y grandes decisiones a contracorriente, capaces de cambiar la cotidianeidad de las personas y la vida de un barrio: los hábitos de compra, el cuidado de la creación, la inclusión de los invisibles o los despreciados. (…) Busquen y arriesguen. (…) Es la valentía de la conversión, de salir de la esclavitud”
Estaremos encantados de compartir estos días con vosotras y vosotros.
Por el aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa y Tomás Malagón
El martes 27 de febrero a las 20 horas, presidida por el Vicario General de la Diócesis de Córdoba D. Jesús Daniel Alonso Porras, celebraremos en la parroquia del San Nicolás de la Villa, la Eucaristía por el 60 aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa, promotor y primer militante de la HOAC y el 40 del Consiliario y teólogo de la HOAC D. Tomás Malagón.
En ella queremos mostrar nuestro agradecimiento por sus vidas entregadas, en respuesta a su experiencia del amor de Dios, al servicio del mundo del trabajo. Ambos fueron esenciales en el nacimiento y desarrollo de la HOAC como movimiento apostólico de Acción Católica para llevar la buena noticia del evangelio a las periferias del mundo obrero empobrecido y ambas vidas han sido referencia y modelo para un sinfín de militantes obreros cristianos.
En momentos como este, en los que persiste una gran vulnerabilidad en el mundo del trabajo, queremos manifestar en palabras del mismo Guillermo, que “ahora más que nunca” necesitamos personas en la Iglesia y en el mundo, que como Rovirosa y Malagón sean capaces de acompañar la vida de las personas, de caminar con ellas, de dar a luz otra manera de ser, de sentir, de pensar y de ir construyendo esa sociedad justa, humana y fraterna tan necesaria.
Una buena manera de celebrar su memoria sería comprometernos nosotros y nosotras en la búsqueda del Reino de Dios y su justicia a la que ellos dedicaron sus vidas.
El jueves 22 de febrero de 2024 tendrán lugar en el salón de actos del obispado de la capital cordobesa, las XVII Jornadas diocesanas de Pastoral del Trabajo bajo el título: «La transversalidad del trabajo humano en las pastorales sociales de la Iglesia«.
Estas jornadas pretenden profundizar en la importancia fundamental que tiene el trabajo para la vida personal, familiar y social y, al mismo tiempo, discernir y coordinar la respuesta pastoral que damos a la realidad del trabajo humano desde las diversas pastorales de nuestra Iglesia.
Las jornadas, que serán inauguradas por nuestro Obispo D. Demetrio Fernández González, pretenden ser todo un ejercicio práctico de Iglesia sinodal en salida.
Para ello contaremos con la participación de:
D. Darío Reina Giménez, delegado diocesano de Familia y Vida.
D. Juan Diego Recio Moreno, director del Secretariado de Pastoral de la Salud.
Dª Ana Belén Espinar Martín, coordinadora del programa de empleo de Cáritas diocesana.
D. Manuel Vida Ruiz, delegado diocesano de Migraciones.
Por este motivo, el Secretariado de Pastoral del Trabajo de la diócesis de Córdoba, os invita a participar en ellas personalmente y, también, a vuestras comunidades, delegaciones, parroquias y movimientos.
El miércoles 7 febrero, los miembros de la renovada Comisión Diocesana de la HOAC de Córdoba compuesta por: Rafael Herenas Espartero (Consiliario), Soledad Crespo Rueda (Presidenta), y los responsables de Animación al Compromiso: Andrés Sánchez Munzón, de Difusión: Antonio Alias Navarro, de Formación: Juana María González Tenor y de Organización y Vida Comunitaria: Mari Carmen Cantero López, mantuvieron una reunión con D. Demetrio Fernández González, obispo de nuestra diócesis. En dicha reunión le transmitimos los aspectos fundamentales de la vida de comunión, espiritualidad, formación y compromiso de la HOAC y sus militantes y le presentamos la planificación del trabajo de nuestro movimiento para el bienio 2023/25 en nuestra diócesis, que emana de los acuerdos de nuestra XIV Asamblea General celebrada el pasado verano, y cuyas prioridades estarán presididas por una triple necesidad para nuestra militancia:
Necesitamos sentir con Cristo, salir de nuestro entorno conocido, encontrarnos, llegar a las periferias acompañando procesos… y esto hacerlo con entusiasmo, viviendo la comunión, posibilitando el encuentro vital con Cristo, con su vida y su mensaje liberador.
Necesitamos, también, sentir con la Iglesia. Vivir nuestra singularidad eclesial de ser Acción Católica para la Pastoral Obrera y del Trabajo. ¡Ahora más que nunca! Y hacerlo en una sociedad que reclama personas y comunidades capaces de tender puentes, que acerquen mundos y acorten distancias para construir el futuro, ese que sueña Dios, siendo esperanza para los otros.
Y lógicamente necesitamos sentir con el Mundo Obrero. Desde la encarnación y la experiencia actual e histórica de la HOAC, avanzando en la especialización de nuestro compromiso personal y comunitario que nos permitan seguir tendiendo vínculos de fraternidad.
Terminamos la reunión sintiéndonos queridos, arropados y enviados por nuestro obispo para continuar haciendo presente a Jesús y a su Iglesia en el mundo obrero y del trabajo.
el CURSILLO de HISTORIA del TRABAJO y del MOVIMIENTO OBRERO
El cursillo tiene como objetivos:
Ayudar a comprender qué ha ocurrido con el trabajo en nuestra sociedad capitalista (o, mejor, qué ha ocurrido con las personas trabajadoras). Para ello efectúa un recorrido por lo que ha supuesto la gran transformación capitalista de la sociedad y la nueva forma de entender el trabajo.
Ayudar también a conocer y comprender cómo el movimiento obrero ha intentado responder a esa situación, construyendo justicia y humanidad. Por eso es también un cursillo de historia del movimiento obrero.
Pero no miramos la historia por sí misma. La miramos, ante todo, para comprender mejor:
Qué nos ha pasado, cómo y por qué, en el mundo obrero y del trabajo.
Los desafíos a los que hoy y de cara al futuro nos enfrentamos para humanizar este mundo (desarrollar una nueva cultura del trabajo)
Las interpelaciones que recibimos desde el humanismo y desde la fe en esa realidad
Con motivo de la celebración del DÍA DE LA SAGRADA FAMILIA, queremos ofrecer nuestra reflexión sobre la necesidad de que el trabajo sea un trabajo digno y con derechos, para que las familias obreras puedan vivir y realizar su misión de cuidar y acompañar la vida humana.
Nos sobrecoge ver que varios millones de familias tienen a todos sus miembros en paro, que otras muchas, aunque tengan algún trabajo, es tan precario, que no garantiza cubrir las necesidades básicas. Que muchas, demasiadas personas y familias han perdido sus hogares, que no pueden pagar los servicios básicos de luz, agua… Que han pasado de la pobreza extrema a la marginalidad y la exclusión.
La persistencia de esta realidad se convierte cada día más, en una profunda crítica y denuncia de la perversión en el funcionamiento de nuestras sociedades. Cuando los intereses del capital fuerzan la maquinaría de la precariedad y la exclusión, no solo se pierden puestos de trabajo y se producen situaciones clamorosas de injusticia, sino que, como sociedad, perdemos mucho más. El papa Francisco subraya que no podemos obviar que “la disminución de los puestos de trabajo y la precariedad laboral, tienen también un impacto negativo en el plano económico por el progresivo desgaste del capital social, es decir, del conjunto relaciones de confianza fiabilidad y respeto de las normas, que son indispensables en toda convivencia civil” (LS 128) También en la convivencia familiar.
Estamos viendo cómo las familias obreras, especialmente las más empobrecidas, son las víctimas de una organización de la sociedad que no tiene al ser humano como prioridad. El no reconocimiento de sus derechos sociales y su empobrecimiento suponen un fracaso de la política y la negación práctica de Dios. Esto nos lleva a afirmar que: El sistema productivo cuyo objetivo principal y prioritario, es la obtención del máximo beneficio, es el máximo oponente de la experiencia y vivencia de la vida familiar.
Para el papa Francisco el trabajo tiene que incorporar la dimensión del cuidado: “Un trabajo que no cuida, que destruye la creación, que pone en peligro la supervivencia de las generaciones, no es respetuoso con la dignidad de los trabajadores y no puede considerarse decente”
Él nos pide “crear una nueva mentalidad que piense en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos”
En su encíclica “Fratelli tutti”, nos dice: “En primer lugar me dirijo a las familias, llamadas a una misión educativa primaria e imprescindible. Ellas constituyen el primer lugar en el que se viven y se transmiten los valores del amor y de la fraternidad, de la convivencia y del compartir, de la atención y del cuidado del otro…”
La situación actual nos plantea un reto. La HOAC y sus militantes, desde nuestra identidad obrera y cristiana, además de la denuncia y la reivindicación pretendemos, con nuestras reflexiones y gestos, un cambio de mentalidad de quienes ven lógico que la familia esté supeditada a las necesidades de producción y promovemos experiencias de comunión con las familias más empobrecidas.
Como cada seis años (en esta ocasión, han sido ocho debido a la pandemia) este mes de agosto se celebrará la Asamblea General de la HOAC que tendrá lugar del 12 al 15 de agosto de 2023 en Segovia con el lema Tendiendo puentes, derribando muros. Iglesia en el mundo obrero tejiendo vínculos de fraternidad.
La asamblea general es un acontecimiento especialmente relevante para la vida de la HOAC y de la Iglesia. Constituye una oportunidad única de encuentro y convivencia, para las 700 personas militantes de la HOAC, procedentes de 41 diócesis del país. De la diócesis de Córdoba asistiremos 58 personas entre militantes, invitados, militantes en iniciación y simpatizantes.
La asamblea abordará los diálogos y la toma de decisiones sobre los desafíos, prioridadesy propuestas, para los próximos seis años, a partir de una mirada creyente de la realidad, de la experiencia del compromiso de los militantes y de los retos que como Iglesia tiene, en un mundo con enormes fracturas sociales, desigualdades e injusticias que afectan singularmente al mundo obrero y del trabajo, donde sigue siendo esencial ser testigo e impulsor del proyecto de humanización que propone Jesucristo.
Está prevista la asistencia de arzobispos, obispos y responsables de movimientos eclesiales del país y de ámbito internacional.
De lo dialogado y aprobado en la asamblea dependerá toda la acción y la vida de la HOAC en los próximos seis años.
Por su importancia e interés, reproducimos abajo el articulo elaborado por el escritor e historiador José Cobos Ruiz de Adana sobre la HOAC y su XIV Asamblea General publicado en Diario Córdoba.
Con este lema, la HOAC de Córdoba celebrará su día el próximo sábado 10 de junio.
Es un día para unir sinergias que humanicen nuestras relaciones, tiendan puentes y derriben los muros que faciliten la construcción de una nueva sociedad de la fraternidad y de los cuidados en la que prime el bien común.
Lo celebraremos en la casa de cursillos de cristiandad San Pablo con el siguiente desarrollo:
10;30 ponencia“Tejer vínculos de fraternidad con el mundo obrero empobrecido”a cargo de José Luís Molina García militante de la HOAC.
12:00 Descanso (café y convivencia).
13:00 Celebración de la eucaristía.
14:00 Convivencia y comida compartida.
Estáis todas y todos invitados a compartir con nosotras y nosotros este día.
La HOAC de Córdoba organiza un acto público el 28 de abril, Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, para denunciar que la siniestralidad laboral «No es mala suerte, es precariedad». Será en el bulevar del Gran Capitán a las 20:00
Este año se cumple el vigésimo aniversario en el que la OIT se incorporó a la conmemoración del 28 de abril como Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Una efeméride que nos recuerda que no hay trabajo decente si no es saludable, si no busca mantener el máximo estado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores y las trabajadoras.
A pesar de los avances que indudablemente se han producido en materia de prevención de riesgos laborales, lo cierto es que nos seguimos despertando con la muerte de un trabajador/a casi diariamente.
Además de lo anterior, hay muchas personas que ven su salud mermada a lo largo de su vida laboral, con la dificultad añadida de que es muy difícil que se reconozca que el trabajo es la causa.
Sin embargo, todo esto permanece sepultado bajo un silencio ensordecedor que mantiene en el imaginario colectivo la idea de que el accidente llega de la mano de la imprudencia que hace ver este problema como un asunto individual, exclusivo de quien sufre el accidente. Cuando es un problema social y como tal, político, consecuencia de las relaciones laborales injustas, que priorizan el rendimiento económico por encima de la persona.
Por esto es imprescindible que la siniestralidad y salud laboral se hagan visibles en la sociedad, aparezcan en las agendas políticas y que todos los agentes sociales se impliquen en vencer la pandemia de la siniestralidad laboral.
La Hermandad Obrera de Acción Católica de Córdoba (HOAC) ha organizado unas jornadas con motivo del 59 aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa Albert, primer militante y promotor de la HOAC, actualmente en proceso de canonización.
Las jornadas consistieron en una conferencia que tuvo lugar el día 24 de febrero en el salón de actos del obispado a cargo de Basilisa López García militante de la HOAC de Murcia, historiadora y encargada de la biografía de Guillermo Rovirosa Albert en el proceso de canonización. Fue presidida por nuestro obispo D. Demetrio y asistieron unas 50 personas.
La otra actividad de las Jornadas consistió en la celebración de una eucaristía de acción de gracias en su memoria, el día 27 en la parroquia de S. Miguel presidida por D. Antonio Prieto, Vicario General de la Diócesis de Córdoba
Reproducimos aquí una serie de ocho vídeos por temas, que sintetizan lo más importante de la presentación del libro «Salir mejores. Una hoja de ruta de emergencia» de Ediciones HOAC que, organizada por la HOAC de Córdoba, tuvo lugar en la casa ciudadana el día 10 de octubre.
El libro intenta poner las “luces largas” tratando de identificar algunas tendencias de fondo que están en el marco de esa “nueva normalidad” para ayudar a repensar juntos el futuro que queremos de nuestra casa y proyecto común.
La HOAC de Córdoba convoca un acto público para presentar el libroSalir mejores. Una hoja de ruta de emergencia, (Ediciones HOAC, 2022). Tendrá lugar el 10 de febrero de 2023 a las 19 h en la Casa Ciudadana (Ronda del Marrubial s/n) de la ciudad.
El acto será presentado y moderado por el periodista José Antonio Luque. Está prevista la participación de Jesús Sanz, coordinador del libro y profesor de Antropología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que ha escrito la Introducción y el capítulo ¿Qué «nueva normalidad»? Apuntes finales sobre un horizonte pospandémico; de Juan Francisco Garrido, militante de la HOAC y autor del capítulo Cuando la pandemia llegó a la escuela: Educación, COVID-19 y neoliberalismo. Además, intervendrán en el diálogo Carmen León, de la Plataforma contra la Violencia a las Mujeres, y Soledad Crespo, de la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados.
El libro recoge un conjunto de miradas que invitan a reflexionar sobre cómo la pandemia ha afectado en nuestras vidas en diferentes ámbitos: la crisis socioambiental, el contexto internacional, la fiscalidad, en el mundo del trabajo, la sanidad, la educación, los cuidados y la dimensión urbana y territorial, y que trata de proporcionar elementos de análisis para entender el mundo surgido tras la COVID-19.
Para dar una mayor coherencia y claridad expositiva a los diferentes capítulos del texto, los autores y las autoras han seguido el siguiente esquema de trabajo: un primer momento de análisis centrado en contextualizar cuál era la realidad previa a la pandemia en su ámbito de análisis; una segunda parte centrada en reflexionar sobre qué ha supuesto o ha ayudado a mostrar la pandemia en relación a su temática; y, finalmente, un cierre que presenta algunas claves de futuro.
El último capítulo realiza algunas notas sobre los retos urgentes existentes para construir un horizonte más esperanzador, una hoja de ruta de emergencia, partiendo de la premisa de que este acontecimiento puede ser una ventana de oportunidad para promover cambios que en un contexto ordinario serían más difíciles de realizar.
La HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) somos un grupo de mujeres y hombres cristianos que quieren hacer presente a Jesús y su mensaje en el Mundo Obrero. Por esto, queremos sumarnos a esta Jornada orientándola desde uno de los elementos que nos configura como humanidad: el trabajo, que, convertido en mercancía, está contribuyendo, en gran manera, a generar pobreza.
Los datos hablan por sí solos: Córdoba tiene cuatro de los quince barrios más pobres de España, la cifra de paro asciende al 20,67%, siendo muy superior a la media nacional (las mujeres mayores de 45 años son las más afectadas), la vivienda resulta inaccesible para muchos colectivos y los desahucios subieron de forma considerable, el 19% de los jóvenes de Córdoba de entre 18 y 24 años sufren fracaso escolar, y un largo etcétera.
Está pobreza no es querida por Dios, porque mata, porque es hija de la injusticia, la explotación, la violencia.
La HOAC no puede permanecer ajena a esta realidad. No debemos olvidar que «Los pobres aparecen en muchos casos como resultado de la violación de la dignidad del trabajo humano» (Juan Pablo II, «Laborem exercens», 8).
Por eso, proponemos:
– Repartir el trabajo.
– Abrir caminos para extender la defensa del trabajo digno en la sociedad y en la Iglesia llevando la realidad obrera a nuestras comunidades desde las personas precarias, desempleadas, empobrecidas…
– Generar prácticas de solidaridad con las y los trabajadores que sufren esta realidad.
Esto lo hemos puesto de manifiesto hoy martes 8 de noviembre en la rueda de prensa que ha tenido lugar en el templete del bulevar Gran Capitán y lo desarrollaremos y profundizaremos el jueves 10 de noviembre,enla charla “La precariedad y la pobreza matan” ¿Cómo dar respuesta? a cargo de Sebastián Mora Rosado (Doctor en sociología, profesor en la universidad pontificia de Comillas y exsecretario general de Caritas Española), que tendrá lugar a las 19 horas en el salón de actos de Caritas diocesana situado en la c/ Duque de Fernán Núñez s/n.
Que esta jornada, a la que nos invita la Iglesia, se convierta en una oportunidad de gracia para hacer un examen de conciencia personal y comunitario y preguntarnos si la pobreza de Jesucristo es nuestra fiel compañera de vida.
El domingo 16 de octubre, en la parroquia San Vicente Ferrer del barrio de Cañero, la HOAC de Córdoba ha celebrado una Eucaristía y una convivencia posterior para agradecer a Juani y Paco tantos años de dedicación a la HOAC, al mundo obrero y a la Iglesia.
Al acto asistieron la presidenta y el consiliario general de la Comisión Permanente de la HOAC, la Comisión Interdiocesana de Andalucía y militantes de Sevilla y Málaga.
También quisieron expresar su reconocimiento, además de familiares de Juani y Paco, vecinos y vecinas, militantes de distintas organizaciones que han compartido compromiso y vida con ellos y, por supuesto, militantes y simpatizantes de la HOAC de Córdoba.
La Eucaristía estuvo presidida por Rafael Herenas, consiliario de la HOAC de Córdoba y contó con distintas intervenciones en las que se puso de manifiesto como sus vidas han estado construidas desde la fe en Jesucristo con una opción por los empobrecidos del mundo del trabajo. Una vidas, por ello, cargadas de coherencia, entrega y compromiso, vividas desde las virtudes de pobreza, humildad y sacrificio y coronadas todas ellas por el AMOR a Cristo personificado en “los cristos” del mundo obrero.
Al término de la Eucaristía y antes de comenzar la comida compartida, se proyectó un video en los que distintas personas y organizaciones en las que están comprometidos: STOP desahucios, Córdoba acoge, CC.OO., barrios ignorados y, desde luego, la HOAC de Córdoba, les dieron las GRACIAS por la entrega y donación generosa de sus vidas.
La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente celebra el 7 de octubre uniendo compromiso y fe
El viernes 7 de octubre la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente celebró en la diócesis de Córdoba un acto público y una Eucaristía bajo el lema “Sin compromiso no hay trabajo decente”. Personas procedentes de parroquias, movimientos apostólicos y organizaciones eclesiales marcharon desde distintos lugares de la diócesis con dorsales con el número 071022, fecha de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, concentrándose en la plaza de las Tendillas. Allí de manera simbólica presentaron las situaciones de precariedad que envuelven el mundo del trabajo y se comprometieron a erradicarlas, al mismo tiempo, también hicieron visible la necesidad de construir un trabajo decente como nos indica la Doctrina Social de la Iglesia y el magisterio del Papa Francisco. Posteriormente marcharon hacia la parroquia de San Nicolas de la Villa donde celebraron una Eucaristía presidida por Don Antonio Prieto, Vicario General de la diócesis. En ella pusieron ante el altar el sufrimiento que la manera indecente de concebir y organizar el trabajo en nuestra sociedad acarrea a las familias trabajadoras. También, como acción de gracias, se comprometieron a seguir llevando el Evangelio al mundo obrero en sus condiciones de vida y trabajo.
Esta iniciativa de Iglesia por el Trabajo Decente está formada en nuestra diócesis por organizaciones eclesiales, entre las que se encuentran la Acción Católica Obrera (ACO), Cáritas diocesana, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Hermandades del Trabajo, Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Juventud Obrera Cristiana (JOC), Manos Unidas, Delegación diocesana de Migraciones, Equipos Parroquiales de Pastoral Obrera y el Secretariado diocesano de Pastoral del Trabajo. Su objetivo es sensibilizar, visibilizar y denunciar una cuestión esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano y reivindicar el trabajo decente «hacia el interior de estas organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad».
La iniciativa Iglesia por el trabajo Decente (ITD) comenzó su andadura en 2014, en Córdoba se ha constituido este año y está formado por organizaciones de inspiración católica y congregaciones religiosas, entre las que se encuentran Cáritas, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), la Juventud Obrera Cristiana (JOC), Acción Católica Obrera (ACO), Manos Unidas, Delegación de Migraciones, Equipos Parroquiales de Pastoral Obrera y el Secretariado Diocesano de Pastoral del Trabajo. Su objetivo es sensibilizar, visibilizar y denunciar una cuestión esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano y reivindicar el trabajo decente «hacia el interior de estas organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad».
En su manifiesto, “Sin compromiso no hay trabajo decente” (que se adjunta abajo), con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, del próximo 7 de octubre – “para celebrar y reivindicar el trabajo como derecho y actividad para el cuidado de las personas, del bien común y del planeta”-, subraya que “todavía hay millones de personas trabajadoras que siguen sin poder acceder a un empleo de calidad”. “El alto paro estructural y el empleo precario aqueja a miles de personas, sobre todo mujeres y jóvenes”, apunta.
Frente a esta situación, ITD reivindica “la necesidad de seguir vigilando y regulando las condiciones laborales para que sean decentes”. Reclama también que se incorpore a la agenda política la atención de las causas que provocan esta “tragedia tan extendida” de siniestralidad laboral, ya que “dos personas trabajadoras mueren cada día en nuestro país, como resultado de no garantizar la seguridad y salud en el trabajo”.
Sin hombres y mujeres comprometidas, no será posible el trabajo decente. Por ello, ha organizado para esta Jornada Mundial un acto público que tendrá lugar a las 19h en la plaza de las Tendillas y, posteriormente, a las 20h, una Eucaristía que se celebrará en la parroquia San Nicolás de la Villa.
Como todos los años en el mes de mayo, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), movimiento eclesial especializado en el mundo del trabajo, celebra su día. Bajo el lema “Soñar el Trabajo Digno, construyendo Prácticas de Comunión”, queremos aportar nuestra reflexión sobre el trabajo humano y realizar una serie de actividades de celebración, denuncia y reivindicación.
El trabajo forma parte de nuestra humanidad, es una necesidad para realizarnos como personas y como sociedad. Pero, para que esto sea posible, es necesario que se reconozca la dignidad que tiene el trabajo y que las condiciones en las que se realiza sean dignas, es decir, respeten la dignidad de la persona trabajadora.
Desde estas premisas, nuestras propuestas van encaminadas a:
Favorecer que todas las personas tengan acceso a un trabajo decente.
Defender las necesidades y derechos de los y las trabajadoras más vulnerables.
Defender los derechos sociales.
Reivindicar otra distribución de la riqueza más justa.
Potenciar espacios de encuentro donde compartir visiones, impresiones, análisis y crear puentes entre el mundo obrero y la Iglesia, entre personas trabajadoras y sindicatos, donde compartir la historia pasada y presente, para juntos, comprometidos en las mediaciones del mundo obrero, construir el sueño futuro.
Fomentar la economía del bien común y vivir y generar prácticas de consumo responsable, personales y comunitarias que cuiden a las y los trabajadores y al planeta.
Sumar personas a todas estas iniciativas y gestos.
Para hacer visible lo anterior hemos preparado una serie de actos:
El Dia 15 de mayo en el barrio del Parque Figueroa de Córdoba:
12 horas. Eucaristía en la parroquia Ntra. Sra. de la Asunción
13 horas. Gesto público de denuncia y reivindicación en la plaza de la Marina Española.
El Día 19 de mayo en la parroquia de San Hipólito:
19 horas, Charla-coloquio “Propuestas sobre el trabajo digno” a cargo de José Luis Molina García (militante de la HOAC de Córdoba).
Concentración/gesto público el viernes día 22 a las 20 horas en el Bulevar Gran Capitán.
Con este gesto, nos unimos a la OIT que conmemora el 28 de abril el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo con el fin de promover la prevención de accidentes laborales y enfermedades profesionales en todo el mundo.
A pesar de los avances que indudablemente se han producido en materia de prevención de riesgos laborales, lo cierto es que nos seguimos despertando con la muerte de un trabajador/a casi diariamente.
A esto hay que añadir que muchas personas ven su salud mermada en el trabajo o como consecuencia de él, con la dificultad añadida de que en demasiadas ocasiones nunca será reconocida como enfermedad profesional.
Sin embargo, todo esto permanece sepultado bajo un silencio ensordecedor que mantiene en el imaginario colectivo la idea de que el accidente llega de la mano de la imprudencia o del infortunio, lo que hace ver este problema como un asunto individual, exclusivo de quien lo sufre. No en vano son llamadas las víctimas olvidadas y silenciadas. Pero la siniestralidad no es una cuestión privada, tiene causas que se pueden prevenir y evitar, por eso es un problema social y, como tal, político, consecuencia de las relaciones laborales injustas, que priorizan el rendimiento económico por encima de la persona.
Por todo ello, es imprescindible que la siniestralidad y la salud laboral se hagan visibles en la sociedad, que aparezcan en las agendas políticas y que tanto las administraciones como los agentes sociales, los medios de comunicación y los ciudadanos, a través de sus asociaciones, se impliquen para erradicar esta lacra que dice muy poco en favor de la calidad del empleo en nuestro país y está desangrando a tantos miles de familias cada día.
La HOAC, como movimiento eclesial, especializado en el mundo del trabajo, tenemos una especial sensibilidad ante las malas condiciones laborales que son, a la postre, las causantes de la siniestralidad. Las mujeres y hombres de la HOAC estamos empeñados en fomentar los valores del Evangelio en esta realidad de vulnerabilidad del mundo obrero. Algo que pasa inevitablemente por luchar junto con los trabajadores y trabajadoras por la justicia en sus condiciones de vida y trabajo.
Os esperamos.
Para descargar el artículo de prensa de abajo, haz click en el título:
El siete de marzo, con motivo del Día de la Mujer Trabajadora, el Secretariado Diocesano de Pastoral del Trabajo organizó una mesa redonda titulada “La precariedad tiene rostro de mujer. Un reto para la Iglesia”, en la parroquia San Vicente Ferrer. En la misma participaron:
Marisol Pineda, trabajadora del sector de la limpieza de Córdoba
Maribel Fernández, militante de Acción Católica Obrera (ACO)
Rosa Casillas, militante de la Juventud Obrera Cristiana (JOC)
Soledad Crespo, militante de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC).
Melani Ruiz, militante de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), que actuó como moderadora.
El objetivo de la jornada fue “reflexionar sobre la situación actual de la mujer en el mundo del trabajo, especialmente de los colectivos más vulnerables como son el de las trabajadoras de la limpieza, el de cuidados y las empleadas de hogar, así como profundizar en los retos que esta realidad plantea a la Pastoral del Trabajo y a toda la vida y misión de la Iglesia”.
Para ver todo el desarrollo de la mesa redonda, haz click aquí
Como cada año, la Hermandad Obrera de Acción Católica de Córdoba (HOAC) ha celebrado el sábado 12 y el domingo 13 de marzo en la Casa Diocesana de Espiritualidad “San Antonio” las jornadas de espiritualidad que suele realizar en el marco de la cuaresma.
En esta ocasión, y conducidas por un magistral José García Caro (Pepe Mairena), consiliario de la HOAC de Sevilla y de la Comisión de Andalucía, hemos querido, ante el reto que nos interpela del “descuido y abandono que amenaza con la destrucción de nuestra humanidad”, afrontar (siempre desde la visión del Papa Francisco), la espiritualidad del cuidado. Si la tarea esencial del cristiano es “ocuparse de la fragilidad humana”, hemos de percibir al ser humano como cuidador, cuidador de los demás y cuidador de la naturaleza, nuestra casa común. Para ello dimos como cinco pasos:
(Para escuchar las ponencias hacer click en el nombre de cada una)
Concluimos con la celebración de la Eucaristía donde oramos y sentimos nuestra firme voluntad de vivir desde esa “cultura del cuidado que se nos impone, porque el deterioro de la creación (naturaleza) es como la representación sacramental del deterioro y deshumanización de los empobrecidos de la tierra y, al revés, el pobre que clama al cielo es también un grito ecológico”.
Salimos fortalecidos por el Espíritu y entusiasmados para intentar hacer realidad esa espiritualidad del cuidado tan esencial en nuestro mundo de hoy.
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Córdoba presenta el libro Entre el Tabor y el Calvario. Una espiritualidad «con carne», de Jesús Martínez Gordo (Ed. HOAC, 2021).
La presentación tendrá lugar el viernes 11 de febrero a las 19 horas, mediante videoconferencia a través de la plataforma ZOOM, con la intervención de su autor, el sacerdote y teólogo Jesús Martínez Gordo. El enlace para acceder al acto es el siguiente:
El autor desarrolla la idea de que un Dios en las alturas sin relación con la vida diaria de la persona, no se corresponde con la idea de Dios del cristianismo. La espiritualidad acompaña y está presente en la vida de las personas, que buscan sentido a su existencia, interpretan los acontecimientos que marcan su desarrollo y sienten un anhelo de trascendencia más o menos consciente a lo largo de las diversas etapas de su trayectoria.
La novedad del libro reside en su referencia a tres montes, tres cumbres de la espiritualidad cristiana y la importancia de la conjunción que une las cumbres. Así, el Tabor, el Calvario y el monte de las Bienaventuranzas forman un itinerario interrelacionado por el que ha de discurrir en todo momento la experiencia del Dios anunciado por Jesucristo.
Jesús Martínez Gordo es sacerdote de la diócesis de Bilbao. Catedrático emérito en la Facultad de Teología del Norte de España. Miembro de Cristianismo y Justicia. Profesor invitado del Instituto Superior de Ciencias Religiosas Pío XII de San Sebastián y de la Pontificia Facultad Teológica de la Italia Meridional y auxiliar del equipo ministerial de la unidad pastoral de Basauri.
Desde el comienzo de su andadura, militantes de la HOAC de Córdoba asisten y participan en la práctica totalidad de las semanas nacionales celebradas, acentuando las de Madrid (en distintos años), Bilbao (1954), Toledo (años 58, 59 y 61), Valladolid (1960), etc. Resaltamos de forma especial dos de ellas:
La IV Semana Nacional celebrada en Ávila (1949) cuyo tema de fondo fue “por lo social al Espíritu”, donde Fray Albino impartió una ponencia.
La XIV Semana Nacional de Toledo (1959), en la que “en consonancia con el contexto de estabilización económica su tema central fue: repercusiones de la situación económica en los planos cultural, económico y social”[1]. En ella Diego Delgado impartió una importante ponencia sobre el “Plan de Estabilización” con el que el régimen franquista pretendía romper con la autarquía e iniciar un periodo de crecimiento económico.
Sin embargo, para la HOAC de Córdoba la que merece especial atención por su repercusión para la diócesis fue, sin duda, la XI Semana Nacional celebrada en la capital cordobesa del 9 al 15 de septiembre de 1956 y que tuvo como hechos clave la asistencia de delegados de la FIMOC (Federación Internacional de Movimientos Obreros Católicos) y la celebración de sesiones conjuntas, por primera vez, con la I Semana Nacional de la HOACF (Hermandad Obrera de Acción Católica Femenina) para tratar temas como el de la familia, el mantenimiento del hogar, etc.
El trabajo de la semana, cuya organización corrió a cargo de la CD de Córdoba, “se preparó con encuestas anteriormente divulgadas, además de ponencias editadas y recopilaciones de textos pontificios”.[2]
Tuvo lugar en el Seminario Diocesano y, como anécdota, que puede servir para ilustrar tanto las condiciones (en ocasiones precarias) en las que se celebraban, como también las relaciones que existían entre la HOAC y sus militantes con determinados sacerdotes, así como la intervención providencial de Fray Albino (una más de las muchas que tuvo para con la HOAC), queremos contar aquí la siguiente:
La XI Semana Nacional, como muchas otras, tuvo una serie de inconvenientes en la organización. Uno de ellos y esencial fue el lugar de celebración. Estaba previsto que se hiciera en el Seminario Diocesano, pero al ser en septiembre, aún no había dado comienzo el curso escolar, por lo que los seminaristas permanecían de vacaciones. Se disponía del salón, se disponía de los dormitorios y de las camas, pero no era posible disponer de los colchones (propiedad de los seminaristas) ni de ningún tipo de ropa de cama o accesorio, que los seminaristas, cada final de curso, se llevaban a sus domicilios.
Para resolver este problema hubo de intervenir D. Juan Font que haciendo uso, una vez más, de su capacidad para influir, consiguió que un tal Illescas, que regentaba un establecimiento de colchones, los ofreciera con todo lo necesario para que se pudiera celebrar la semana.
Solucionada la cuestión, apareció un segundo y más grave inconveniente. El padre Cuenca, que estaba en aquel tiempo en el seminario, manifestó su oposición a que la semana se celebrara allí. La CD, entonces, se pone en contacto con Fray Albino para exponerle la situación. Fray Albino recomienda buscar por todos los medios un lugar de celebración alternativo. “Si no lo encontráis, diga el Padre Cuenca lo que diga, nosotros vamos a celebrar aquí, en el seminario la Semana Nacional”. Se trabajó intensamente, sobre todo en colegios de órdenes religiosas, pero no fue posible encontrar un lugar capaz de alojar las aproximadamente 300 personas en que se calculaba la asistencia. De vuelta a Fray Albino, este mantuvo su palabra concediendo el permiso para que se celebrara en el seminario.
Concluida la semana hizo llamar a la CD de Córdoba para felicitarla y expresarle el impacto positivo que el desarrollo de la semana le había causado. A partir de ahí, la HOAC de Córdoba tuvo acceso al Seminario Diocesano, al que acudía a explicar a los seminaristas una vez al mes las condiciones y circunstancias del mundo del trabajo, así como la propia organización de la HOAC (hay que tener en cuenta que en esos años el seminario, a diferencia de la época actual, era un auténtico hervidero de vocaciones).
Es de justicia reconocer que la XI Semana Nacional tuvo una gran repercusión, tanto por la buena asistencia y participación de los militantes, como por la extensión que de ella se hizo a la sociedad cordobesa mediante el esfuerzo militante de difusión y la cobertura prestada en los medios de comunicación.
V LA REPRESIÓN
A medida que los militantes de la HOAC de Córdoba iban creciendo en conciencia, también iba aumentando su compromiso con el mundo del trabajo, destacando:
La labor desarrollada en los comités de empresa de la época de las principales industrias cordobesas.
El fortalecimiento del sindicato CC.OO.
El papel protagonista de algunos militantes de la HOAC en la firma de los primeros convenios colectivos.
Las actividades de formación encaminadas a crear conciencia en las bases trabajadoras del sistema social injusto en el que estaban inmersos y de la necesidad del cambio.
Los cursillos y un largo etc.
El desarrollo de este compromiso, que en la HOAC fue conocido como “el compromiso temporal”, tuvo repercusiones importantes fundamentalmente por el progresivo recelo de las autoridades civiles y la policía, lo que provocó no pocos momentos de tensión, al margen de la vigilancia casi constante a que se sometió a los militantes de la HOAC y a la propia organización. Algunos ejemplos significativos fueron:
Suspensión de la publicación ¡ADELANTE!, antes citada.
Detención de Diego Delgado, que fue retenido durante largas horas en Comisaría.
Suspensión de actos y reuniones. En Cañero, ante el Plan de Estabilización, se organizaron unas conferencias y se repartieron impresos al público. D. Bartolomé dio el visto bueno con el sello de la parroquia. Este escrito fue a parar, no se sabe cómo, a manos de la Brigada Social que no tardó en ir a detener al autor. D. Bartolomé se hizo responsable (no lo detuvieron, pues arrestar a un párroco tenía sus inconvenientes, aún en el régimen), pero suspenden los actos.
Suspensión de la conmemoración del 1º de mayo, que la HOAC quería celebrar multitudinariamente en el Gran Teatro con la presencia de Fray Albino y la participación de Morillo (quizá él fuera la causa) y el padre Carlos. El mismo día de la celebración la policía y los llamados “grises” (Policía Nacional Antidisturbios), rodearon totalmente el Gran Teatro no permitiendo el acceso a nadie. El acto fue suspendido por el Gobernador Civil.
Presencia de delegados gubernativos en actos y asambleas de la HOAC de Córdoba.
Presencia de policía secreta en las homilías de sacerdotes de la HOAC.
Citación a Antonio Navarro para comparecer ante el Tribunal de Orden Público, acusado de hablar de Lenin y Marx. Fray Albino lo impide.
Antonio Navarro, en su libro apuntes para una historia de la HOAC en la diócesis de Córdoba (pág. 135) relata un suceso relacionado con lo dicho anteriormente: “vino un militante de la HOAC Nacional para decirnos, al oído, que la policía tiene orden de echar su coche encima de nosotros y decir luego que ha sido un accidente. También, que van a buscar el desprestigio moral de alguno. De lo primero tengo la experiencia, tal vez accidental, que al salir de la calle Eduardo Dato, del despacho de D. Rafael Sarazá, que llevó siempre nuestros asuntos, un coche de la policía se me echó encima y gracias a mis rápidos reflejos pude evitarlo”.
Todo ello no hizo sino elevar el prestigio creciente que la HOAC de Córdoba y sus militantes se habían ganado ya en el seno del mundo obrero y del incipiente movimiento obrero que comenzaba a despertar.
[1] Las referencias y contenidos de las semanas nacionales están recogidas del libro Aproximación a la historia de la HOAC 1946-1981, págs. 289-30 de Basilisa López García.
Concluye la celebración del 75 aniversario del nacimiento de la HOAC, encuentro entre la Iglesia y el mundo obrero, con una Eucaristía el 28 de noviembre a las 12 h, en la Catedral de Córdoba, presidida Monseñor Demetrio Fernández.
Hace un año, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos iniciaba la celebración de su aniversario, un acontecimiento eclesial compartido con el mundo obrero y del trabajo.
Ha sido y es un momento extraordinario de memoria agradecida al pasado, para proyectar el futuro, en la vivencia comprometida del presente, “tendiendo puentes y derribando muros” en el mundo del trabajo.
El 3 de noviembre de 1946, en la clausura de la I Semana Nacional celebrada en Madrid, se sitúa la fecha de nacimiento de la HOAC, el proyecto que los obispos españoles encargan a Guillermo Rovirosa, promotor y primer militante (actualmente en proceso de canonización), de impulsar una Acción Católica especializada para la presencia y la evangelización del mundo obrero.
75 años después de aquella, queremos celebrar una Eucarística para concluir este aniversario y expresar nuestra acción de gracias por la vida de tantos militantes, hombres y mujeres, laicos y sacerdotes, que han entregado, y siguen hoy ofreciendo, su vida para llevar el Evangelio, al mundo obrero y traer a la Iglesia las alegrías y las penas, las miserias y las grandezas del mundo del trabajo.
La Eucaristía, que se celebrará el día 28 de noviembre a las 12 de la mañana en la Catedral, será presidida por Monseñor Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba
Como cada año, la Hermandad Obrera de Acción Católica de Córdoba (HOAC) ha celebrado el sábado 11 de septiembre en la Casa Diocesana de Espiritualidad “San Antonio” su habitual retiro que supone, por un lado, el pistoletazo de salida del nuevo curso para los equipos y militantes y, por otro, revalidar y reafirmar los cimientos de nuestra fe como pilar básico de nuestro compromiso en y con el mundo del trabajo.
En esta ocasión, hemos hecho presente la realidad de precariedad, explotación y exclusión que se está enseñoreando del mundo obrero y del trabajo con testimonios de personas que la están sufriendo en sus vidas. Esta realidad de sufrimiento, la hemos iluminado desde la palabra de Dios y la Doctrina Social de la Iglesia para terminar realizando un discernimiento en torno al compromiso personal y comunitario que debemos tener para que el mundo sea más humano y más justo haciendo visible a Jesucristo en él.
Vamos a reproducir en estas páginas lo más relevante del retiro para aquellos que no tuvieron oportunidad de asistir.
ORACIÓN INICIAL
A resaltar las dos antífonas que fueron calando en nuestro ánimo:
“Señor enséñame a ver detrás de cada palabra, un hermano”.
“Pon tus capacidades al servicio de la comunidad”
Y también esta oración
¡Si tú cambiaras!
La realidad de este mundo que vemos y admiramos todos, tiene deficiencias. Vemos cosas que no están bien, que desentonan, que serían mejorables.
¿Qué hacer?
Muchos adoptan esa postura fácil del lamento, del menear la cabeza desaprobando, del cruzarse de brazos en actitud de espera.
¿Comprendemos nuestra responsabilidad?
¿Nos damos cuenta de que, al mejorar tú y yo, ese mundo habría mejorado?
Si yo cambiara mi manera de pensar hacia otros, me sentiría sereno.
Si yo cambiara mi manera de actuar hacia los demás, les haría felices.
Si yo aceptara a los demás como son, sufriría menos.
Si yo me aceptara tal cual soy, cuánto mejoraría mi hogar, mi ambiente.
Si yo comprendiera mis errores, sería humilde.
Si yo deseara siempre el bienestar de los demás, sería feliz.
Si yo me fijara en lo positivo de todos, la vida merecería vivirse.
Si yo amara al mundo lo cambiaría.
Si yo me diera cuenta de que, al lastimar, el primer lastimado soy yo, pasaría haciendo el bien.
Si yo criticara menos y amara más, la vida sonreiría.
Si yo cambiara, el mundo habría cambiado…
Soñamos con un mundo mejor, con un mañana distinto. Es un quehacer para todos, también para ti.
Esa situación de un mundo que no nos llena, nos cuestiona e interpela.
No esperes a ocupar un gran puesto en esta sociedad. Hay pequeñas dosis de felicidad que tú tienes en tu mano. No cierres el puño. Ábrelo y date.
Ser solidario es conocer la realidad y sus problemas, compartir luchas y esperanzas y arrimar el hombro…
Ser cristiano no es contar lo que hizo Jesús, es hacer lo que Él hizo. Él vio el mal, bajó a ese mundo y quiso que el pueblo tuviera vida y la tuviera en abundancia…
Esa solidaridad nos hará creíbles y testigos ante los hombres.
Hoy el mundo está cansado de palabras y busca obras, personas de bien. El mundo y Dios cuentan contigo. No los defraudes.
“El mensajero seráfico”
1ª REFLEXIÓN:
VER
TESTIMONIO 1
Soy mujer, tengo 45 años. Antes trabajaba en el metal, nunca más de un año seguido, para no tener que hacerme fija. Una vez, mientras hacía tiempo para que me volvieran a llamar, decidí buscar otro empleo: necesitaba independencia económica. Una empresa de trabajo temporal (ETT) me contrató para labores de empaquetado. En esa empresa los contratos son de lunes a viernes. Si lo haces bien, te vuelven a llamar y te cambian de sección para que no establezcas relaciones con las compañeras de trabajo. Todos los viernes, al acabar la semana, mis compañeras y yo miramos rápidamente el móvil para ver si trabajaremos la semana siguiente. Es la agonía de todas las semanas. El ambiente es de incertidumbre, nerviosismo y malestar. Al llegar los viernes siento una opresión en el pecho y me pongo de mal humor. Los sindicatos han intentado entrar, pero lo tienen muy difícil, ya que nadie abre la boca. Y lo peor de la situación es que todo esto es legal.
TESTIMONIO 2
Trabajo en una residencia de ancianos. Al iniciarse la pandemia, las auxiliares no disponíamos de equipos de protección individual; los confeccionábamos nosotras con bolsas de basura, a partir de las fotos que nos mandaban las compañeras por redes sociales. Solicitamos el uso de mascarillas y la respuesta de la empresa fue que no era aconsejable para no crear alarma a los residentes. Al salir a la luz la precaria situación en mi residencia, enviaron algunos medios de protección.
Como podéis imaginar, la mayoría de las trabajadoras y trabajadores terminamos contagiándonos, tuvimos que aislarnos en casa, algunas compañeras acabaron en la UCI y algunos residentes fallecieron.
La dirección nos ha hecho sentir, de forma sutil, que éramos las responsables de haber introducido el virus en la residencia y no quiere asumir que gran parte de lo sucedido ha sido por los fallos en las medidas de prevención.
JUZGAR DESDE LA PALABRA DE DIOS Y EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA
Ahora vamos a mirar esa realidad con los ojos de Dios, para ver cómo Él ve y obrar cómo Él obra, siempre a favor de los más desfavorecidos…, indicando el camino para ser y vivir como personas.
Se dio lectura del Evangelio según San Mateo, 20 1-16 (los jornaleros de la viña)
Y, a continuación, se leyó un pasaje de Cáritas in veritate del Papa Benedicto XVI que dice: “La economía de cualquier país debe servir a la gente, no al revés. El trabajo es más que una manera de ganarse la vida; se trata de una forma de continuar participando en la creación de Dios. Si la dignidad del trabajo se va a proteger, los derechos básicos de los trabajadores deben ser respetados: el derecho a un trabajo productivo, a salarios dignos y justos, a la organización y la unión de los sindicatos… En muchos casos la pobreza resulta de una violación de la dignidad del trabajo humano, bien porque se limitan sus posibilidades (desocupación, subocupación), o porque se devalúan los derechos que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y de su familia”
Posteriormente, se nos invitó a reflexionar lo que nos dicen estos textos ante la situación que vivimos en el mundo del trabajo.
ACTUAMOS PARA TRANSFORMAR NUESTRO MUNDO
Nos dice el Papa Francisco (Encuentro Mundial de Movimientos Populares, Santa Cruz 2015) “No hay peor pobreza material que la que no permite ganarse el pan y privar de la dignidad del trabajo. El desempleo juvenil, la informalidad y la falta de derechos laborales no son inevitables, son el resultado de una previa opción social, de un sistema económico que pone los beneficios por encima de la persona”
Para cambiar esta situación en la HOAC hemos decidido actuar desde la defensa del trabajo decente, por eso:
Ponemos en el centro a la persona, rompiendo la actual lógica de pensar y organizar el trabajo desde lo económico y los intereses de unas pocas personas.
Planteamos el sentido y el valor del trabajo más allá del empleo: distribuir de manera justa y digna el empleo y reconocer socialmente todos los trabajos de cuidados necesarios para la vida humana.
Luchamos por condiciones dignas de empleo: sin lucha por la afirmación de los derechos de las personas en el empleo no es posible humanizar el trabajo.
Buscamos una sociedad que articule de forma humanizadora el trabajo y el descanso.
Queremos luchar por la defensa de los derechos humanos y, en concreto, por el derecho al empleo digno.
Hubo un tiempo de silencio en el que se invitó a que cada persona haga su compromiso o compromisos concretos ante el Señor.
2ª REFLEXIÓN
Este es nuestro único Señor
Este es Jesús sacramentado, nuestro Señor, nuestro único Señor. No podemos servir a Dios y a otros dioses, como nos ofrece nuestra sociedad consumista y materialista. “Nadie puede estar al servicio de dos amos, porque aborrecerá a uno y querrá al otro, o bien se apegará a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero (Mt 2, 24) No podemos poner nuestro corazón en Jesucristo, y al mismo tiempo, ponerlo en otros ídolos que van devorando nuestra vida y la de las personas que nos rodean. Tú ¿Dónde tienes puesto el corazón? Mira hacia el altar, es el cuerpo de Cristo, el mismo que cuando estaba en la cruz pronuncio tu nombre y te dijo: “Entrego mi vida por ti, para que comprendas lo que te amo y entiendas que solo podrás tener Vida Plena y Eterna si la pones al servicio del Plan de Dios para toda la humanidad: que viváis como hermanas y hermanos, como hijas a hijos de un mismo Padre” Solo desde el amor podemos entretejer relaciones de fraternidad. En estas relaciones no podemos olvidar al hermano, especialmente al mas débil, al pobre y desvalido. Ellos, los empobrecidos, son custodia de Cristo. Jesús de Nazaret está en ellos. “Os lo aseguro: cada vez que lo hicisteis con un hermano mío de esos más humildes, lo hicisteis conmigo.” (Mt 25,40). En el altar esta el cuerpo de Cristo, el cuerpo de una víctima injustamente ajusticiada en Cruz… y resucitada. Una víctima a la que dios Padre no olvido, ni la muerte ni el pecado, ni la injusticia tienen la ultima palabra. Las víctimas de nuestra historia, las personas caídas al borde del camino…tampoco son olvidadas por Dios. El mundo obrero y del trabajo, especialmente el más empobrecido, es también un lugar de encuentro privilegiado con Jesucristo. Jesús esta ahora pronunciando tu nombre, y te pregunta ¿a quien sirves? ¿a mi o a otros ídolos? Y si me sirves a mi ¿esta tu vida puesta al servicio de los que as te necesitan? Porque solo me puedes amar si unes tu vida a la vida de los pobres, si te haces responsable de su suerte que es la mía. “sigamos en manos de Dios para escucharlo y sentirlo e lo más profundo de nuestro ser.
2. El Divino Obrero de Nazaret
Jesús nació en una familia obrera. ¿Casualidad? Una familia que para poder vivir tenía que trabajar. Eran unos “don nadie”. Nazaret era un pequeño pueblo de Galilea, una tierra pobre y olvidada. Un territorio invadido por Roma donde la injusticia y el abuso estaban a la orden del día. Jesús aprendió el oficio de su padre, hacían un poco de todo, construcción, madera… Él sabía lo que era el trabajo duro, las jornadas interminables, el dinero escaso, la precariedad y la pobreza… Ser hombre y mujer trabajadora es experimentar la vida de Jesucristo. Trabajar no es una condena, aunque el egoísmo humano en eso lo convierte. No es una condena es una gracia de Dios que nos acerca a Jesús. ¿Por qué Señor hay tantos hombres y mujeres del mundo del trabajo que no te conocen? ¿Por qué en demasiadas ocasiones a los cristianos se nos olvida reconocer a Cristo en el sufrimiento del mundo obrero y del trabajo? Y el divino obrero de Nazaret sigue estando presente en los trabajadores y trabajadoras de nuestro tiempo. Y hay tanto sufrimiento y tanta injusticia en la manera de concebir y organizar el trabajo humano. Es ese mismo Cristo que adoramos, el que es echado al paro o a un ERTE, el que tiene que migrar porque no tiene futuro en su tierra, al que se le niegan sus derechos, se le explota en la economía sumergida, pierde su salud o muere en accidente de trabajo, encadena contratos de trabajo temporales, tiene horarios imposibles, cobra un salario injusto o invierte todos sus ahorros para poner n pequeño negocio como persona autónoma para poder sobrevivir… Es la misma Sagrada Familia la que no puede atender la educación de sus hijos, la que ve con angustia que no llega a final de mes, la que tiene dificultades para afrontar su hipoteca, la que es desahuciada de su vivienda, la que no puede pagar el recibo de la luz, la que viene a Cáritas pidiendo ayuda… Todos conocemos a estas personas que nos rodean, podemos ser incluso una de ellas ¿Cómo te duele ese sufrimiento? ¿Cómo te duele Cristo y como te duelen los “crucificados” de nuestra historia?
3. Te pedimos perdón Señor.
Te pedimos perdón Señor, porque muchas veces vivimos mirando solo nuestro ombligo o buscándote en las alturas y en los pedestales… Pero Señor tu estas a nuestro lado junto a los hombres y mujeres del mundo obrero que tienen unas condiciones de vida precarias e injustas ¿Cómo es posible que no te busquemos entre ellas? Están tan cerca de nosotros y no las vemos, no las queremos ver. Sin darnos cuenta nos hemos dejado atrapar por otros ídolos. La búsqueda del bien particular, el amor propio, el ganar, gastar y gozar, el consumismo sin freno, el individualismo… se han colado por las rendijas de nuestro corazón. Te pedimos perdón porque queremos hacer compatible nuestra fe en ti y una vida de comodidad y de indiferencia ante el sufrimiento de los que nos rodean. Y eso es imposible. Tú nos llamas a ser místicos en el corazón del mundo, en el corazón también del mundo del trabajo. Te pedimos perdón por las veces que encerramos la Eucaristía entre los muros del templo y no la celebremos para seguir viviéndola cotidianamente entre las personas sufrientes. A eso nos llamas cuando nos dices “haced esto en memoria mía”, a que nos alimentemos de Ti para que también partamos nuestra vida y la entreguemos entre la gente. Eso es ser Evangelio en nuestras casas, en nuestros centros de trabajo, en nuestras organizaciones, en nuestras parroquias, en los distintos ambientes donde convivimos. Te pedimos perdón por no querernos complicar la vida. Que la pandemia, Señor, no sea una excusa para replegarnos sobre nosotros mismos. Tu conoces nuestro corazón. Ayudamos a seguirte en nuestra debilidad.
4. Nuestra acción de gracias es un compromiso
En este tiempo de oración ante Ti, Señor, siento tu acogida y tu perdón. Experimento la gracia de tu amor. Tu nunca me abandonas, a pesar de haberte defraudado tantas veces. Tu amor misericordioso me hace sentirme una persona agraciada y agradecida. Pero ¿cómo puedo responder a ese amor? Y tú me contestas: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto”. (1 Jn 4, 20) Solo podemos responder al amor de Dios a través de nuestros hermanos y hermanas. Por ellos nuestra acción de gracias se expresa en un compromiso con aquellas personas que sufren, especialmente, con las mas desvalidas. Y un compromiso que, para ser cristiano, solo puede ser expresión de la Caridad, también la caridad social y política. El mundo obrero y del trabajo, especialmente el descartado, necesita de hombres y mujeres de fe que atiendan las consecuencias de la injusticia, la asistencia y promoción personal, pero también que se pregunten y afronten las causas de dicha injusticia para, con amor de Dios y a los hermanos erradicarlas. El amor también se concreta, como nos dice el papa Francisco en “… aquellos actos de la caridad que impulsan a crear instituciones más sanas, regulaciones más justas, estructuras más solidarias (181). De ahí que sea un acto de caridad igualmente indispensable el esfuerzo dirigido a organizar y estructurar la sociedad de modo que el prójimo no tenga que padecer la miseria (182). Es caridad acompañar a una persona que sufre, y también es caridad todo lo que se realiza, aun sin tener contacto directo con esa persona, para modificar las condiciones sociales que provocan su sufrimiento” (Fratelli Tutti, 186). Ahora, ante Cristo Sacramentado es el momento de ser agradecidos por su Amor y de expresar ese agradecimiento en un compromiso por nuestros hermanos y hermanas del mundo obrero y del trabajo. Un compromiso cristiano que sea concreción de la Caridad. Ayudar a través de Cáritas, comprometerme en Manos Unidas, participar en la asociación de vecinos de nuestro barrio, acompañar la vida de los trabajadores/as en un sindicato, desarrollar un compromiso en un partido político… Donde cada uno y cada una considere según sus posibilidades y vocación: Pero con la conciencia de que desde e Amor misericordioso y la Compasión que dios derrama en nosotros, todos son compromisos eclesiales. Es la Iglesia la que nos envía a llevar a Jesús y su Evangelio al mundo.
5. La Virgen María, madre de Dios, una mujer del mundo obrero
María Madre de Dios, ruega por nosotros. María Madre de los pobres, ruega por nosotros. María madre del mundo obrero y del trabajo, ruega por nosotros. María una mujer sencilla, del pueblo. Una trabajadora infatigable. Una discípula que dijo si a la propuesta de vida que le ofreció Dios. ¡Cómo tuvo que cambiar su realidad! No debió ser fácil. Un ejemplo para nosotros/as. Tú ¿Cuántas veces eres capaz de decir, sin condiciones a lo que dios te ofrece? Ella es para nosotros un faro que nos ilumina en el seguimiento de Cristo. Ella nos enseña también que significa para los cristianos y las cristianas de hoy ser Madre de Dios. En la sencillez de un establo, entre los pobres y lejos de su tierra, dio a luz a Jesús. Unos trabajadores, los pastores, fueron los primeros en acoger y dar gracias a Dios por el Salvador, por el Liberador de toda esclavitud. Hoy, tú y cada uno de nosotros y nosotras estamos llamados como María a dar a luz a Jesús entre las personas que nos rodean, entre el mundo obrero y del trabajo, entre las familias trabajadoras en nuestros barrios. Estamos llamados a que nazca Dios en la realidad sufriente de nuestro mundo. A que las relaciones de anos y fraternidad sean las que presidan nuestros vínculos personales y sociales, también la economía, el empleo, la política… Eso significa que la persona debe ser el centro de toda la realidad y que solo podemos construir un proyecto social desde la búsqueda del bien común y la solidaridad. Eses es nuestro reto. Miremos a María, ella siempre nos lleva a Jesús. Madre ante tanto dolor e injusticia, sepamos nosotras y nosotros no mirar hacia otro lado y construir comunión. Dejemos nuestro corazón abierto a María, Madre de Dios, Madre de los pobres, Madre del mundo obrero y del trabajo.
Con posterioridad a cada una de las dos reflexiones se dio tiempo para la oración personal para las que se sugirieron las siguientes cuestiones:
¿Cómo estoy viviendo la relación con los pobres? ¿Cómo vivo la solidaridad? ¿Qué eco producen en mí los problemas sociales, los recortes a los derechos de las y los trabajadores…?
¿Soy consciente de que tengo que prescindir de cosas, dinero, actitudes…, para servir mejor al proyecto que Dios tiene para mi vida? ¿Soy consciente de que yo también tengo que cambiar?
¿Cómo llevo mi vida de oración? ¿Me encuentro con Dios como Padre desde la vida? ¿Doy importancia en mi vida a la celebración de la Eucaristía y la Penitencia? ¿Estoy convencido y trabajo para que, como rezamos en el Padrenuestro y nos enseña la doctrina social de la Iglesia, la tierra con todos sus bienes creados por nuestro Padre Dios, sean para utilidad de toda la familia?
Concluimos con la celebración de la Eucaristía donde oramos y sentimos nuestra firme voluntad de vivir desde Cristo, en comunión con la Iglesia, siendo fieles a los más pobres del mundo obrero.
Salimos de él fortalecidos por el Espíritu y entusiasmados de cara al curso que comienza.
Los días 7 y 8 de mayo, la HOAC de Córdoba celebró su día, el Día de la HOAC, con una charla-coloquio, un gesto público en la plaza Amanecer del barrio de Fátima de la capital cordobesa y una Eucaristía, bajo el lema “Tendiendo puentes, derribando muros”.
Este año, que coincide con el 75 aniversario del nacimiento de la HOAC, el Día de la HOAC, enmarcado en la campaña “Trabajo Digno para una Sociedad Decente” que llevamos realizando desde hace varios años, quiere poner de manifiesto todo un conjunto de muros que la raíz economicista de la sociedad está levantando y que son fuente de precariedad, deshumanización, desigualdad y pobreza.
Muros que separan la riqueza de la pobreza, que aíslan a las personas de éxito de las excluidas y descartadas y que nos enfrentan en una lucha por la existencia haciéndonos creer que el éxito depende de la competitividad, y la lucha entre iguales, pero que también nos seducen… nos dan sensación de seguridad o de preservación de nuestros privilegios, frente a la situación vital de otras gentes.
Muros levantados por el sistema actualmente imperante globalizando la economía y eliminando cualquier regulación de los mercados que ponen en el centro al Dios dinero relegando a la persona a un segundo plano, desprotegiendo, mediante leyes y reformas laborales, la vida de quienes tienen que trabajar para vivir.
Ninguno de estos muros podría haberse construido sin el virus de la indiferencia y de la falta de empatía hacia el sufrimiento de los demás.
En la convicción de que los valores que nacen del Evangelio de Jesús son contrarios a estos muros, la HOAC, respirando Evangelio en medio del mundo obrero, hemos tratado en todos estos años de existencia de tender puentes, tanto en la Iglesia como en el mundo del trabajo y entre ambos. Puentes de encuentro, compasión, comunión, acogida, solidaridad, fraternidad y esperanza.
Viernes, 7 de mayo charla-coloquio: «Tendiendo puentes, derribando muros, 75 años de encuentro entre Iglesia y mundo obrero». A cargo de Maite Valdivieso de la HOAC de Bilbao
Sábado, 8 de mayo:
Gesto público en la plaza Amanecer de Fátima de Córdoba.
A las 12:30 Eucaristía en la Parroquia Nª. Sra. de Fátima.
Gracias a todas y todos por vuestro trabajo compartido y vuestro acompañamiento
En consonancia con nuestra campaña “Trabajo Digno para una Sociedad Decente” que coincide este año con el 75 aniversario del nacimiento de la HOAC, los días 7 y 8 de mayo la HOAC de Córdoba celebrará su día bajo el lema «Tendiendo puentes, derribando muros».
Con él, queremos mostrar con agradecimiento lo vivido en este tiempo, una HOAC que mantiene su propuesta evangelizadora en el mundo obrero y del trabajo desde que, allá por el año 1946, los obispos españoles encargaran a Guillermo Rovirosa impulsar este movimiento de Acción Católica especializado en el mundo del trabajo.
Durante todos estos años de vida hemos tratado, como indica el lema, de construir puentes y derribar muros, tanto en la Iglesia como en el mundo del trabajo y entre ambos, con una manera de ser, de estar y de comprender la realidad, que nos lleva a implicarnos y preocuparnos junto con otros para hacer posible un cambio hacia una nueva realidad de cuidados de la Humanidad y la madre Tierra.
Para este día, hemos organizado distintas actividades:
La OIT celebra el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo el 28 de abril con el fin de promover la prevención de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en todo el mundo.
A pesar de los avances que indudablemente se han producido en materia de prevención de riesgos laborales, lo cierto es que nos seguimos despertando diariamente con la muerte en el trabajo, en concreto en 2020 murieron dos personas cada día.
Además de lo anterior, muchas personas ven su salud mermada a lo largo de su vida laboral, con la dificultad añadida del litigio interminable que deben realizar para que se reconozca que el trabajo es la causa.
Sin embargo, todo esto permanece sepultado bajo un silencio ensordecedor que mantiene en el imaginario colectivo la idea de que el accidente llega de la mano de la imprudencia que hace ver este problema como un asunto individual, exclusivo de quien sufre el accidente. Cuando es un problema social y como tal, político, consecuencia de las relaciones laborales injustas, que priorizan el rendimiento económico por encima de la persona.
Por esto es imprescindible que la salud laboral se haga visible en la sociedad, aparezca en las agendas políticas y que todos los agentes sociales se impliquen en vencer la pandemia de la siniestralidad laboral.
LaHOAC de Córdoba se suma a la celebración del 28 de abril y ha organizado una concentración/gesto público el día 23 de abril a las 20 horas en el Bulevar Gran Capitán.
Con este acto público, queremos ser la Iglesia de Jesucristo que no pasa de largo ante el sufrimiento humano, que, además de atender a las víctimas que pierden a seres queridos en el tajo o a las personas trabajadoras a las que se le arrebata la salud, alza una voz profética para denunciar la injusticia que sustenta nuestro modelo productivo.
Este gesto quiere ser, también, un momento de sentir, pensar y comprometernos a actuar desde el Crucificado, desde las personas crucificadas del mundo obrero y del trabajo.
Todas las personas, independientemente de las creencias o ideologías estáis invitadas a participar, porque lo que está en juego es la vida humana.
Una preocupación central en esta primera etapa, como hemos podido ver, era la formación. La formación integral de la conciencia obrera cristiana (uno de los mayores servicios que la HOAC ha prestado y presta a la Iglesia y al mundo y movimiento obrero). Esta preocupación llevaba implícita otra no menos ingente: la formación de líderes y dirigentes obreros.
Al principio se utilizó la Revisión de Vida como método formativo. No hay que olvidar que no se buscaba una formación teórica, meramente intelectual, de saberes doctrinales desconectados de la realidad, más bien al contrario, la formación se entendió desde el principio como la conjunción de teoría y práctica que impulsara permanentemente al militante al «ejercicio práctico del apostolado»
Para ello, pronto se reveló como más idóneo el llamado método de encuesta (adaptación hecha por Rovirosa de la metodología jocista) que, en palabras de la época, consistía en «examinar, luego de una previa y ordenada investigación personal, un determinado problema de la vida real y actual del trabajador, para iluminarlo desde el Evangelio y discernir una respuesta concreta que debía estar destinada a la acción posterior”.
Este método de encuesta concretado en una serie de temas que conformaron el Plan Cíclico y que, después de sucesivas reelaboraciones y actualizaciones, conocemos hoy como Plan Básico de Formación Cristiana (PBFC), fue la pieza clave para la formación de militantes obreros cristianos desde la HOAC.
En este plan se conjugan de forma equilibrada el estudio, el descubrimiento personal y grupal de la realidad opresiva circundante y la necesidad de cambiarla para hacerla más grata y querida por Dios, haciendo ver a los trabajadores que eran ellos y no otros, los sujetos idóneos para llevar a cabo su liberación y, por tanto, los protagonistas de la misma.[1]
Esta pieza clave en la formación, con el complemento de los cursillos, provocó un impacto en los obreros de la época que se acercaban tímida y recelosamente a la HOAC, que aún hoy muchos de ellos recuerdan y confiesan seguir manteniendo de una u otra manera.
Junto a estos se arbitraron también otros medios para la formación integral del militante (ejercicios espirituales, retiros mensuales, reuniones de familia…). Estas reuniones de familia se celebraban mensualmente y tenían lugar de forma rotativa en el domicilio de un militante cada vez en las que, además de agasajar con un ágape a los demás, se aprovechaba para impartir charlas formativas, coloquios, etc.)
Dos medios y dos hechos. Los medios que resultaron claves tanto en la propagación y difusión de la HOAC, como para la propia formación obrera y cristiana fueron:
El ¡TÚ!
El Boletín de Dirigentes.
Los hechos que resultan de interés fueron:
Uno, el que Manuel Figueroa Montoro, militante de Córdoba participara en la elaboración del Plan Cíclico.
Otro, el esfuerzo «propagandista» (como se denominaba en la época a la difusión de la HOAC) de los militantes, que semanalmente distribuían alrededor de 130 ejemplares del ¡TÚ! en sus ambientes (parroquias, centros de trabajo…), lo que suponía más de 500 ejemplares mensuales, que eran acogidos con interés y entusiasmo.
Coincidiendo, en parte, con el ¡TÚ! se publicó en Córdoba un pequeño periódico, que editado en la Tipografía Católica recibió el nombre de ¡ADELANTE! Salía como suplemento del boletín de la parroquia de San Francisco (única manera de intentar evitar la censura franquista) pues así, el que corregía las pruebas y daba el visto bueno era el párroco del Alcázar Viejo. De periodicidad mensual, era gratuito y se distribuía (ya separado del boletín parroquial) por toda la ciudad de Córdoba y pueblos de la provincia, en cantidad aproximada a los 600 ejemplares mensuales. D. Juan Font tenía una sección fija que titulaba «Querido Pepe» y el resto corría a cargo de la pluma de Diego Delgado. En sus dos hojas aparecían reflejados los problemas que había en las empresas, se realizaban comentarios críticos de las leyes en materia laboral y social, así como noticias de la HOAC y los distintos centros.
Vio la luz durante un periodo de 5 o 6 años hasta que un día la policía hizo su aparición preguntando de dónde salía, quién lo elaboraba, etc., y si pasaba o no por la censura civil.
La CD dio las explicaciones pertinentes pretextando ser suplemento del boletín parroquial de San Francisco y, por tanto, de uso interno para los militantes. Las explicaciones fueron desestimadas por lo que se conminó a la CD de Córdoba a tener que acogerse a la censura y autorización del Gobierno Civil.
Censura o desaparición. Ante la imposibilidad de mantener los mismos contenidos se optó por la desaparición antes que someterlo a la censura del Régimen. De esta manera, como ocurrió con los apóstoles respecto al Maestro, el ¡ADELANTE! corrió la misma suerte que el ¡TÚ!
En su corto recorrido, el ¡ADELANTE! tuvo mucha aceptación en los pueblos y centros de trabajo y contribuyó de forma decisiva a la formación de la conciencia laboral y social de muchos trabajadores de la época.
Para reforzar la labor formativa se recibía en Córdoba el Boletín de Dirigentes. Pretendía completar la formación en el terreno de lo doctrinal y dar unidad y cohesión interna al movimiento. Pronto se convirtió en una revista de carácter interno, orientada a la formación de los dirigentes seglares. El boletín era confeccionado o inspirado por Rovirosa y constituyó una pieza esencial para la formación de muchos militantes de la HOAC de Córdoba.
Siguiendo las orientaciones e indicaciones del Boletín de Dirigentes se articularon los Grupos Obreros de Estudios Sociales (GOES) que representaron un importante núcleo intelectual de la HOAC. Estos grupos tenían una estructura a nivel nacional, por lo que estaban por encima de la estructura diocesana y su órgano de expresión era el propio Boletín.
Los GOES existentes en todo el país, desarrollaron un amplio abanico de temas económico-sociales orientados a dar soluciones a problemas concretos de la clase obrera convirtiéndose en punto de encuentro de militantes procedentes del campo anarquista, socialista y comunista. Entre los temas abordados destacaron, por ejemplo: la contratación colectiva, la reforma de la empresa, la propiedad familiar, la propiedad de los medios de producción, los impuestos y la inflación y su repercusión en los salarios.
Este esfuerzo formativo dio como resultado:
La posibilidad de poner a dialogar la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) con la cultura obrera.
La aparición de un considerable número de obreros cristianos «especializados» en aquellos temas económicos que incidían de lleno en sus problemas laborales.
La crítica a leyes concretas, dictadas por el gobierno franquista, que lesionaban derechos de los trabajadores.
La divulgación de fórmulas alternativas a la empresa capitalista en las que se pudieran dar unas relaciones de mayor equidad como era el caso de la sociedad anónima laboral (SAL) y de las cooperativas de producción.
En Córdoba funcionó un GOES: el GOES político, llamado así por su especialización en este campo. Este GOES lo constituyeron: Antonio Hens, Antonio González y Diego Delgado.
La labor del GOES político cordobés fue muy valorada. De ello da fe su presentación en la XVII Semana Nacional celebrada en Oviedo en septiembre de 1963, en la que también se desarrolló un cursillo de iniciación a cargo de Canamasas, Norberto Moreno y Lola Castilla.
La formación que proporciona la HOAC y el trabajo desarrollado por el GOES son tan valiosos que, a Diego Delgado se le llega a buscar para que ayude a confeccionar diversos convenios colectivos.[2]
La pertenencia a un GOES, así como los trabajos elaborados eran considerados peligrosos porque trataban asuntos muy delicados para los tiempos que corrían (libertad sindical, federalismo…), de tal manera que se cuidaba mucho que los materiales nunca cayeran en manos de la policía, incluso se desconfiaba de enviarlos por correo y, en muchas ocasiones, se aprovechaban los viajes a Madrid con motivo de alguna reunión para entregarlos en mano.
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[1] En la explicación inicial para la realización del Plan cíclico, donde se ofrece una visión de conjunto del propio plan y del trabajo personal, aparece un enunciado titulado “LAS EXCUSAS” que, por su curiosidad, y como reflejo de la firmeza y seriedad con que se tomaban el compromiso los militantes de la HOAC, no podemos resistirnos a reproducir aquí:
LAS EXCUSAS
“Cuando se dispone de una buena excusa, viene siempre la tentación de echarnos atrás en el servicio de Dios.
Las excusas pueden tener alguna eficacia ante los hombres, pero en la HOAC no nos hemos comprometido a una obra de hombres sino a una obra de Dios.
Por esto es inútil dar excusas a los dirigentes, al Consiliario. A quien hay que darlas, en todo caso, es a Jesús Crucificado. Cuando aparezca la tentación de aflojar en las tareas de la HOAC porque se tiene una buena excusa, lo que hay que hacer es ver si uno tiene cara para presentarlas al Crucificado, a la vista de lo que Él sufrió y padeció por mí, sin quererse excusar ni un solo momento”.
[2] Apuntes para una historia de la HOAC en la diócesis de Córdoba págs. 135. Antonio Navarro Sánchez.
Por el aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa y Tomás Malagón
El viernes 26 de febrero a las 19 horas, presidida por el Obispo de Córdoba Mons. Demetrio Fernández, celebraremos en la parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos (La Compañía) la Eucaristía por el 57 aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa, promotor y primer militante de la HOAC y el 37 del Consiliario y teólogo de la HOAC D. Tomás Malagón.
En ella queremos mostrar nuestro agradecimiento por sus vidas entregadas, en respuesta a su experiencia del amor de Dios, al servicio del mundo del trabajo.
Ambos fueron esenciales en el nacimiento y desarrollo de la HOAC como movimiento apostólico de Acción Católica para llevar la buena noticia del evangelio a las periferias del mundo del mundo obrero empobrecido y ambas vidas han sido referencia y modelo para un sinfín de militantes obreros cristianos.
En momentos como este, inmersos en la celebración del 75 aniversario de la creación de la HOAC, queremos manifestar, como diría el mismo Guillermo, que “ahora más que nunca” necesitamos personas en la Iglesia y en el mundo, que como Rovirosa y Malagón sean capaces de acompañar la vida de las personas, de caminar con ellas, de dar a luz otra manera de ser, de sentir, de pensar y de ir construyendo esa sociedad justa, humana y fraterna tan necesaria.
Una buena manera de celebrar su memoria sería comprometernos nosotros y nosotras en la búsqueda del Reino de Dios y su justicia a la que ellos dedicaron sus vidas.
El próximo viernes 19 de febrero a las 19 horas, mediante videoconferencia en Zoom, la HOAC de Córdoba presenta la novela Tiempos convulsos. España 1959-1980. Apostaron por el amor, la paz y la dignidad, con la intervención de Ana Mª Castillo Moreno, escritora y autora del libro.
Esta novela de historia contemporánea, publicada por Ediciones HOAC, que ya está en la segunda edición, ofrece una mirada distinta de la posguerra y la Transición española, a través del hilo argumental de una serie de historias entrelazadas. Los personajes han de hacer frente a los enormes obstáculos que la sociedad de la época impone, llegando algunos a perder la vida. Tiempos tormentosos en los que nada es lo que parece.
Aquellos Tiempos convulsos
La novela refleja el ambiente político, religioso y cultural del periodo 1959-1980: la emigración, la clandestinidad, la lucha contra la dictadura, la gestación de la banda terrorista ETA y el estallido de la violencia. Relata el compromiso y la tarea esencial de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Estudiante Católica (JEC), movimientos de Acción Católica especializada de España, en la lucha pacífica por la justicia social.
Son tiempos confusos envueltos en el trasfondo de una compleja red de emociones, relaciones y desencantos cuya única salida es el amor, el perdón.
Para Ana María Castillo, autora de la novela, elaborar este relato ha sido posible gracias a las “numerosas fuentes escritas consultadas para ofrecer un orden cronológico y una veracidad histórica”, junto con las entrevistas realizadas “del testimonio de todas aquellas personas de edades, profesiones e ideologías tan diferentes, me abrieron de algún modo las puertas de sus vidas” y reflejar dos décadas decisivas en la historia reciente del país.
Castillo señala que la novela es un aldabonazo para recordarnos que, “aunque el olvido es imposible, se pueden cicatrizar las heridas para hacer posible la convivencia”. También es un bello homenaje a quienes lucharon por “encontrar en el amor, la paz y la dignidad la salida al laberinto de aquellos años y a quienes todavía seguimos apostando por el amor, la paz y la dignidad, también en los presentes tiempos convulsos”.
Crítica
La obra está teniendo una buena crítica y valoración entre los lectores y las lectoras. Entre las críticas realizadas destacamos:Desde Extremadura al País Vasco, reseña del escritor Manuel Pecellín, medalla de Extremadura (2011).Reseña deAntonio Salguero Carvajal, escritor y profesor de Lengua y Literatura Española. Reseña deMoisés Cayetano Rosado, doctor en Geografía e Historia y maestro.Narrar la experiencia obrera y cristiana, de Francisco Vicente Gómez, profesor titular de Literatura de la Universidad de Murcia. Reseña de Berchmans Garrido, responsable de Formación de la HOAC.
Literatura popular
Con la novela, la editorial retoma el género literario y renueva el diseño, tamaño y la maquetación de la colección «Literatura popular», definiendo una nueva estructura de los capítulos y títulos, tipografía e interlineado. La ilustración de la cubierta ha sido diseñada por Pepe Montalvà, de EstudioJa.com, combinando distintos elementos para expresar la diversidad de una obra coral e intergeneracional.
El escritor y miembro de la Real Academia de Extremadura, Manuel Pecellín, subraya que estamos ante una novela “muy trabajada, bien documentada, de prosa ágil y cuidada”, y los distintos personajes “muy bien definidos”. “Una obra muy interesante”, escrita, además, “para un amplio y variado abanico de lectores, a los que no dejará indiferentes”.
Inscripción al acto
Para recibir el enlace que permite la asistencia al acto, envía un correo electrónico a difusion@hoacdecordoba.es
Lo que se relata a continuación es fruto del trabajo de un reducido grupo de personas al que la Comisión Diocesana de Córdoba en 1995 (cuando se acercaba el 50 aniversario de la creación de la HOAC), encargó la tarea de escribir una historia de la HOAC diocesana. A pesar de no ser historiadores, no supimos o no pudimos vencer la inercia (una de tantas), de concebir la historia como cualquiera de las historias al uso que tantas veces hemos leído o estudiado. La historia de los personajes notables embarcados en notables acontecimientos, que hacen cambiar el rumbo del destino de países enteros, es decir, una de esas «grandes y generales historias».
Pero una vez comenzado el trabajo, la realidad (como tantas veces) nos hizo ver con claridad que ésta era, es una historia pequeña, construida por mujeres y hombres pequeños, anónimos, inmersos en una pequeña Iglesia diocesana y en una realidad social y eclesial propia de una pequeña provincia.
Comparada con otras, la historia de la HOAC de Córdoba es una historia de lo pequeño, del David frente a Goliat, de la pequeña semilla que se abre paso en la tierra.
Es una historia que pone de manifiesto o deja entrever otras historias:
La primera es la de la FE, a su vez origen y sentido de las demás. La Fe de unos cuantos hombres y mujeres, no especialmente dotados, hombres y mujeres normales y corrientes, trabajadores y trabajadoras que desde la creencia profunda en un Cristo liberador, lejos de quedarse en la esfera de lo íntimo y privado, es llevado a las fábricas, a los talleres, a las minas, a los campos, a la mar, a las escuelas, a los hospitales…, para que esa Fe, no sea una Fe hablada, sino una Fe encarnada, comprometida en la construcción de la justicia, de la igualdad, de la solidaridad, del amor, todo ello realizado desde una perspectiva, desde un lugar especialmente querido por Dios, su lugar preferencial, el de los pobres que tienen que ganar su pan diario con esfuerzo y sudor en el mundo del trabajo.
La segunda es la de la Iglesia: a través de la propia historia de la HOAC se puede vislumbrar al menos una parte de la historia de la Iglesia cordobesa. Una Iglesia que, a través del Obispo Fray Albino, hace nacer y crecer la HOAC en Córdoba y es quien la envía a realizar su misión en el mundo obrero en unos años (1946) en los que estaba desmembrado, vencido en una guerra civil, y con sus líderes y organizaciones desarticuladas, secuestradas o exiliadas.
Una Iglesia que se movía, como casi todas las realidades de la época, entre la inercia cómoda y adormecedora de un régimen que la apoyaba en sus manifestaciones más cultuales y externas y el profetismo que aguijonea las conciencias y las impulsa a hacer crecer en los ambientes, en el mundo en la sociedad, en la propia Iglesia el espíritu de la verdad y la justicia, el espíritu que quiere hacer posible la llegada del Reino de Dios. Una Iglesia de luces y sombras, de acelerones y frenazos, que todavía hoy sigue enviando a la HOAC, con su novedosa manera de entender las relaciones fe-política, al mundo del trabajo para ser Acción Católica para la pastoral obrera.
La tercera es la del movimiento obrero. Un mundo obrero hundido tras la guerra civil que comienza a resurgir y a reestructurarse en la postguerra. Un mundo obrero que sufre, como nadie, la represión, el miedo y las amenazas, los encarcelamientos, las vicisitudes de la transición democrática y los problemas acuciantes de la actualidad: el paro, las nuevas tecnologías, la búsqueda de una nueva ética, de una cultura de la solidaridad… En todo ese caminar hemos podido constatar la presencia y el compromiso de muchos militantes de la HOAC que, desde su doble fidelidad a Cristo y a la clase obrera, lucharon codo con codo por hacer resurgir el movimiento obrero y con él la dignidad y la esperanza de todo un pueblo en lucha por su liberación.
La cuarta es la de los y las militantes. A través de la historia de la HOAC de Córdoba hemos podido re-vivir algunas de las historias personales de militantes de la HOAC. Personas que han dedicado sus vidas, en todo o en parte, a la tarea de construir un puente entre la Iglesia y el mundo obrero, a llevar el evangelio de Cristo a ese mundo del trabajo y a trasladar sus aspiraciones, temores y esperanzas a la Iglesia para hacerla solidaria con sus luchas. Personas que pusieron en juego:
Una mística y espiritualidad especiales (por las que eran reconocidos).
Una forma personal de comunicación con Dios a través de la oración desde las condiciones de vida y trabajo de su época.
Una ardua tarea de formación encaminada a construir en sí mismas una conciencia cristiana y militante.
Un compromiso, sostenido por los tres elementos anteriores, que les impulsaba a ser Cristos en el mundo obrero y a formar a su vez a militantes obreros-cristianos.
A estas personas en las que, sin duda, están presentes todos los rasgos de santidad, queremos hoy ofrecer nuestra gratitud y felicitación por habernos legado este proyecto y por habernos manifestado en sus vidas que era posible.
De ahí nuestro compromiso no sólo de mantener ese legado sino de acrecentarlo, de manera que la HOAC siga siendo un instrumento válido para la creación de nuevos Cristos que vivan y anuncien su mensaje en respuesta a los problemas del mundo obrero y la sociedad actuales, sin querer nada, sin pedir nada, sin esperar nada, dando todo lo mejor de sí mismos.
Y, en este punto, es donde volvemos a pensar, que esta historia es una gran historia.
A partir de aquí es necesario hacer varias consideraciones:
75 años de historia no se pueden resumir en pocas palabras, por lo que seguro que muchas cosas quedarán en el tintero.
Esta recopilación histórica está inconclusa y representa solo, como indica el título, una aproximación y, debido a las circunstancias expresadas abajo, puede contener errores o ambigüedades por los que de antemano pedimos disculpas.
La mayor parte del archivo de la HOAC de Córdoba se perdió en los traslados de sede por lo que el trabajo, además de enlentecerse, tuvo que centrarse en las declaraciones de las personas protagonistas de esta historia, lo que nos obligó a contrastar permanentemente las opiniones.
Al basarnos en testimonios, es lógico que puedan existir diferentes e incluso encontradas percepciones o valoraciones de situaciones y momentos históricos concretos. Desde aquí asumimos el hecho y solicitamos a todas aquellas personas que puedan establecer algo de luz sobre los acontecimientos narrados en esta historia, que se pongan en contacto con nosotros para ayudarnos a completar el trabajo.
I. NACIMIENTO Y PRIMERA ANDADURA DE LA HOAC DE CÓRDOBA
En el año 1946 el obispo Fray Albino[i] organizó unos ejercicios espirituales abiertos (una especie de misión) en todas las parroquias cordobesas. Estos ejercicios fueron dirigidos por los dominicos con una gran afluencia de fieles. A raíz de ello, D. Juan Font,[ii] que acababa de salir del seminario y estaba interesado por la situación, condiciones y problemática del mundo obrero, reunió a una serie de trabajadores de la RENFE, del Ayuntamiento, de Automovilismo, etc., y formó un grupo que culminó en la creación de la Hermandad de San José Obrero. La presidencia de esta Hermandad recayó en Rafael Posadas, célebre ebanista cordobés, quedando como Consiliario el propio D. Juan Font.
Entonces, se dio la circunstancia, de que llegó a conocimiento de esta Hermandad, el encargo del episcopado español a Guillermo Rovirosa[iii]para que promoviese a nivel nacional un movimiento que, inserto en la Acción Católica se planteara:
Evangelizar o como se decía en aquella época «recristianizar» sectores tradicionalmente olvidados, como eran el pueblo trabajador o la «masa obrera» por utilizar el término entonces en boga.
Y dotar a la Iglesia española de una organización que a corto o medio plazo pudiera convertirse en la base obrera y sindical de posibles partidos democristianos.
En última instancia se pretendía «dar cobertura en un futuro a la formación de dirigentes católicos obreros y no obreros«. Ello, porque era una opinión bastante difundida (a causa del aislamiento y la condena internacional al régimen de Franco, que contribuyó a crear un estado de opinión en el que su caída se percibía con visos de inmediatez), que sólo una intervención armada podría hacer caer la dictadura. Si esto ocurría, la Iglesia debía estar preparada y lo más adaptada posible a esa situación.
Trabado conocimiento, como hemos dicho, por la Hermandad de San José Obrero de este proyecto (La HOAC) que se estaba poniendo en marcha, e interesados en el mismo, dos miembros de esta Hermandad asistieron en Madrid a una reunión que se había convocado a nivel nacional. A su vuelta a Córdoba, informaron a los demás de la identidad del proyecto que se quería poner en marcha. La Hermandad de San José Obrero, dio entonces su conformidad para disolverse y desaparecer como tal e ingresar en la HOAC constituyéndose la HOAC de Córdoba. La primera Comisión Diocesana (CD) quedó compuesta, entre otras, por las siguientes personas:
Consiliario: D. Juan Font del Riego
Presidente: D. Rafael Posadas
Vocales: D. Antonio Cantarero Villar
D. Juan Antonio Rebollo Severo
D. Miguel de la Rosa
D. Luis Montoro
Aproximadamente 5 años después de esta primera CD fue modificada en parte y ampliada quedando así:
Consiliario: D. Juan Font del Riego
Presidente: D. Antonio Cantarero Villar
Vocales: D. Juan Antonio Rebollo Severo
D. Miguel de la Rosa
D. Manuel Figueroa Montoro
D. Francisco Baena
D. Luís Moreno
D. Diego Delgado Martín
D. Miguel Doblas López y algún otro.
En un presupuesto de gastos de la Comisión Diocesana de 1954 figura la composición de la misma, compuesta por presidencia, secretaría, tesorería y cinco vocalías a saber: de estudios, de prensa, de propaganda, de piedad y agraria.[iv]
En estos años se comienzan a constituir Centros parroquiales (Fray Albino, Cañero, Santa Marina, Los Olivos Borrachos, Santiago, Naranjo…) la HOAC contabiliza ya unos 40 o 50 militantes y un buen grupo de simpatizantes que comienzan a asistir a toda una serie de actos.
La CD se reunía con una periodicidad semanal en la calle Armas nº 12 (Junto a la parroquia de San Francisco).
Se emprende la tarea de visitar los pueblos de la provincia con objeto de difundir la Obra (como, en ocasiones, se denominaba a la HOAC).
A finales de los años 40 o primeros de los 50 Guillermo Rovirosa acudió a Córdoba para impartir el primer cursillo nocturno que contó con una masiva asistencia.
Por varios testimonios sabemos que esta fue la primera de una larga serie de visitas que, tanto Guillermo Rovirosa como D. Tomás Malagón,[v] hicieron a Córdoba. En palabras textuales entre ambos se «patearon» Córdoba impartiendo cursillos de la HOAC.
El hecho de que los cursillos fueran nocturnos se debe, según alguno de los entrevistados, a dos razones fundamentales: una, facilitar la asistencia de los trabajadores cuya jornada laboral no permitía otro horario; otra, en fin, eludir la «cercanía» no deseada de autoridades civiles y policía que, en muchas ocasiones, como después podemos comprobar, veían con recelos cuando no con manifiesta preocupación y hostilidad muchas de las actividades y acciones de la HOAC.
El primer curso nocturno impartido por Rovirosa fue el pistoletazo de salida para que la CD se lanzara a impartir toda una serie de cursillos nocturnos por los pueblos, (casi todos los de la provincia); en concreto tenemos constancia de los impartidos en Palma del Río, Aguilar, El Carpio, Torrecampo, Dos Torres, Peñarroya, Monturque, Cabra, Espejo, Priego, Puente Genil, Villanueva del Duque, Montoro, Villafranca, Alcaracejos, Belmez, Hinojosa, Pozoblanco, etc.
A partir de aquí, se empieza a difundir la HOAC y se comienzan a crear los llamados Centros de Trabajo con la presencia e influencia de los militantes de la HOAC. Hubo centros de trabajo o empresa en entidades tan señaladas en Córdoba como la Electromecánica, la Constructora, Sevillana, Carbonell, Porcelana y Baldomero Moreno, entre otras.
Por el año 1950 se realiza en Córdoba, en el colegio del Carmen, el primer cursillo Apostólico que fue impartido por D. Tomás Malagón y Miguel Fernández (antiguo enfermo de lepra).
Este cursillo pretendía esencialmente tres objetivos:
Consolidar la opción por Jesucristo, centro y horizonte de nuestra vida.
Ayudar a obtener una visión panorámica del compromiso cristiano y sus implicaciones: personales, eclesiales, sociales, políticas, etc.
Ayudar a elaborar un proyecto personal de vida militante en coherencia con los dos aspectos anteriores.
Entre los asistentes destacan D. Pedro Pascual presidente de Cáritas en Córdoba y el Padre Carlos, Consiliario de las Hermandades del Trabajo.
Con posterioridad hay otro cursillo apostólico en la casa de Espiritualidad San Antonio impartido por Guillermo Rovirosa y D. Tomás Malagón al que asiste la CD en pleno y algunos de los consiliarios de la HOAC entre los que figuran: D. Antonio Navarro, D. José Ramírez, D. Valeriano Orden Palomino, D. Bartolomé, D. Juan Moreno, D. Domingo García, etc. Hay constancia también de que el obispo Fray Albino realiza el cursillo Apostólico de la HOAC.
Se da un tercer cursillo apostólico impartido por D. Tomás Malagón y Diego Delgado.
Desde ese momento se crea un grupo que se prepara especialmente para dar cursillos.
Entre los sacerdotes están: Bartolomé Blanco, Domingo García Ramírez, Paulino Ortiz Molina, José Ramírez, etc. A estos cursillos asistieron en aquella época más de 80 sacerdotes.
Entre los seglares están: Diego Delgado, Juan Antonio Rebollo, Manuel Figueroa, Antonio Cantarero, etc. y entre las mujeres Lola Castilla y Mª Paz Millán.
De tal manera fructifican estos equipos que se afirma que Córdoba es la diócesis de España en la que más cursillos apostólicos se imparten. Se celebran cursillos por toda la provincia, prácticamente un cursillo por mes hasta un número aproximado a 30.
Además, se dieron en: Alcalá de Guadaira, Sanlúcar la Mayor, San Juan de Aznalfarache, Sevilla, Granada, Osuna, Linares (a peritos de la empresa Santana), La Yedra, Jaén…, y Diego Delgado también los impartió en Zaragoza, Madrid, Reus y Valencia.
Los cursillos iban dirigidos a fomentar la conciencia de trabajadores, estudiantes, simpatizantes y personas del entorno de los militantes, gentes de parroquia enviadas por sacerdotes, influenciados a su vez por D. Juan Font.
Los cursillos fueron la fuente de donde se nutrieron todos los Centros HOAC de la provincia de Córdoba. Conocemos la existencia de Centros HOAC en: Peñarroya, Castro del Río, Puente Genil, Espejo, Alcaracejos, Cabra, Priego, Villafranca, Monturque, Belmez, Hinojosa, Baena, Pozoblanco, etc.
Mención especial merece la realización de un cursillo de iniciación a la HOAC celebrado en Cádiz, dirigido por Manuel Figueroa y Diego Delgado. Como resultado de este cursillo se inicia y constituye la HOAC de Cádiz y se establece la CD de Cádiz.
Los miembros de la CD, periódicamente, visitaban todos los Centros de la provincia para ver cómo iba la marcha de la HOAC en los diferentes sitios, intercambiar información y, al mismo tiempo aprovechaban para impartir charlas y llevar a cabo actos públicos.
Toda esta actividad se realizaba después del trabajo diario, ya que los miembros de la CD no estaban liberados, lo que suponía regresar a altas horas de la madrugada con el agravante de tener que volver (en muchos casos muy temprano) al día siguiente al trabajo.
Notas:
[i]Albino González y Menéndez-Reigada, más conocido como Fray Albino. Religioso nacido en Cangas de Narcea (Asturias) en 1881 y fallecido en Córdoba en 1958. Entre 1946 y 1958 fue Obispo de Córdoba.
En esos doce años, destacó por la labor social realizada en toda la provincia. A su llegada a Córdoba, queda impresionado por la multitud de miserables chozas que, junto a las murallas del Guadalquivir, daban refugio a otras tantas familias. Para paliar esta inhumana situación agravada por las inundaciones del Guadalquivir en 1947 funda la Asociación Benéfica La Sagrada Familia que en años sucesivos llegó a construir 4.800 viviendas tanto en el Campo de la Verdad como en el barrio de Cañero. Siendo su mano derecha en la ejecución de tan magna obra el sacerdote Juan Font de Riego.
La labor social de fray Albino se plasmó también en la fundación del patronato de San Alberto Magno con 203 escuelas, el de Nuestra Señora de la Fuensanta, el San Eulogio, el Patronato Social Obrero con diversas escuelas.
Bajo su pontificado intentó sanar las muchas heridas abiertas por la desigualdad social, en el campo de la injusticia social, el hambre, la misería, la falta de viviendas y educación generadas por la Guerra Civil. Creó 91 parroquias, construyendo nuevos templos o reparado 16 iglesias en la Capital y 55 en el resto de la provincia. Fundó el Seminario Menor de Nuestra Señora de los Ángeles en Hornachuelos y acondicionó el Seminario Mayor de San Pelagio.
[ii]Juan Manuel Font del Riegonace en Córdoba el 19 de mayo de 1902. Fue sacerdote de vocación tardía, tras ejercer como ingeniero industrial.
Se distinguió por ser persona muy activa y dedicada a los más humildes, atendiendo al desarrollo del pueblo de Córdoba en diversas facetas: educativa, formativa, social y espiritual.
Junto a la construcción de las referidas viviendas sociales Font fue motor de organizaciones, entre las que destacan: la implantación de la Hermandad Obrera de Acción Católica HOAC, formando a un grupo de sacerdotes para que se vincularan al mundo de los trabajadores; la creación del Patronato de San Alberto Magno para dar escolaridad a niños y niñas en Córdoba y su provincia, llegando al número de doscientas; el Patronato de San Eulogio; la empresa Tipografía Católica, sociedad en régimen de Cooperativa; el Patronato de la Fuensanta para acoger a huérfanos; el Colegio del Sagrado Corazón; Tribunal Tutelar de Menores; el Colegio del Niño Jesús y varias otras obras de menor rango…
Murió el 9 de mayo de 1980 pobre y humilde en el más estricto anonimato.
[iii]Guillermo Rovirosa Albet nace en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) el 4 de agosto de 1897. Pierde a su padre, José, a la edad de 9 años y a su madre, Ana María, cumplidos los 18. Terminado el bachillerato realiza estudios de ingeniería industrial, especializándose en Dirección de Industrias Eléctricas y de Mecánica Aplicada. A los 25 años se casa con Catalina Canals Riera. Ejerce su profesión en Barcelona y en 1929 se traslada con su esposa a trabajar a París…
A los 18 años ha abandonado la fe cristiana, (…) reafirmándose en que sólo en la ciencia se halla con certeza la verdad que el hombre puede comprender.
Un suceso marcará su vida. En mayo de 1932 pasa casualmente por delante de la Parroquia de San José, donde el Cardenal de París, Monseñor Verdier, está predicando… Y comienza desde ese momento un proceso de búsqueda de la verdad de Jesús que le llevará a conocerlo y admirarlo como figura histórica. En El Escorial conocerá al agustino padre Fariña que le ayudará a aceptar a Jesús no sólo como hombre sino como Dios y redentor.
Comienza aquí una etapa de vivencia cristiana apasionada, caracterizada por la austeridad, la exigencia de perfección y la entrega apostólica. Se queda a trabajar en Madrid y (…) allí le sorprende la guerra civil; es nombrado presidente del Comité Obrero de su empresa. Organiza una “capilla clandestina” en su casa, donde diariamente se celebra misa. En los sótanos de su vivienda se halla la biblioteca de la institución de los jesuitas “Fomento Social”. Esto le pondrá en contacto con la Doctrina Social de la Iglesia… Terminada la guerra, bajo la acusación de haber sido presidente del Comité Obrero de su empresa, es condenado a seis años de cárcel. Sólo cumplirá uno y parte de éste saliendo a trabajar…
En mayo de 1946 la Junta de Metropolitanos de España acordó la fundación de la Hermandad Obrera de Acción Católica… y se encarga a Rovirosa la tarea de organizar y poner en marcha la HOAC… Desde ese momento, lleno de gozo, se entregará por entero al apostolado en el mundo del trabajo viviendo como un obrero pobre.
Su gran obra, la HOAC, crece y se extiende. Diseña planes y métodos de formación: cursillos nocturnos, semanas de estudio, “Plan Cíclico” de formación cristiana, grupos obreros de estudios sociales (GOES), partiendo de la realidad vivida, analizándola con la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia, volviendo a ella para transformarla según el proyecto de Dios… Se hace presente en todas las diócesis, con su palabra directa, incisiva, evangélica, transmisora de una experiencia vital que contagia. Su conocimiento bíblico y teológico es serio y su espiritualidad muy honda…
En un accidente de tranvía pierde el pie izquierdo; supone para él una experiencia de dolor físico y de limitación que evoca y le une a la cruz de Jesús…
Obras escritas (“Cooperatismo integral”, “Dimas”, “Judas”, “La virtud de escuchar”, “Fenerismo”, “Terciarios”, “¿De quién es la empresa?…).
Tan sólo unos días después de la presentación de este libro sufre una embolia cerebral en su casa de Madrid y el 27 de febrero 1964 fallece en el Hospital Clínico madrileño. (https://www.hoac.es/quienes-somos/guillermo-rovirosa/)
[iv] Apuntes para una historia de la HOAC en la diócesis de Córdoba pág. 23. Antonio Navarro Sánchez
[v]Tomás Malagón Almodóvar Nació en 1917 en Valenzuela de Calatrava (Ciudad Real), en el seno de una familia rural y católica. A los 12 años ingresa en el seminario de Ciudad Real y con 19 años había terminado la filosofía. Cuando estalla la Guerra Civil es movilizado por el ejército republicano y destinado al frente de las Alpujarras (Granada)… En el frente tiene una serie de experiencias que van a marcar el resto de su vida… ¿Por qué existe esta separación tan radical entre militancia obrera y fe cristiana? Esta idea no le abandonará ya y va a orientar buena parte de su labor teológica y pastoral…
En 1953 tras la muerte del primer consiliario de HOAC, D. Eugenio Merino, Guillermo Rovirosa le propone hacerse cargo de la consiliaría general de la HOAC, cosa que rehúsa en un principio, pero que luego le hace modificar dicha decisión y continuará siendo consiliario hasta 1964 volcándose sobre todo en la elaboración y reestructuración de los planes de formación y cursillos. En sus últimos años interviene en la gestación y desarrollo de la Editorial ZYX, promovida por militantes de la HOAC.
La amistad y trabajo conjunto con Rovirosa lo marcó profundamente de tal modo que sería difícil entender a Malagón y su obra sin considerar lo que Rovirosa, los militantes y la misión hoacista significó para él.
Como teólogo su pensamiento siempre partía de la necesidad de diálogo entre fe y cultura, y buena parte de sus desarrollos y elaboraciones teológicas intentan responder a los problemas que la asimilación y vivencia de la fe suponían para el mundo obrero y la cultura del momento.
Su andadura no estuvo exenta de momentos de dolor y amargura… Unas veces las incomprensiones vinieron de la jerarquía eclesiástica, otras veces de sus amigos, de grupos y sectores cuya militancia cristiana él había despertado y promovido. En 1964 es apartado de la Consiliaría General por considerarlo temporalista marxista y desviado teológico, a pesar de llevar 20 años trabajando en la línea que el Concilio Vaticano II va a legitimar y promover… Luego en el período postconciliar, muchos lo acusaron de conservador y pietista, por insistir en las señas de identidad cristiana en un momento en el que el afán de identidad con las realidades del mundo hacía que quedaran difusos los fundamentos de la fe. Con humildad aceptó esta cruz, sin parar de trabajar por la promoción de laicado obrero y en otros campos del apostolado seglar. Promueve también la experiencia pedagógica, colabora con al FRATER y el Movimiento Cultural Cristiano, participa en numerosas revistas, publicaciones, elabora e imparte cursos y conferencias por toda España a sacerdotes, religiosos y religiosas.
El 27 de febrero de 1984, después de un día de convivencia con la comisión permanente de la HOAC y, como consecuencia de un infarto, muere en la casa de los consiliarios de Madrid. (https://www.fundacionrovirosaymalagon.es/biografias/tomas-malagon/)
La semana pasada entre el dos y el ocho de noviembre, la HOAC de Córdoba dio por iniciada la celebración del 75 aniversario que se prolongará hasta noviembre de 2021. Hemos querido hacerlo con la participación de las y los militantes en las Eucaristías de sus respectivas parroquias, en las que hemos compartido la noticia, así como la alegríay el compromiso que supone para la HOAC el inicio de este 75 aniversario.
La alegría de reconocer y agradecer el paso de Dios por nuestra historia comunitaria, y por la vida personal de tantas y tantos militantes a lo largo de todo este tiempo.
El compromiso de experimentar a Dios, hecho vida en nuestra debilidad. En Jesús de Nazaret, Dios se ha hecho trabajador y nos enseña a tender puentes y derribar muros para construir fraternidad entre la Iglesia y el mundo del trabajo.
Es, por tanto, un momento privilegiado de gracia, para renovar la llamada recibida de la Iglesia y de la HOAC, para experimentar y agradecer el ser discípulos misioneros, apóstoles de Jesucristo en el mundo del trabajo.
75 años de encuentro entre la iglesia y el mundo obrero
La fecha de nacimiento de la HOAC, se sitúa en el 3 de noviembre de 1946, en la clausura de la I Semana Nacional, celebrada en la Basílica de la Milagrosa, en Madrid.
Es la fecha en que se pone en marcha definitivamente el proyecto que los obispos españoles encargan a Guillermo Rovirosa de impulsar una Acción Católica especializada para la evangelización del mundo obrero.
Desde entonces, ininterrumpidamente, pese a las diversas circunstancias de todo tipo por las que ha transcurrido la vida de la HOAC, podemos afirmar que se ha desplegado toda una historia de fidelidad eclesial en fidelidad al mundo obrero al que hemos sido enviados.
Celebrar es una dimensión constitutiva de nuestra fe: es acoger la acción de Dios en nuestra vida, para agradecidos, poder transformarla en acción de gracias. Por eso queremos festejar con gozoso agradecimiento estos primeros setenta y cinco años de existencia, de fidelidad eclesial, de entrega incondicional de las vidas de tantos hombres y mujeres de la HOAC, y de comunión con la vida de nuestras hermanas y hermanos del mundo obrero.
La celebración, que estará repleta de actos en la mayoría de las diócesis durante todo un año, queremos iniciarla precisamente el próximo 3 de noviembre. Con ella pretendemos, no solo mirar con gratitud al pasado, sino también sentirnos impulsados hacia el futuro en la vivencia comprometida de nuestro presente.
Nos sentiremos honrados y agradecidos de la participación en los actos que se organicen, por parte de todas las personas que lo deseen tanto de nuestra Iglesia diocesana como del mundo del trabajo.
Un año más, desde 2014 en el que comenzó su andadura, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), que reúne en Córdoba a realidades eclesiales como el Secretariado Diocesano de Pastoral del Trabajo, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), la Juventud Obrera Cristiana (JOC), Hermandades del Trabajo, la Acción Católica Obrera (ACO), Cáritas, Manos Unidas, la Confederación Española de religios@s (Confer), la Delegación Diocesana de Migraciones y la adhesión de un nutrido grupo de parroquias, convoca en Córdoba el día 7 de octubrelos actos para la conmemoración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente:
19:00 h. Eucaristía en la parroquia Santas Margaritas.
20:00 h. Marcha por el trabajo decente desde la plaza de las Tres Culturas hasta la glorieta Llanos del Pretorio.
Es una Jornada para defender el trabajo decente en el templo y en la calle y reivindicar un empleo que proporcione las condiciones necesarias de vida para que sea digna, plena y humana, como Dios quiere.
Reclamar trabajo decente no es pedir «la luna». Más bien implica cuestiones básicas y justas: salarios justos, empleos seguros y en libertad (incluida la sindical), estabilidad laboral que alumbre otra estabilidad: la vital. Un trabajo que permita «ganarse la vida», en lugar de exprimirla perdiéndola en la supervivencia del día a día.
Sin embargo, la sociedad de mercado en la que vivimos se basa justo en el principio contrario al del trabajo decente. Prima el beneficio económico por encima del social y enaltece la competitividad, entendida como competición individual por conseguir un trabajo escaso. Potencia el Individualismo, el egoísmo, frente a la fraternidad y la solidaridad. Pero, sobre todo, convierte un problema colectivo en individual, haciéndolo invisible en la sociedad. Algo contrario a los valores evangélicos.
Este año, la COVID-19 nos devuelve una imagen amplificada de esta forma de organizar la sociedad que impide el trabajo decente. Así, se dan fenómenos como…
Junto a sanidad y fuerzas de seguridad, los trabajos más expuestos son los más precarios.
La protección estatal vía ERTES no llega al empleo temporal, precariado, etc.
Las prisas por recuperar la actividad económica producen que rebrote la pandemia. Resultado de colocar el beneficio económico por encima de algo esencial: la salud de la población.
Ante esta situación, como cristianas y cristianos inmersos en el mundo del trabajo, hacemos nuestro lo que proclama la Iglesia en el documento La Pastoral Obrera de toda la Iglesia: «hoy, la solución de los problemas del mundo del trabajo (…) no pasa sólo por el crecimiento económico y la creación de empleo (…) Al mismo tiempo debemos prestar una atención especial para que el modelo de producción permita vivir y cultivar la vida personal, familiar, cultural, social y religiosa que son imprescindibles para que el Hombre (la Persona) pueda desarrollarse como hijo (hija) de Dios y la sociedad pueda construirse sobre los cimientos de la justicia y la libertad”
Por todo ello, la HOAC de Córdoba te invita a sumarte a esta Jornada, y a mantenerla viva, más allá del 7 de octubre, hasta que no sea ya necesaria su celebración.
La HOAC de Córdoba vuelve a concentrarse en solidaridad, denuncia y oración por todas las muertes acaecidas en Córdoba. La Siniestralidad Laboral sigue matándonos. La HOAC sigue alzando la voz contra esta injusticia.
En esta ocasión nos concentraremos el próximoviernes, 18 de septiembre, a las 20:30 h. En el Bulevar del Gran Capitán (Junto a la Parroquia de San Nicolás)
En ella daremos lectura a la siguiente reflexión:
La siniestralidad laboral o el arte de volver la espalda a la tragedia
Todos los años, cuando agoniza el verano La HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) se concentra por las muertes ocurridas en accidente laboral en este tiempo de estío. Este año, a causa del confinamiento, el período abarca desde marzo. Desde ese tiempo han ocurrido en nuestra provincia o protagonizados por personas de nuestra provincia, tres accidentes con resultado de muerte:
El 25 de marzo falleció el médico de 63 años Manuel Barragán como consecuencia del contagio del COVID-19 (que, seguramente, ni siquiera constará como siniestro laboral).
El 24 de agosto murió Daniel González Rivas, un joven de 30 años vecino de Puente Genil, cuando trabajaba en la perforación de un pozo agrícola en el municipio sevillano de Pedrera. Al parecer, el siniestro se pudo deber a una bolsa de gas o de aire contaminado.
El 9 de septiembre perdía la vida Roland Irías, un trabajador hondureño de 45 años afincado en Cabra, según las primeras informaciones al “caer del tejado de una nave industrial”. Sin embargo, otras fuentes apuntan ahora a un atrapamiento por una máquina.
La realidad, tozuda realidad, es que cuando se produce una tragedia y no se aprende de ella y no se toman las medidas adecuadas, la tragedia se repite. En España, el año pasado se repitió 695 veces y en Andalucía 121. Por eso a los fallecidos en el trabajo se les llama “los muertos olvidados”. Generan pocos titulares, no interesan, son muertos “de segunda”.
¿Por qué? La respuesta la podemos encontrar en el sistema económico que impera en nuestra sociedad marcado por unos valores extremadamente materialistas, en donde el objetivo prioritario y fundamental lo representa el dinero, la rentabilidad económica, el beneficio a costa de lo que sea, incluso de la vida de las y los trabajadores.
Constatamos como aumenta la inversión en nuevas tecnologías para elevar la producción, mientras que la estabilidad en el empleo, el salario y la formación en prevención de riesgos laborales se entienden como costes insoportables que hay que reducir para incrementar el beneficio.
La siniestralidad laboral es el termómetro del sistema productivo. Si la siniestralidad sube, desciende el trabajo decente. Hemos de invertir los valores. Lo primero y fundamental es la persona, no el dinero. Si volvemos la espalda a la siniestralidad, le estamos volviendo la espalda a más de 600 mil familias que sufrieron con un miembro de baja, debido a un accidente laboral. La alta siniestralidad laboral continúa siendo el gran problema sin resolver en el mundo laboral.
Por nuestra parte, seguimos insistiendo en la necesidad de una actuación conjunta y coordinada de las administraciones públicas, inspección de trabajo, centrales sindicales y organizaciones empresariales con el objetivo de erradicar la alta siniestralidad laboral mediante mejores condiciones de trabajo que lleven consigo una mayor seguridad y salud laboral.
Como cristianos insertos en el mundo obrero, subrayamos las palabras del Papa Francisco, “… Una vez más dirijo un apremiante llamamiento para que no prevalezca la lógica del provecho, sino la de la solidaridad y la justicia. ¡En el centro de toda cuestión, también la laboral, haya que colocar siempre a la persona y su dignidad! ¡Con el trabajo no se juega! (Roma, 3 de septiembre de 2014).
Por eso seguiremos reivindicando que el trabajo es para la vida. ¡Ni una muerte más!
Como cada año, la Hermandad Obrera de Acción Católica de Córdoba (HOAC) celebra un retiro que supone, por un lado, el pistoletazo de salida del nuevo curso para los equipos y militantes y, por otro, revalidar y reafirmar los cimientos de nuestra fe como pilar básico de nuestro compromiso en y con el mundo del trabajo. En esta ocasión, impartido por el Consiliario Diocesano y con un nuevo formato (Eucaristía y reflexión) a causa de las medidas de seguridad contra la pandemia, versará sobre JESUCRISTO como fundamento, motor, centro y meta de la vida cristiana.
En ella se nos presentará a Jesús de Nazaret como:
Camino: la propuesta de vida que humaniza. O como nos dice el Papa emérito, Benedicto XVI «Jesús, identificado con la humanidad, es el camino de la Iglesia» (Redentor Hominis N43).
Verdad: Jesucristo es la verdad de Dios y la verdad del hombre; es decir: amor entregado, sin límites (lo que verdaderamente es Dios) y proyecto de comunión, desde el amor servicial (lo que verdaderamente es la persona).
Vida: Jesús, que es el rostro de Dios vuelto hacia el mundo (Jn. 14, 6-9), es la vida preciosa que Dios nos regala, en la que Dios se complace y que nos pide que escuchemos y sigamos (Mc. 9, 1-11).
¿Dónde está la fuerza, la energía que empujó, orientó y movió a Jesús?
La experiencia del Dios del Reino, provoca en Jesús una actitud de confianza, de obediencia, fidelidad y entrega a su voluntad.
Los pobres, como el lugar privilegiado para la experiencia del encuentro con el Padre/Madre Dios.
El dolor ajeno y la pasión por la justicia, motivó a Jesús a identificarse con los crucificados de la historia (Flp. 2, 5-7).
Jesús fue consciente de como el Espíritu de Dios vivía en Él (1ª Cor. 3, 16) y lo percibió como el amor de Dios derramado en su corazón (Rom. 5, 5).
Solo desde aquí es comprensible que, para la HOAC, una de sus constantes fundamentales, sea su firme voluntad de vivir desde Cristo, en comunión con la Iglesia, siendo fieles a los más pobres del mundo obrero.
En este retiro, que celebraremos el día 12 de septiembre a las 10 de la mañana en la parroquia de Ntra. Sra. de Linares, nos sentiremos felices de contar con la compañía de la comunidad parroquial y de todas aquellas personas, amigos y simpatizantes con los que compartimos vida y compromiso.
Hasta entonces un abrazo en Cristo, el obrero de Nazaret.
La HOAC de Córdoba hemos lamentado profundamente la pérdida de Julio Anguita. Hoy nos sentimos unidos en la tristeza y el dolor de familiares, amigos y todas y todos los que, como él, trabajan en favor de la justicia social y de los derechos de las personas más vulnerables, compromiso que la HOAC también compartimos desde nuestra fidelidad al mundo obrero, a Jesús de Nazaret y a su Iglesia.
Coincidimos, con la mayoría de la ciudadanía, en reconocer en la figura de Julio Anguita a un político excepcional por su capacidad para el análisis, la lucidez de sus juicios y su innegable talento generando proyectos políticos para la acción transformadora de la sociedad.
Resaltamos, asimismo, su talla y valía personal conformada por unas convicciones éticas inquebrantables, acompañadas de una permanente actitud de búsqueda de coherencia y honradez que le llevaban a un compromiso con sus ideas, siempre en defensa de las personas más desfavorecidas.
Por todo ello, en la HOAC, nos sentimos en sintonía con su utopía, que conecta con nuestra visión cristiana de lo que Jesús de Nazaret llamo el Reino de Dios y con sus valores y ética personal. Necesitamos muchas personas así en nuestra sociedad y en el mundo de la política.
Los que nos quedamos esperamos estar a la altura. Hasta siempre Julio.
Reproducimos aquí un artículo dedicado a Julio por un militante de la HOAC de Córdoba
En el marco de la campaña «Trabajo digno para una sociedad decente», este Día de la HOAC del 2020 queremos ahondar en cómo esta racionalidad política dominante ha afectado en la precarización y empobrecimiento de las y los trabajadoras; cómo ha contribuido a limitar el sentido del trabajo humano y de qué modo ha minado la identidad social y política de la persona trabajadora.
Y, desde la conciencia de que necesitamos una cultura política que afronte un doble desafío: por un lado, recuperar una comprensión y vivencia de la política como algo propio del ser humano y, por otro lado, recuperar la capacidad de decisión sobre los problemas que nos afectan a la sociedad, porque esta capacidad ha sido secuestrada por los poderes económicos.
Se impone una propuesta liberadora de recomposición del trabajo, en línea con la esperanza cristiana y con las orientaciones de la DSI que se proponga:
1. Romper con la idea de que no hay alternativa posible al actual mercado.
2.Trabajar por un cambio socio-cultural que genere nuevas formas de economía plural y solidaria.
3. Subordinar la economía a la democracia, como en el COVID-19, subordinando el sistema productivo a la preservación de la vida.
4. Reorganizar el trabajo para que sea menos individual y más social. Hacer posible: recuperar los derechos adquiridos. Crear puestos de trabajo. Regularizar el trabajo negro y atípico. Reducir el horario de trabajo. Igualdad de salario entre hombres y mujeres. Impedir la evasión fiscal y especulativa. Instaurar la Renta Social Mínima y la formación continua remunerada.
Vivimos unos momentos difíciles. No habíamos terminado de salir de la crisis económica cuando nos hemos topado de bruces con una crisis vital. Ya no es la economía la que está en peligro, es nuestra propia vida. Esta nueva situación nos lleva a replantearnos gran parte de nuestra vida individual, familiar y social-comunitaria y, como no, también a reflexionar sobre el trabajo desde nuevas perspectivas.
Es de suma importancia tener muy presente que la pobreza no es un infortunio aleatorio, que nada tiene que ver con nosotros. La pobreza de muchos no es sino la consecuencia de la riqueza de algunos. Y ya sabemos que, en la mayoría de las ocasiones, la pobreza sobreviene como resultado de la ausencia de empleo o de las malas condiciones de este.
La salida de la pasada crisis económica que favoreció la precarización y el empobrecimiento de los trabajadores y las sucesivas reformas que convirtieron el trabajo precario y temporal en la norma y no en la excepción, son la base de la aparición de trabajadores pobres (más de dos millones y medio), condenados a vivir para trabajar y no a trabajar para vivir. Un trabajo empobrecido y precario, conduce a una vida personal, familiar y social empobrecida y precaria.
Hay que derribar la concepción de que el trabajo es solo un medio de sustento. En estos días de confinamiento, hemos podido comprobar como el trabajo es fundamental para la vida, siempre lo ha sido, es una referencia individual y colectiva, un factor de identidad.
Por eso, la recuperación del trabajo y de un trabajo digno, es la condición inexcusable para recuperar el control sobre la propia vida y sobre el devenir social. Ya no se trata de cuidar la economía para que la persona viva. Se trata de cuidar a la persona para posibilitar una economía que esté al servicio de todos.
Por eso se impone una propuesta liberadora de recomposición del trabajo, en línea con la esperanza cristiana y con las orientaciones de la DSI que se proponga:
Romper con la idea de que no hay alternativa posible al actual mercado.
Trabajar por un cambio socio-cultural que genere nuevas formas de economía plural y solidaria.
Subordinar la economía a la democracia, como en el COVID-19, subordinando el sistema productivo a la preservación de la vida. Si no sacrificamos la ganancia en aras de la vida, podemos caer en sacrificar la vida en aras de la ganancia.
Reorganizar el trabajo. Hacerlo menos individual y más social. Hacer posible:
Recuperar los derechos adquiridos
Ampliar la base ocupacional con la creación masiva de puestos de trabajo.
Regularizar el trabajo negro y atípico.
Reducir el horario de trabajo que permite el aumento de la productividad.
Implantar la igualdad de salario.
Impedir la evasión fiscal y especulativa.
Instaurar la Renta Social Mínima y la formación continua remunerada.
Necesitamos una transformación radical de la economía como si estuviéramos en permanente situación de coronavirus, poniendo el beneficio económico al servicio de la protección de la vida.
Como ya recordaba San Ambrosio en el siglo IV, “es un homicidio negar a un hombre el salario que le es necesario para su vida”.