Día de la HOAC

Como todos los años en el mes de mayo, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), movimiento eclesial especializado en el mundo del trabajo, celebra su día. Bajo el lema “Soñar el Trabajo Digno, construyendo Prácticas de Comunión”, queremos aportar nuestra reflexión sobre el trabajo humano y realizar una serie de actividades de celebración, denuncia y reivindicación.

El trabajo forma parte de nuestra humanidad, es una necesidad para realizarnos como personas y como sociedad. Pero, para que esto sea posible, es necesario que se reconozca la dignidad que tiene el trabajo y que las condiciones en las que se realiza sean dignas, es decir, respeten la dignidad de la persona trabajadora.

Desde estas premisas, nuestras propuestas van encaminadas a:

  • Favorecer que todas las personas tengan acceso a un trabajo decente.
  • Defender las necesidades y derechos de los y las trabajadoras más vulnerables.
  • Defender los derechos sociales.
  • Reivindicar otra distribución de la riqueza más justa.  
  • Potenciar espacios de encuentro donde compartir visiones, impresiones, análisis y crear puentes entre el mundo obrero y la Iglesia, entre personas trabajadoras y sindicatos, donde compartir la historia pasada y presente, para juntos, comprometidos en las mediaciones del mundo obrero, construir el sueño futuro.
  • Fomentar la economía del bien común y vivir y generar prácticas de consumo responsable, personales y comunitarias que cuiden a las y los trabajadores y al planeta.
  • Sumar personas a todas estas iniciativas y gestos.

Para hacer visible lo anterior hemos preparado una serie de actos:

El Dia 15 de mayo en el barrio del Parque Figueroa de Córdoba:

  • 12 horas. Eucaristía en la parroquia Ntra. Sra. de la Asunción
  • 13 horas. Gesto público de denuncia y reivindicación en la plaza de la Marina Española.

El Día 19 de mayo en la parroquia de San Hipólito:

  • 19 horas, Charla-coloquio “Propuestas sobre el trabajo digno” a cargo de José Luis Molina García (militante de la HOAC de Córdoba).

Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo

Concentración/gesto público el viernes día 22 a las 20 horas en el Bulevar Gran Capitán.

Con este gesto, nos unimos a la OIT que conmemora el 28 de abril el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo con el fin de promover la prevención de accidentes laborales y enfermedades profesionales en todo el mundo.

A pesar de los avances que indudablemente se han producido en materia de prevención de riesgos laborales, lo cierto es que nos seguimos despertando con la muerte de un trabajador/a casi diariamente.

A esto hay que añadir que muchas personas ven su salud mermada en el trabajo o como consecuencia de él, con la dificultad añadida de que en demasiadas ocasiones nunca será reconocida como enfermedad profesional.

Sin embargo, todo esto permanece sepultado bajo un silencio ensordecedor que mantiene en el imaginario colectivo la idea de que el accidente llega de la mano de la imprudencia o del infortunio, lo que hace ver este problema como un asunto individual, exclusivo de quien lo sufre. No en vano son llamadas las víctimas olvidadas y silenciadas. Pero la siniestralidad no es una cuestión privada, tiene causas que se pueden prevenir y evitar, por eso es un problema social y, como tal, político, consecuencia de las relaciones laborales injustas, que priorizan el rendimiento económico por encima de la persona.

Por todo ello, es imprescindible que la siniestralidad y la salud laboral se hagan visibles en la sociedad, que aparezcan en las agendas políticas y que tanto las administraciones como los agentes sociales, los medios de comunicación y los ciudadanos, a través de sus asociaciones, se impliquen para erradicar esta lacra que dice muy poco en favor de la calidad del empleo en nuestro país y está desangrando a tantos miles de familias cada día.

La HOAC, como movimiento eclesial, especializado en el mundo del trabajo, tenemos una especial sensibilidad ante las malas condiciones laborales que son, a la postre, las causantes de la siniestralidad. Las mujeres y hombres de la HOAC estamos empeñados en fomentar los valores del Evangelio en esta realidad de vulnerabilidad del mundo obrero. Algo que pasa inevitablemente por luchar junto con los trabajadores y trabajadoras por la justicia en sus condiciones de vida y trabajo.

Os esperamos.

Para descargar el artículo de prensa de abajo, haz click en el título:

TRABAJAR PARA VIVIR: PAREMOS LA SINIESTRALIDAD LABORAL

DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA

El siete de marzo, con motivo del Día de la Mujer Trabajadora, el Secretariado Diocesano de Pastoral del Trabajo organizó una mesa redonda titulada “La precariedad tiene rostro de mujer. Un reto para la Iglesia”, en la parroquia San Vicente Ferrer. En la misma participaron:

  • Marisol Pineda, trabajadora del sector de la limpieza de Córdoba
  • Maribel Fernández, militante de Acción Católica Obrera (ACO)
  • Rosa Casillas, militante de la Juventud Obrera Cristiana (JOC)
  • Soledad Crespo, militante de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC).
  • Melani Ruiz, militante de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), que actuó como moderadora.

El objetivo de la jornada fue reflexionar sobre la situación actual de la mujer en el mundo del trabajo, especialmente de los colectivos más vulnerables como son el de las trabajadoras de la limpieza, el de cuidados y las empleadas de hogar, así como profundizar en los retos que esta realidad plantea a la Pastoral del Trabajo y a toda la vida y misión de la Iglesia.

Para ver todo el desarrollo de la mesa redonda, haz click aquí

JORNADAS DE ESPIRITUALIDAD

            Como cada año, la Hermandad Obrera de Acción Católica de Córdoba (HOAC) ha celebrado el sábado 12 y el domingo 13 de marzo en la Casa Diocesana de Espiritualidad “San Antonio” las jornadas de espiritualidad que suele realizar en el marco de la cuaresma.

            En esta ocasión, y conducidas por un magistral José García Caro (Pepe Mairena), consiliario de la HOAC de Sevilla y de la Comisión de Andalucía, hemos querido, ante el reto que nos interpela del “descuido y abandono que amenaza con la destrucción de nuestra humanidad”, afrontar (siempre desde la visión del Papa Francisco), la espiritualidad del cuidado. Si la tarea esencial del cristiano es “ocuparse de la fragilidad humana”, hemos de percibir al ser humano como cuidador, cuidador de los demás y cuidador de la naturaleza, nuestra casa común. Para ello dimos como cinco pasos:

  1. La cultura del cuidado.
  2. El cuidado del otro/a como ADN de la espiritualidad cristiana.
  3. La dimensión social del cuidado
  4. La dimensión política del cuidado
  5. Cultivar la espiritualidad del cuidado.

(Para escuchar las ponencias hacer click en el nombre de cada una)           

Concluimos con la celebración de la Eucaristía donde oramos y sentimos nuestra firme voluntad de vivir desde esa “cultura del cuidado que se nos impone, porque el deterioro de la creación (naturaleza) es como la representación sacramental del deterioro y deshumanización de los empobrecidos de la tierra y, al revés, el pobre que clama al cielo es también un grito ecológico”.

            Salimos fortalecidos por el Espíritu y entusiasmados para intentar hacer realidad esa espiritualidad del cuidado tan esencial en nuestro mundo de hoy.

Presentación del libro

Entre el Tabor y el Calvario

Una espiritualidad «con carne»

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Córdoba presenta el libro Entre el Tabor y el Calvario. Una espiritualidad «con carne», de Jesús Martínez Gordo (Ed. HOAC, 2021).

La presentación tendrá lugar el viernes 11 de febrero a las 19 horas, mediante videoconferencia a través de la plataforma ZOOM, con la intervención de su autor, el sacerdote y teólogo Jesús Martínez Gordo. El enlace para acceder al acto es el siguiente:

https://us02web.zoom.us/j/4168992870?pwd=S1hWMStqSGNGUjhpNVhuT25WRGdXUT09
ID de reunión: 416 899 2870
Código de acceso: 001685

El autor desarrolla la idea de que un Dios en las alturas sin relación con la vida diaria de la persona, no se corresponde con la idea de Dios del cristianismo. La espiritualidad acompaña y está presente en la vida de las personas, que buscan sentido a su existencia, interpretan los acontecimientos que marcan su desarrollo y sienten un anhelo de trascendencia más o menos consciente a lo largo de las diversas etapas de su trayectoria.

La novedad del libro reside en su referencia a tres montes, tres cumbres de la espiritualidad cristiana y la importancia de la conjunción que une las cumbres. Así, el Tabor, el Calvario y el monte de las Bienaventuranzas forman un itinerario interrelacionado por el que ha de discurrir en todo momento la experiencia del Dios anunciado por Jesucristo.

Jesús Martínez Gordo es sacerdote de la diócesis de Bilbao. Catedrático emérito en la Facultad de Teología del Norte de España. Miembro de Cristianismo y Justicia. Profesor invitado del Instituto Superior de Ciencias Religiosas Pío XII de San Sebastián y de la Pontificia Facultad Teológica de la Italia Meridional y auxiliar del equipo ministerial de la unidad pastoral de Basauri.

APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DE LA HOAC DE CORDOBA

IV LAS SEMANAS NACIONALES

IX Semana Nacional de la HOAC (Bilbao 1954)

            Desde el comienzo de su andadura, militantes de la HOAC de Córdoba asisten y participan en la práctica totalidad de las semanas nacionales celebradas, acentuando las de Madrid (en distintos años), Bilbao (1954), Toledo (años 58, 59 y 61), Valladolid (1960), etc. Resaltamos de forma especial dos de ellas:

  1. La IV Semana Nacional celebrada en Ávila (1949) cuyo tema de fondo fue “por lo social al Espíritu”, donde Fray Albino impartió una ponencia.
  2. La XIV Semana Nacional de Toledo (1959), en la que “en consonancia con el contexto de estabilización económica su tema central fue: repercusiones de la situación económica en los planos cultural, económico y social[1]. En ella Diego Delgado impartió una importante ponencia sobre el “Plan de Estabilización” con el que el régimen franquista pretendía romper con la autarquía e iniciar un periodo de crecimiento económico.
Asistentes de Córdoba a la IX Semana Nacional (Bilbao 1954) en una escapada al Monte Igueldo en San Sebastián

            Sin embargo, para la HOAC de Córdoba la que merece especial atención por su repercusión para la diócesis fue, sin duda, la XI Semana Nacional celebrada en la capital cordobesa del 9 al 15 de septiembre de 1956 y que tuvo como hechos clave la asistencia de delegados de la FIMOC (Federación Internacional de Movimientos Obreros Católicos) y la celebración de sesiones conjuntas, por primera vez, con la I Semana Nacional de la HOACF (Hermandad Obrera de Acción Católica Femenina) para tratar temas como el de la familia, el mantenimiento del hogar, etc.

            El trabajo de la semana, cuya organización corrió a cargo de la CD de Córdoba, “se preparó con encuestas anteriormente divulgadas, además de ponencias editadas y recopilaciones de textos pontificios”.[2]

            Tuvo lugar en el Seminario Diocesano y, como anécdota, que puede servir para ilustrar tanto las condiciones (en ocasiones precarias) en las que se celebraban, como también las relaciones que existían entre la HOAC y sus militantes con determinados sacerdotes, así como la intervención providencial de Fray Albino (una más de las muchas que tuvo para con la HOAC), queremos contar aquí la siguiente:

            La XI Semana Nacional, como muchas otras, tuvo una serie de inconvenientes en la organización. Uno de ellos y esencial fue el lugar de celebración. Estaba previsto que se hiciera en el Seminario Diocesano, pero al ser en septiembre, aún no había dado comienzo el curso escolar, por lo que los seminaristas permanecían de vacaciones. Se disponía del salón, se disponía de los dormitorios y de las camas, pero no era posible disponer de los colchones (propiedad de los seminaristas) ni de ningún tipo de ropa de cama o accesorio, que los seminaristas, cada final de curso, se llevaban a sus domicilios.

            Para resolver este problema hubo de intervenir D. Juan Font que haciendo uso, una vez más, de su capacidad para influir, consiguió que un tal Illescas, que regentaba un establecimiento de colchones, los ofreciera con todo lo necesario para que se pudiera celebrar la semana.

            Solucionada la cuestión, apareció un segundo y más grave inconveniente. El padre Cuenca, que estaba en aquel tiempo en el seminario, manifestó su oposición a que la semana se celebrara allí. La CD, entonces, se pone en contacto con Fray Albino para exponerle la situación. Fray Albino recomienda buscar por todos los medios un lugar de celebración alternativo. “Si no lo encontráis, diga el Padre Cuenca lo que diga, nosotros vamos a celebrar aquí, en el seminario la Semana Nacional”. Se trabajó intensamente, sobre todo en colegios de órdenes religiosas, pero no fue posible encontrar un lugar capaz de alojar las aproximadamente 300 personas en que se calculaba la asistencia. De vuelta a Fray Albino, este mantuvo su palabra concediendo el permiso para que se celebrara en el seminario.

            Concluida la semana hizo llamar a la CD de Córdoba para felicitarla y expresarle el impacto positivo que el desarrollo de la semana le había causado. A partir de ahí, la HOAC de Córdoba tuvo acceso al Seminario Diocesano, al que acudía a explicar a los seminaristas una vez al mes las condiciones y circunstancias del mundo del trabajo, así como la propia organización de la HOAC (hay que tener en cuenta que en esos años el seminario, a diferencia de la época actual, era un auténtico hervidero de vocaciones).

            Es de justicia reconocer que la XI Semana Nacional tuvo una gran repercusión, tanto por la buena asistencia y participación de los militantes, como por la extensión que de ella se hizo a la sociedad cordobesa mediante el esfuerzo militante de difusión y la cobertura prestada en los medios de comunicación.

V LA REPRESIÓN

            A medida que los militantes de la HOAC de Córdoba iban creciendo en conciencia, también iba aumentando su compromiso con el mundo del trabajo, destacando:

  1. La labor desarrollada en los comités de empresa de la época de las principales industrias cordobesas.
  2. El fortalecimiento del sindicato CC.OO.
  3. El papel protagonista de algunos militantes de la HOAC en la firma de los primeros convenios colectivos.
  4. Las actividades de formación encaminadas a crear conciencia en las bases trabajadoras del sistema social injusto en el que estaban inmersos y de la necesidad del cambio.
  5. Los cursillos y un largo etc.

            El desarrollo de este compromiso, que en la HOAC fue conocido como “el compromiso temporal”, tuvo repercusiones importantes fundamentalmente por el progresivo recelo de las autoridades civiles y la policía, lo que provocó no pocos momentos de tensión, al margen de la vigilancia casi constante a que se sometió a los militantes de la HOAC y a la propia organización. Algunos ejemplos significativos fueron:

  1. Suspensión de la publicación ¡ADELANTE!, antes citada.
  2. Detención de Diego Delgado, que fue retenido durante largas horas en Comisaría.
  3. Suspensión de actos y reuniones. En Cañero, ante el Plan de Estabilización, se organizaron unas conferencias y se repartieron impresos al público. D. Bartolomé dio el visto bueno con el sello de la parroquia. Este escrito fue a parar, no se sabe cómo, a manos de la Brigada Social que no tardó en ir a detener al autor. D. Bartolomé se hizo responsable (no lo detuvieron, pues arrestar a un párroco tenía sus inconvenientes, aún en el régimen), pero suspenden los actos.
  4. Suspensión de la conmemoración del 1º de mayo, que la HOAC quería celebrar multitudinariamente en el Gran Teatro con la presencia de Fray Albino y la participación de Morillo (quizá él fuera la causa) y el padre Carlos. El mismo día de la celebración la policía y los llamados “grises” (Policía Nacional Antidisturbios), rodearon totalmente el Gran Teatro no permitiendo el acceso a nadie. El acto fue suspendido por el Gobernador Civil.
  5. Presencia de delegados gubernativos en actos y asambleas de la HOAC de Córdoba.
  6. Presencia de policía secreta en las homilías de sacerdotes de la HOAC.
  7. Citación a Antonio Navarro para comparecer ante el Tribunal de Orden Público, acusado de hablar de Lenin y Marx. Fray Albino lo impide.
Antonio Navarro Sánchez (Consiliario de la HOAC de Córdoba)

            Antonio Navarro, en su libro apuntes para una historia de la HOAC en la diócesis de Córdoba (pág. 135) relata un suceso relacionado con lo dicho anteriormente: “vino un militante de la HOAC Nacional para decirnos, al oído, que la policía tiene orden de echar su coche encima de nosotros y decir luego que ha sido un accidente. También, que van a buscar el desprestigio moral de alguno. De lo primero tengo la experiencia, tal vez accidental, que al salir de la calle Eduardo Dato, del despacho de D. Rafael Sarazá, que llevó siempre nuestros asuntos, un coche de la policía se me echó encima y gracias a mis rápidos reflejos pude evitarlo”.

            Todo ello no hizo sino elevar el prestigio creciente que la HOAC de Córdoba y sus militantes se habían ganado ya en el seno del mundo obrero y del incipiente movimiento obrero que comenzaba a despertar.


[1] Las referencias y contenidos de las semanas nacionales están recogidas del libro Aproximación a la historia de la HOAC 1946-1981, págs. 289-30 de Basilisa López García.

[2] Ibídem.

75 Aniversario de la HOAC

Concluye la celebración del 75 aniversario del nacimiento de la HOAC, encuentro entre la Iglesia y el mundo obrero, con una Eucaristía el 28 de noviembre a las 12 h, en la Catedral de Córdoba, presidida Monseñor Demetrio Fernández.

Hace un año, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos  iniciaba la celebración de su aniversario, un acontecimiento eclesial compartido con el mundo obrero y del trabajo.

Ha sido y es un momento extraordinario de memoria agradecida al pasado, para proyectar el futuro, en la vivencia comprometida del presente, “tendiendo puentes y derribando muros” en el mundo del trabajo.

El 3 de noviembre de 1946, en la clausura de la I Semana Nacional celebrada en Madrid, se sitúa la fecha de nacimiento de la HOAC, el proyecto que los obispos españoles encargan a Guillermo Rovirosa, promotor y primer militante (actualmente en proceso de canonización), de impulsar una Acción Católica especializada para la presencia y la evangelización del mundo obrero.

75 años después de aquella, queremos celebrar una Eucarística para concluir este aniversario y expresar nuestra acción de gracias por la vida de tantos militantes, hombres y mujeres, laicos y sacerdotes, que han entregado, y siguen hoy ofreciendo, su vida para llevar el Evangelio, al mundo obrero y traer a la Iglesia las alegrías y las penas, las miserias y las grandezas del mundo del trabajo.

La Eucaristía, que se celebrará el día 28 de noviembre a las 12 de la mañana en la Catedral, será presidida por Monseñor Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba

RETIRO DIOCESANO 11 septiembre 2021

            Como cada año, la Hermandad Obrera de Acción Católica de Córdoba (HOAC) ha celebrado el sábado 11 de septiembre en la Casa Diocesana de Espiritualidad “San Antonio” su habitual retiro que supone, por un lado, el pistoletazo de salida del nuevo curso para los equipos y militantes y, por otro, revalidar y reafirmar los cimientos de nuestra fe como pilar básico de nuestro compromiso en y con el mundo del trabajo.

            En esta ocasión, hemos hecho presente la realidad de precariedad, explotación y exclusión que se está enseñoreando del mundo obrero y del trabajo con testimonios de personas que la están sufriendo en sus vidas. Esta realidad de sufrimiento, la hemos iluminado desde la palabra de Dios y la Doctrina Social de la Iglesia para terminar realizando un discernimiento en torno al compromiso personal y comunitario que debemos tener para que el mundo sea más humano y más justo haciendo visible a Jesucristo en él.

Vamos a reproducir en estas páginas lo más relevante del retiro para aquellos que no tuvieron oportunidad de asistir.

ORACIÓN INICIAL

A resaltar las dos antífonas que fueron calando en nuestro ánimo:

  • “Señor enséñame a ver detrás de cada palabra, un hermano”.
  • “Pon tus capacidades al servicio de la comunidad”

Y también esta oración

¡Si tú cambiaras!

La realidad de este mundo que vemos y admiramos todos, tiene deficiencias. Vemos cosas que no están bien, que desentonan, que serían mejorables.

¿Qué hacer?

Muchos adoptan esa postura fácil del lamento, del menear la cabeza desaprobando, del cruzarse de brazos en actitud de espera.

¿Comprendemos nuestra responsabilidad?

¿Nos damos cuenta de que, al mejorar tú y yo, ese mundo habría mejorado?

  • Si yo cambiara mi manera de pensar hacia otros, me sentiría sereno.
  • Si yo cambiara mi manera de actuar hacia los demás, les haría felices.
  • Si yo aceptara a los demás como son, sufriría menos.
  • Si yo me aceptara tal cual soy, cuánto mejoraría mi hogar, mi ambiente.
  • Si yo comprendiera mis errores, sería humilde.
  • Si yo deseara siempre el bienestar de los demás, sería feliz.
  • Si yo me fijara en lo positivo de todos, la vida merecería vivirse.
  • Si yo amara al mundo lo cambiaría.
  • Si yo me diera cuenta de que, al lastimar, el primer lastimado soy yo, pasaría haciendo el bien.
  • Si yo criticara menos y amara más, la vida sonreiría.
  • Si yo cambiara, el mundo habría cambiado…

Soñamos con un mundo mejor, con un mañana distinto. Es un quehacer para todos, también para ti.

Esa situación de un mundo que no nos llena, nos cuestiona e interpela.

No esperes a ocupar un gran puesto en esta sociedad. Hay pequeñas dosis de felicidad que tú tienes en tu mano. No cierres el puño. Ábrelo y date.

Ser solidario es conocer la realidad y sus problemas, compartir luchas y esperanzas y arrimar el hombro…

Ser cristiano no es contar lo que hizo Jesús, es hacer lo que Él hizo. Él vio el mal, bajó a ese mundo y quiso que el pueblo tuviera vida y la tuviera en abundancia…

Esa solidaridad nos hará creíbles y testigos ante los hombres.

Hoy el mundo está cansado de palabras y busca obras, personas de bien. El mundo y Dios cuentan contigo. No los defraudes.

“El mensajero seráfico”

1ª REFLEXIÓN:

VER

TESTIMONIO 1

Soy mujer, tengo 45 años. Antes trabajaba en el metal, nunca más de un año seguido, para no tener que hacerme fija. Una vez, mientras hacía tiempo para que me volvieran a llamar, decidí buscar otro empleo: necesitaba independencia económica. Una empresa de trabajo temporal (ETT) me contrató para labores de empaquetado. En esa empresa los contratos son de lunes a viernes. Si lo haces bien, te vuelven a llamar y te cambian de sección para que no establezcas relaciones con las compañeras de trabajo. Todos los viernes, al acabar la semana, mis compañeras y yo miramos rápidamente el móvil para ver si trabajaremos la semana siguiente. Es la agonía de todas las semanas. El ambiente es de incertidumbre, nerviosismo y malestar. Al llegar los viernes siento una opresión en el pecho y me pongo de mal humor. Los sindicatos han intentado entrar, pero lo tienen muy difícil, ya que nadie abre la boca. Y lo peor de la situación es que todo esto es legal.

TESTIMONIO 2

Trabajo en una residencia de ancianos. Al iniciarse la pandemia, las auxiliares no disponíamos de equipos de protección individual; los confeccionábamos nosotras con bolsas de basura, a partir de las fotos que nos mandaban las compañeras por redes sociales. Solicitamos el uso de mascarillas y la respuesta de la empresa fue que no era aconsejable para no crear alarma a los residentes. Al salir a la luz la precaria situación en mi residencia, enviaron algunos medios de protección.

Como podéis imaginar, la mayoría de las trabajadoras y trabajadores terminamos contagiándonos, tuvimos que aislarnos en casa, algunas compañeras acabaron en la UCI y algunos residentes fallecieron.

La dirección nos ha hecho sentir, de forma sutil, que éramos las responsables de haber introducido el virus en la residencia y no quiere asumir que gran parte de lo sucedido ha sido por los fallos en las medidas de prevención.

JUZGAR DESDE LA PALABRA DE DIOS Y EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA

Ahora vamos a mirar esa realidad con los ojos de Dios, para ver cómo Él ve y obrar cómo Él obra, siempre a favor de los más desfavorecidos…, indicando el camino para ser y vivir como personas.

Se dio lectura del Evangelio según San Mateo, 20 1-16 (los jornaleros de la viña)

Y, a continuación, se leyó un pasaje de Cáritas in veritate del Papa Benedicto XVI que dice: “La economía de cualquier país debe servir a la gente, no al revés. El trabajo es más que una manera de ganarse la vida; se trata de una forma de continuar participando en la creación de Dios. Si la dignidad del trabajo se va a proteger, los derechos básicos de los trabajadores deben ser respetados: el derecho a un trabajo productivo, a salarios dignos y justos, a la organización y la unión de los sindicatos… En muchos casos la pobreza resulta de una violación de la dignidad del trabajo humano, bien porque se limitan sus posibilidades (desocupación, subocupación), o porque se devalúan los derechos que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y de su familia

Posteriormente, se nos invitó a reflexionar lo que nos dicen estos textos ante la situación que vivimos en el mundo del trabajo.

ACTUAMOS PARA TRANSFORMAR NUESTRO MUNDO

Nos dice el Papa Francisco (Encuentro Mundial de Movimientos Populares, Santa Cruz 2015) “No hay peor pobreza material que la que no permite ganarse el pan y privar de la dignidad del trabajo. El desempleo juvenil, la informalidad y la falta de derechos laborales no son inevitables, son el resultado de una previa opción social, de un sistema económico que pone los beneficios por encima de la persona

Para cambiar esta situación en la HOAC hemos decidido actuar desde la defensa del trabajo decente, por eso:

  • Ponemos en el centro a la persona, rompiendo la actual lógica de pensar y organizar el trabajo desde lo económico y los intereses de unas pocas personas.
  • Planteamos el sentido y el valor del trabajo más allá del empleo: distribuir de manera justa y digna el empleo y reconocer socialmente todos los trabajos de cuidados necesarios para la vida humana.
  • Luchamos por condiciones dignas de empleo: sin lucha por la afirmación de los derechos de las personas en el empleo no es posible humanizar el trabajo.
  • Buscamos una sociedad que articule de forma humanizadora el trabajo y el descanso.
  • Queremos luchar por la defensa de los derechos humanos y, en concreto, por el derecho al empleo digno.

Hubo un tiempo de silencio en el que se invitó a que cada persona haga su compromiso o compromisos concretos ante el Señor.

2ª REFLEXIÓN

  1. Este es nuestro único Señor

Este es Jesús sacramentado, nuestro Señor, nuestro único Señor. No podemos servir a Dios y a otros dioses, como nos ofrece nuestra sociedad consumista y materialista. “Nadie puede estar al servicio de dos amos, porque aborrecerá a uno y querrá al otro, o bien se apegará a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero (Mt 2, 24) No podemos poner nuestro corazón en Jesucristo, y al mismo tiempo, ponerlo en otros ídolos que van devorando nuestra vida y la de las personas que nos rodean. Tú ¿Dónde tienes puesto el corazón? Mira hacia el altar, es el cuerpo de Cristo, el mismo que cuando estaba en la cruz pronuncio tu nombre y te dijo: “Entrego mi vida por ti, para que comprendas lo que te amo y entiendas que solo podrás tener Vida Plena y Eterna si la pones al servicio del Plan de Dios para toda la humanidad: que viváis como hermanas y hermanos, como hijas a hijos de un mismo Padre” Solo desde el amor podemos entretejer relaciones de fraternidad. En estas relaciones no podemos olvidar al hermano, especialmente al mas débil, al pobre y desvalido. Ellos, los empobrecidos, son custodia de Cristo. Jesús de Nazaret está en ellos. “Os lo aseguro: cada vez que lo hicisteis con un hermano mío de esos más humildes, lo hicisteis conmigo.” (Mt 25,40). En el altar esta el cuerpo de Cristo, el cuerpo de una víctima injustamente ajusticiada en Cruz… y resucitada. Una víctima a la que dios Padre no olvido, ni la muerte ni el pecado, ni la injusticia tienen la ultima palabra. Las víctimas de nuestra historia, las personas caídas al borde del camino…tampoco son olvidadas por Dios. El mundo obrero y del trabajo, especialmente el más empobrecido, es también un lugar de encuentro privilegiado con Jesucristo. Jesús esta ahora pronunciando tu nombre, y te pregunta ¿a quien sirves? ¿a mi o a otros ídolos? Y si me sirves a mi ¿esta tu vida puesta al servicio de los que as te necesitan? Porque solo me puedes amar si unes tu vida a la vida de los pobres, si te haces responsable de su suerte que es la mía. “sigamos en manos de Dios para escucharlo y sentirlo e lo más profundo de nuestro ser.

2. El Divino Obrero de Nazaret

Jesús nació en una familia obrera. ¿Casualidad? Una familia que para poder vivir tenía que trabajar. Eran unos “don nadie”. Nazaret era un pequeño pueblo de Galilea, una tierra pobre y olvidada. Un territorio invadido por Roma donde la injusticia y el abuso estaban a la orden del día. Jesús aprendió el oficio de su padre, hacían un poco de todo, construcción, madera… Él sabía lo que era el trabajo duro, las jornadas interminables, el dinero escaso, la precariedad y la pobreza… Ser hombre y mujer trabajadora es experimentar la vida de Jesucristo. Trabajar no es una condena, aunque el egoísmo humano en eso lo convierte. No es una condena es una gracia de Dios que nos acerca a Jesús. ¿Por qué Señor hay tantos hombres y mujeres del mundo del trabajo que no te conocen? ¿Por qué en demasiadas ocasiones a los cristianos se nos olvida reconocer a Cristo en el sufrimiento del mundo obrero y del trabajo? Y el divino obrero de Nazaret sigue estando presente en los trabajadores y trabajadoras de nuestro tiempo. Y hay tanto sufrimiento y tanta injusticia en la manera de concebir y organizar el trabajo humano. Es ese mismo Cristo que adoramos, el que es echado al paro o a un ERTE, el que tiene que migrar porque no tiene futuro en su tierra, al que se le niegan sus derechos, se le explota en la economía sumergida, pierde su salud o muere en accidente de trabajo, encadena contratos de trabajo temporales, tiene horarios imposibles, cobra un salario injusto o invierte todos sus ahorros para poner n pequeño negocio como persona autónoma para poder sobrevivir… Es la misma Sagrada Familia la que no puede atender la educación de sus hijos, la que ve con angustia que no llega a final de mes, la que tiene dificultades para afrontar su hipoteca, la que es desahuciada de su vivienda, la que no puede pagar el recibo de la luz, la que viene a Cáritas pidiendo ayuda… Todos conocemos a estas personas que nos rodean, podemos ser incluso una de ellas ¿Cómo te duele ese sufrimiento? ¿Cómo te duele Cristo y como te duelen los “crucificados” de nuestra historia?

  • 3. Te pedimos perdón Señor.

Te pedimos perdón Señor, porque muchas veces vivimos mirando solo nuestro ombligo o buscándote en las alturas y en los pedestales… Pero Señor tu estas a nuestro lado junto a los hombres y mujeres del mundo obrero que tienen unas condiciones de vida precarias e injustas ¿Cómo es posible que no te busquemos entre ellas? Están tan cerca de nosotros y no las vemos, no las queremos ver. Sin darnos cuenta nos hemos dejado atrapar por otros ídolos. La búsqueda del bien particular, el amor propio, el ganar, gastar y gozar, el consumismo sin freno, el individualismo… se han colado por las rendijas de nuestro corazón. Te pedimos perdón porque queremos hacer compatible nuestra fe en ti y una vida de comodidad y de indiferencia ante el sufrimiento de los que nos rodean. Y eso es imposible. Tú nos llamas a ser místicos en el corazón del mundo, en el corazón también del mundo del trabajo. Te pedimos perdón por las veces que encerramos la Eucaristía entre los muros del templo y no la celebremos para seguir viviéndola cotidianamente entre las personas sufrientes. A eso nos llamas cuando nos dices “haced esto en memoria mía”, a que nos alimentemos de Ti para que también partamos nuestra vida y la entreguemos entre la gente. Eso es ser Evangelio en nuestras casas, en nuestros centros de trabajo, en nuestras organizaciones, en nuestras parroquias, en los distintos ambientes donde convivimos. Te pedimos perdón por no querernos complicar la vida. Que la pandemia, Señor, no sea una excusa para replegarnos sobre nosotros mismos. Tu conoces nuestro corazón. Ayudamos a seguirte en nuestra debilidad.

  • 4. Nuestra acción de gracias es un compromiso

En este tiempo de oración ante Ti, Señor, siento tu acogida y tu perdón. Experimento la gracia de tu amor. Tu nunca me abandonas, a pesar de haberte defraudado tantas veces. Tu amor misericordioso me hace sentirme una persona agraciada y agradecida. Pero ¿cómo puedo responder a ese amor? Y tú me contestas: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto”. (1 Jn 4, 20) Solo podemos responder al amor de Dios a través de nuestros hermanos y hermanas. Por ellos nuestra acción de gracias se expresa en un compromiso con aquellas personas que sufren, especialmente, con las mas desvalidas. Y un compromiso que, para ser cristiano, solo puede ser expresión de la Caridad, también la caridad social y política. El mundo obrero y del trabajo, especialmente el descartado, necesita de hombres y mujeres de fe que atiendan las consecuencias de la injusticia, la asistencia y promoción personal, pero también que se pregunten y afronten las causas de dicha injusticia para, con amor de Dios y a los hermanos erradicarlas. El amor también se concreta, como nos dice el papa Francisco en “… aquellos actos de la caridad que impulsan a crear instituciones más sanas, regulaciones más justas, estructuras más solidarias (181). De ahí que sea un acto de caridad igualmente indispensable el esfuerzo dirigido a organizar y estructurar la sociedad de modo que el prójimo no tenga que padecer la miseria (182). Es caridad acompañar a una persona que sufre, y también es caridad todo lo que se realiza, aun sin tener contacto directo con esa persona, para modificar las condiciones sociales que provocan su sufrimiento” (Fratelli Tutti, 186). Ahora, ante Cristo Sacramentado es el momento de ser agradecidos por su Amor y de expresar ese agradecimiento en un compromiso por nuestros hermanos y hermanas del mundo obrero y del trabajo. Un compromiso cristiano que sea concreción de la Caridad. Ayudar a través de Cáritas, comprometerme en Manos Unidas, participar en la asociación de vecinos de nuestro barrio, acompañar la vida de los trabajadores/as en un sindicato, desarrollar un compromiso en un partido político… Donde cada uno y cada una considere según sus posibilidades y vocación: Pero con la conciencia de que desde e Amor misericordioso y la Compasión que dios derrama en nosotros, todos son compromisos eclesiales. Es la Iglesia la que nos envía a llevar a Jesús y su Evangelio al mundo.

  • 5. La Virgen María, madre de Dios, una mujer del mundo obrero

María Madre de Dios, ruega por nosotros. María Madre de los pobres, ruega por nosotros. María madre del mundo obrero y del trabajo, ruega por nosotros. María una mujer sencilla, del pueblo. Una trabajadora infatigable. Una discípula que dijo si a la propuesta de vida que le ofreció Dios. ¡Cómo tuvo que cambiar su realidad! No debió ser fácil. Un ejemplo para nosotros/as. Tú ¿Cuántas veces eres capaz de decir, sin condiciones a lo que dios te ofrece? Ella es para nosotros un faro que nos ilumina en el seguimiento de Cristo. Ella nos enseña también que significa para los cristianos y las cristianas de hoy ser Madre de Dios. En la sencillez de un establo, entre los pobres y lejos de su tierra, dio a luz a Jesús. Unos trabajadores, los pastores, fueron los primeros en acoger y dar gracias a Dios por el Salvador, por el Liberador de toda esclavitud. Hoy, tú y cada uno de nosotros y nosotras estamos llamados como María a dar a luz a Jesús entre las personas que nos rodean, entre el mundo obrero y del trabajo, entre las familias trabajadoras en nuestros barrios. Estamos llamados a que nazca Dios en la realidad sufriente de nuestro mundo. A que las relaciones de anos y fraternidad sean las que presidan nuestros vínculos personales y sociales, también la economía, el empleo, la política… Eso significa que la persona debe ser el centro de toda la realidad y que solo podemos construir un proyecto social desde la búsqueda del bien común y la solidaridad. Eses es nuestro reto. Miremos a María, ella siempre nos lleva a Jesús. Madre ante tanto dolor e injusticia, sepamos nosotras y nosotros no mirar hacia otro lado y construir comunión. Dejemos nuestro corazón abierto a María, Madre de Dios, Madre de los pobres, Madre del mundo obrero y del trabajo.

Con posterioridad a cada una de las dos reflexiones se dio tiempo para la oración personal para las que se sugirieron las siguientes cuestiones:

  1. ¿Cómo estoy viviendo la relación con los pobres? ¿Cómo vivo la solidaridad? ¿Qué eco producen en mí los problemas sociales, los recortes a los derechos de las y los trabajadores…?
  2. ¿Soy consciente de que tengo que prescindir de cosas, dinero, actitudes…, para servir mejor al proyecto que Dios tiene para mi vida? ¿Soy consciente de que yo también tengo que cambiar?
  3. ¿Cómo llevo mi vida de oración? ¿Me encuentro con Dios como Padre desde la vida? ¿Doy importancia en mi vida a la celebración de la Eucaristía y la Penitencia? ¿Estoy convencido y trabajo para que, como rezamos en el Padrenuestro y nos enseña la doctrina social de la Iglesia, la tierra con todos sus bienes creados por nuestro Padre Dios, sean para utilidad de toda la familia?

Concluimos con la celebración de la Eucaristía donde oramos y sentimos nuestra firme voluntad de vivir desde Cristo, en comunión con la Iglesia, siendo fieles a los más pobres del mundo obrero.   

Salimos de él fortalecidos por el Espíritu y entusiasmados de cara al curso que comienza.

APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DE LA HOAC DE CÓRDOBA

            III. LA FINANCIACIÓN

            Cuando el Obispo Fray Albino y D. Juan Font en su nombre, emprenden la realización de la Obra Social en Córdoba y se crea la Asociación Benéfica Sagrada Familia, D. Juan concede a la HOAC la regencia de varios bares propiedad de la Sagrada Familia. Sabemos por algunos documentos[1] que fueron:

  • El bar Jardín.
  • El bar Tenerife.
  • El bar Doble Cepa.
  • El bar Cañero.
  • El bar Granada.
  • El bar Montilla
  • El propio bar social.

            Este hecho, que se prolongó durante varios años puso a la HOAC en una situación difícil:

  • Por un lado, la HOAC tuvo el gran peligro de ser absorbida por la propia obra social y pasar a convertirse en una institución secundaria de obras sociales.
  • Por otro lado, la gestión de los bares absorbía la casi totalidad del tiempo y esfuerzo de la CD (como ejemplo: el vino lo suministraba la propia CD de las bodegas Pérez Barquero, que tenían prácticamente el monopolio del vino en los bares de la Sagrada Familia, por ser el propio Pérez Barquero miembro destacado de la misma). La reunión semanal de la CD se consumía entre envíos, suministros, intendencia y gestión económica y administrativa de los bares que gestionaba, por lo que no quedaba casi tiempo ni espacio para el desarrollo de la misión propia de la HOAC.
Fotografía tomada del libro: Apuntes para una historia de la HOAC en la diócesis de Córdoba pág. 21 de Antonio Navarro Sánchez.

            Pasados unos años y conscientes de estos riesgos, la CD acordó pasar la gestión de los bares a un patronato independiente de la HOAC para que se hiciera cargo de ellos. Dicho patronato ingresaba a la HOAC una cantidad mensual que oscilaba entre las 4.000 y 5.000 pesetas de aquellos tiempos.

            Estos ingresos permitieron a la HOAC realizar su misión en el mundo del trabajo con mayor garantía y eficacia, así como el desarrollo de lo que algunos dieron en llamar las «Obras Propias», que no eran otra cosa que determinados proyectos que la HOAC financió en todo o en parte. Fruto de esta financiación y del trabajo desarrollado por los militantes se crean o se colabora en la creación de, citamos sólo algunas:

  • Unos talleres artesanales de esparto, mimbre y escobas.
  • La Tipografía Católica cuya primera sede la constituyeron los sótanos de unas casas del Campo de la Verdad cercanas al río. Desde el primer momento, la Tipografía Católica nace al calor de la HOAC, pero independiente de ella.
  • También se colabora con la Federación Sindical de Trabajadores (FST).

            De corte distinto y también de otro calado fue la participación de la HOAC en la creación y nacimiento del Círculo Cultural Juan XXIII. La HOAC no crea el Juan XXIII. Una serie de personas, entre las que se encuentran Paco Natera[2], los hermanos Manolo y José Aumente, Rafael Sarazá, Martínez Bjorkman y, con posterioridad, Manuel de la Rubia acuden a la HOAC con la pretensión de crear una asociación cultural para que, bajo el manto de la cultura, se vayan introduciendo toda una serie de elementos y posibilidades de organización y actuación política que, en esos años (los 60), ya se vislumbraba que debía y podía ir acercándose a un cambio político. El nombre de Juan XXIII surge en esas reuniones, muchas de las cuales tuvieron lugar en la parroquia de Santiago, a propuesta de José Aumente. A estas reuniones asisten como miembros de la HOAC, entre otros, Diego Delgado, Antonio Navarro y Juan Calvo de la Mora (tercer presidente de la HOAC de Córdoba, que sustituyó a Antonio Cantarero en 1963).

            Pero la pretensión no era solo la de crear una asociación cultural en los términos antes citados, sino que, además, fuese una obra cultural de la HOAC. La HOAC se niega a ello pues, aunque está de acuerdo en su creación, prefiere que sea una obra independiente. Esto representaba una complicación, y se sabía, porque fuera del paraguas de la HOAC la asociación no tendría cobijo ni respaldo de ningún tipo frente al régimen franquista. Con todo, y para que no pareciese una posición personal o particular de los militantes de la HOAC de Córdoba implicados en ello, se consulta a Madrid (Comisión Nacional) que da una respuesta fría, ambigua y diplomática en el sentido de que no habría inconveniente si no había más remedio de que fuese una obra de la HOAC, pero por la respuesta y el tono se dejaba ver claramente, que era preferible que fuera independiente.

            Una vez puestos de acuerdo y diseñados los objetivos, el reglamento y todo el entramado del Círculo Cultural, se celebra una reunión en casa de Balbino Povedano donde se lanza definitivamente el Juan XXIII.

Fotografía tomada del libro: Apuntes para una historia de la HOAC en la diócesis de Córdoba pág. 26 de Antonio Navarro Sánchez.

            Pero retrocedamos, de nuevo, al tiempo en que el subarriendo de los bares proporcionó a la HOAC no solo el dinero necesario para financiar las “obras propias”, sino también la posibilidad de poder ejercer mucho mejor su misión (viajes, visitas a los centros de la provincia, escritos, folletos, cursillos…) dentro de la Iglesia y del mundo obrero. Sin embargo, esto no eximía a los militantes de aportar solidariamente una cantidad mensual en forma de cuota fija, que estaba establecida por la Comisión Nacional en torno a una peseta, aproximadamente. Una parte de esta cuota, al igual que se hace en la actualidad, se enviaba a Madrid para sufragar los gastos de la estructura general de la HOAC (reuniones generales, Comisión Nacional, etc.).


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[1] Apuntes para una historia de la HOAC en la diócesis de Córdoba págs. 19-26. Antonio Navarro Sánchez.

[2] Todo lo relativo a la creación del Círculo Cultural Juan XXIII procede, en exclusiva, de los testimonios de varios militantes de la HOAC de la época. Las referencias a Paco Natera y Rafael Sarazá solo fueron confirmadas por alguno de ellos.

DÍA DE LA HOAC

Los días 7 y 8 de mayo, la HOAC de Córdoba celebró su día, el Día de la HOAC, con una charla-coloquio, un gesto público en la plaza Amanecer del barrio de Fátima de la capital cordobesa y una Eucaristía, bajo el lema “Tendiendo puentes, derribando muros”.

Este año, que coincide con el 75 aniversario del nacimiento de la HOAC, el Día de la HOAC, enmarcado en la campaña “Trabajo Digno para una Sociedad Decente” que llevamos realizando desde hace varios años, quiere poner de manifiesto todo un conjunto de muros que la raíz economicista de la sociedad está levantando y que son fuente de precariedad, deshumanización, desigualdad y pobreza.

Muros que separan la riqueza de la pobreza, que aíslan a las personas de éxito de las excluidas y descartadas y que nos enfrentan en una lucha por la existencia haciéndonos creer que el éxito depende de la competitividad, y la lucha entre iguales, pero que también nos seducen… nos dan sensación de seguridad o de preservación de nuestros privilegios, frente a la situación vital de otras gentes.

Muros levantados por el sistema actualmente imperante globalizando la economía y eliminando cualquier regulación de los mercados que ponen en el centro al Dios dinero relegando a la persona a un segundo plano, desprotegiendo, mediante leyes y reformas laborales, la vida de quienes tienen que trabajar para vivir.

Ninguno de estos muros podría haberse construido sin el virus de la indiferencia y de la falta de empatía hacia el sufrimiento de los demás.

En la convicción de que los valores que nacen del Evangelio de Jesús son contrarios a estos muros, la HOAC, respirando Evangelio en medio del mundo obrero, hemos tratado en todos estos años de existencia de tender puentes, tanto en la Iglesia como en el mundo del trabajo y entre ambos. Puentes de encuentro, compasión, comunión, acogida, solidaridad, fraternidad y esperanza.

  • Viernes, 7 de mayo charla-coloquio: «Tendiendo puentes, derribando muros, 75 años de encuentro entre Iglesia y mundo obrero». A cargo de Maite Valdivieso de la HOAC de Bilbao

  • Sábado, 8 de mayo:
  • Gesto público en la plaza Amanecer de Fátima de Córdoba.
  • A las 12:30 Eucaristía en la Parroquia Nª. Sra. de Fátima.

Gracias a todas y todos por vuestro trabajo compartido y vuestro acompañamiento