Francisco, el papa que nuestra Iglesia necesitaba y sigue necesitando

La HOAC de Córdoba lamentamos la muerte del Papa Francisco, expresamos nuestras condolencias y rendimos homenaje a su pontificado haciendo memoria del legado que nos deja.

 Desde sus inicios, Francisco marcó un antes y un después en la vida de la Iglesia. Trajo consigo una brisa de esperanza evangélica, de cercanía, de ternura hacia los últimos y un firme compromiso con la justicia social, especialmente con el mundo del trabajo empobrecido.

Francisco ha sido el Papa de los gestos sencillos pero profundos. Su decisión de vivir en la casa Santa Marta, su cercanía con las personas trabajadoras, su insistencia en una Iglesia “hospital de campaña” son signos vivos de un pastor con olor a oveja. Pero más allá de los gestos, su magisterio ha sido prolífico y transformador. Las encíclicas Evangelii Gaudium, Laudato Si’ y Fratelli Tutti nos ofrecen una brújula clara para una Iglesia en salida, comprometida con la causa de las personas empobrecidas y la justicia.

En Evangelii Gaudium, Francisco nos llama a una conversión pastoral y misionera, a no quedar encerrados en estructuras caducas, a salir al encuentro. En Laudato Si’, su clamor por el cuidado de la casa común se entrelaza con la defensa del trabajo digno, subrayando que “no hay ecología sin una adecuada antropología”. Y Fratelli Tutti nos recuerda que la fraternidad no es un ideal abstracto, sino una llamada urgente a construir un mundo de puentes y no de muros, de acogida y no de exclusión.

Un aspecto, que como HOAC valoramos especialmente, ha sido su firme defensa del trabajo digno. Francisco ha insistido una y otra vez en que el trabajo no es solo un medio de subsistencia, sino una dimensión esencial de la dignidad humana. En sus encuentros con los movimientos populares ha afirmado que “tierra, techo y trabajo” son derechos sagrados. Ha escuchado la voz de las y los descartados y ha alzado la suya contra las lógicas de “una economía que mata”.

Su discurso en la ONU en 2015 fue un hito profético. Allí denunció las injusticias del sistema financiero internacional, la indiferencia ante los migrantes y el deterioro ambiental, pero también propuso caminos de esperanza: cooperación entre los pueblos, solidaridad activa, y una globalización que no margine, sino que incluya.

En estos años ha sido incansable en su llamado a tender puentes: entre religiones, entre culturas, entre ricos y pobres, entre trabajadores y dirigentes. El Jubileo de la Misericordia en 2016 nos animó a mirar con compasión y compromiso a los más débiles. Ahora, con el Jubileo de la Esperanza se renueva el sueño de una humanidad reconciliada.

El proceso sinodal que ha impulsado no es solo un método, es una espiritualidad. Nos invita a caminar juntos, a escuchar, a discernir en comunidad. Es un signo de una Iglesia que no impone, sino que dialoga; que no teme a las preguntas del mundo, sino que las abraza con fe.

Como HOAC, nos sentimos llamados a seguir profundizando en la espiritualidad del trabajo como lugar teológico, como espacio de santificación y de lucha por la dignidad. La palabra y el testimonio del Papa Francisco nos impulsan a seguir comprometidos en esta misión: acompañar, formar, y ser voz de quienes sufren la precariedad, la exclusión y la explotación.

Gracias, Francisco, por tu valentía, por tu ternura y por recordarnos que otro mundo —más justo, fraterno y humano— no solo es posible, sino que es urgente y evangélicamente necesario.

Rezaremos por ti, como tantas veces nos pediste. Pedimos tú intercesión para seguir sosteniendo una iglesia samaritana, de pastores con olor a oveja, de los pobres, donde dejemos que el Espíritu nos siga acompañando.

Toda la cobertura informativa en torno al fallecimiento del papa Francisco la puedes encontrar en el siguiente enlace: https://noticiasobreras.es/seccion/especiales/papa-francisco-in-memoriam/

Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo

“Cuidar el trabajo, cuidar la vida… de quien trabaja”

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Córdoba celebra, como todos los años, el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Este año lo hará con un gesto público en la Avda. del Gran Capitán (junto al templete), el viernes 25 a las 20:30 horas.

Pretendemos poner de manifiesto que no hay trabajo digno si no es saludable, que la calidad del trabajo se ha de medir por el cuidado que se pone en preservar la salud y la vida de las personas trabajadoras y rendir cumplido homenaje a las víctimas de la siniestralidad y la enfermedad laboral y a sus familias.

Para la Iglesia el trabajo es esencial para el desarrollo personal, familiar y social del ser humano. En palabras del papa Francisco Un trabajo que no cuida, que destruye la creación, que pone en peligro la supervivencia de las generaciones futuras, no es respetuoso con la dignidad de los trabajadores y no puede considerarse decente. Por el contrario, un trabajo que cuida contribuye a la restauración de la plena dignidad humana y a asegurar un futuro sostenible a las generaciones futuras”.

Sin embargo, los datos que nos ofrece el Ministerio de Trabajo y Economía Social en 2024 nos hablan de un trabajo atravesado por un mercado y una economía que “descuida” la vida de las personas generando sufrimiento, precariedad e injusticia.  

En España se notificaron 628.300 accidentes con baja (8 estadios Bernabéu completos), 4.796 fueron graves (14 congresos de los diputados llenos) y 796 mortales, un 9,15% más que en 2023, (4 aviones de tamaño medio).

En la provincia de Córdoba se han producido más de 9 mil accidentes laborales con baja (26 diarios), de los que 106 fueron graves (2 cada semana) y 12 muertes. Somos la primera provincia andaluza con mayor índice de incidencia de accidentes con baja y la tercera en accidentes mortales. No hablamos de números sino de personas y familias

Desde la HOAC demandamos:

  • Que las empresas cumplan la legislación en materia de prevención. Cada centro de trabajo debe tener planes de prevención propios que respondan a los riesgos reales de su actividad.
  • Que el Gobierno y los agentes sociales prioricen el análisis y la adopción de medidas para minimizar esta lacra y controlen más eficazmente el cumplimiento de la ley.
  • Que se realicen campañas públicas potentes y urgentes de sensibilización, para dar visibilidad a este problema social. En este aspecto, cobran especial relevancia los medios de comunicación ¡Qué poco eco tiene en los medios la siniestralidad y la falta de salud en el trabajo!

Y denunciamos este “descuido” de la vida humana, al tiempo que nos comprometemos a seguir acompañando a las víctimas de la siniestralidad y la enfermedad laboral y sus familias y a promover, desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, iniciativas y propuestas que propicien un trabajo decente y saludable. De esta manera estaremos colaborando con las orientaciones del papa Francisco:

“¡No más muertes en el trabajo! Y esforcémonos por lograrlo”.