Una preocupación central en esta primera etapa, como hemos podido ver, era la formación. La formación integral de la conciencia obrera cristiana (uno de los mayores servicios que la HOAC ha prestado y presta a la Iglesia y al mundo y movimiento obrero). Esta preocupación llevaba implícita otra no menos ingente: la formación de líderes y dirigentes obreros.
Al principio se utilizó la Revisión de Vida como método formativo. No hay que olvidar que no se buscaba una formación teórica, meramente intelectual, de saberes doctrinales desconectados de la realidad, más bien al contrario, la formación se entendió desde el principio como la conjunción de teoría y práctica que impulsara permanentemente al militante al «ejercicio práctico del apostolado»
Para ello, pronto se reveló como más idóneo el llamado método de encuesta (adaptación hecha por Rovirosa de la metodología jocista) que, en palabras de la época, consistía en «examinar, luego de una previa y ordenada investigación personal, un determinado problema de la vida real y actual del trabajador, para iluminarlo desde el Evangelio y discernir una respuesta concreta que debía estar destinada a la acción posterior”.
Este método de encuesta concretado en una serie de temas que conformaron el Plan Cíclico y que, después de sucesivas reelaboraciones y actualizaciones, conocemos hoy como Plan Básico de Formación Cristiana (PBFC), fue la pieza clave para la formación de militantes obreros cristianos desde la HOAC.
En este plan se conjugan de forma equilibrada el estudio, el descubrimiento personal y grupal de la realidad opresiva circundante y la necesidad de cambiarla para hacerla más grata y querida por Dios, haciendo ver a los trabajadores que eran ellos y no otros, los sujetos idóneos para llevar a cabo su liberación y, por tanto, los protagonistas de la misma.[1]
Esta pieza clave en la formación, con el complemento de los cursillos, provocó un impacto en los obreros de la época que se acercaban tímida y recelosamente a la HOAC, que aún hoy muchos de ellos recuerdan y confiesan seguir manteniendo de una u otra manera.
Junto a estos se arbitraron también otros medios para la formación integral del militante (ejercicios espirituales, retiros mensuales, reuniones de familia…). Estas reuniones de familia se celebraban mensualmente y tenían lugar de forma rotativa en el domicilio de un militante cada vez en las que, además de agasajar con un ágape a los demás, se aprovechaba para impartir charlas formativas, coloquios, etc.)
Dos medios y dos hechos. Los medios que resultaron claves tanto en la propagación y difusión de la HOAC, como para la propia formación obrera y cristiana fueron:
El ¡TÚ!
El Boletín de Dirigentes.
Los hechos que resultan de interés fueron:
Uno, el que Manuel Figueroa Montoro, militante de Córdoba participara en la elaboración del Plan Cíclico.
Otro, el esfuerzo «propagandista» (como se denominaba en la época a la difusión de la HOAC) de los militantes, que semanalmente distribuían alrededor de 130 ejemplares del ¡TÚ! en sus ambientes (parroquias, centros de trabajo…), lo que suponía más de 500 ejemplares mensuales, que eran acogidos con interés y entusiasmo.
Coincidiendo, en parte, con el ¡TÚ! se publicó en Córdoba un pequeño periódico, que editado en la Tipografía Católica recibió el nombre de ¡ADELANTE! Salía como suplemento del boletín de la parroquia de San Francisco (única manera de intentar evitar la censura franquista) pues así, el que corregía las pruebas y daba el visto bueno era el párroco del Alcázar Viejo. De periodicidad mensual, era gratuito y se distribuía (ya separado del boletín parroquial) por toda la ciudad de Córdoba y pueblos de la provincia, en cantidad aproximada a los 600 ejemplares mensuales. D. Juan Font tenía una sección fija que titulaba «Querido Pepe» y el resto corría a cargo de la pluma de Diego Delgado. En sus dos hojas aparecían reflejados los problemas que había en las empresas, se realizaban comentarios críticos de las leyes en materia laboral y social, así como noticias de la HOAC y los distintos centros.
Vio la luz durante un periodo de 5 o 6 años hasta que un día la policía hizo su aparición preguntando de dónde salía, quién lo elaboraba, etc., y si pasaba o no por la censura civil.
La CD dio las explicaciones pertinentes pretextando ser suplemento del boletín parroquial de San Francisco y, por tanto, de uso interno para los militantes. Las explicaciones fueron desestimadas por lo que se conminó a la CD de Córdoba a tener que acogerse a la censura y autorización del Gobierno Civil.
Censura o desaparición. Ante la imposibilidad de mantener los mismos contenidos se optó por la desaparición antes que someterlo a la censura del Régimen. De esta manera, como ocurrió con los apóstoles respecto al Maestro, el ¡ADELANTE! corrió la misma suerte que el ¡TÚ!
En su corto recorrido, el ¡ADELANTE! tuvo mucha aceptación en los pueblos y centros de trabajo y contribuyó de forma decisiva a la formación de la conciencia laboral y social de muchos trabajadores de la época.
Para reforzar la labor formativa se recibía en Córdoba el Boletín de Dirigentes. Pretendía completar la formación en el terreno de lo doctrinal y dar unidad y cohesión interna al movimiento. Pronto se convirtió en una revista de carácter interno, orientada a la formación de los dirigentes seglares. El boletín era confeccionado o inspirado por Rovirosa y constituyó una pieza esencial para la formación de muchos militantes de la HOAC de Córdoba.
Siguiendo las orientaciones e indicaciones del Boletín de Dirigentes se articularon los Grupos Obreros de Estudios Sociales (GOES) que representaron un importante núcleo intelectual de la HOAC. Estos grupos tenían una estructura a nivel nacional, por lo que estaban por encima de la estructura diocesana y su órgano de expresión era el propio Boletín.
Los GOES existentes en todo el país, desarrollaron un amplio abanico de temas económico-sociales orientados a dar soluciones a problemas concretos de la clase obrera convirtiéndose en punto de encuentro de militantes procedentes del campo anarquista, socialista y comunista. Entre los temas abordados destacaron, por ejemplo: la contratación colectiva, la reforma de la empresa, la propiedad familiar, la propiedad de los medios de producción, los impuestos y la inflación y su repercusión en los salarios.
Este esfuerzo formativo dio como resultado:
La posibilidad de poner a dialogar la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) con la cultura obrera.
La aparición de un considerable número de obreros cristianos «especializados» en aquellos temas económicos que incidían de lleno en sus problemas laborales.
La crítica a leyes concretas, dictadas por el gobierno franquista, que lesionaban derechos de los trabajadores.
La divulgación de fórmulas alternativas a la empresa capitalista en las que se pudieran dar unas relaciones de mayor equidad como era el caso de la sociedad anónima laboral (SAL) y de las cooperativas de producción.
En Córdoba funcionó un GOES: el GOES político, llamado así por su especialización en este campo. Este GOES lo constituyeron: Antonio Hens, Antonio González y Diego Delgado.
La labor del GOES político cordobés fue muy valorada. De ello da fe su presentación en la XVII Semana Nacional celebrada en Oviedo en septiembre de 1963, en la que también se desarrolló un cursillo de iniciación a cargo de Canamasas, Norberto Moreno y Lola Castilla.
La formación que proporciona la HOAC y el trabajo desarrollado por el GOES son tan valiosos que, a Diego Delgado se le llega a buscar para que ayude a confeccionar diversos convenios colectivos.[2]
La pertenencia a un GOES, así como los trabajos elaborados eran considerados peligrosos porque trataban asuntos muy delicados para los tiempos que corrían (libertad sindical, federalismo…), de tal manera que se cuidaba mucho que los materiales nunca cayeran en manos de la policía, incluso se desconfiaba de enviarlos por correo y, en muchas ocasiones, se aprovechaban los viajes a Madrid con motivo de alguna reunión para entregarlos en mano.
________________________________________________
[1] En la explicación inicial para la realización del Plan cíclico, donde se ofrece una visión de conjunto del propio plan y del trabajo personal, aparece un enunciado titulado “LAS EXCUSAS” que, por su curiosidad, y como reflejo de la firmeza y seriedad con que se tomaban el compromiso los militantes de la HOAC, no podemos resistirnos a reproducir aquí:
LAS EXCUSAS
“Cuando se dispone de una buena excusa, viene siempre la tentación de echarnos atrás en el servicio de Dios.
Las excusas pueden tener alguna eficacia ante los hombres, pero en la HOAC no nos hemos comprometido a una obra de hombres sino a una obra de Dios.
Por esto es inútil dar excusas a los dirigentes, al Consiliario. A quien hay que darlas, en todo caso, es a Jesús Crucificado. Cuando aparezca la tentación de aflojar en las tareas de la HOAC porque se tiene una buena excusa, lo que hay que hacer es ver si uno tiene cara para presentarlas al Crucificado, a la vista de lo que Él sufrió y padeció por mí, sin quererse excusar ni un solo momento”.
[2] Apuntes para una historia de la HOAC en la diócesis de Córdoba págs. 135. Antonio Navarro Sánchez.
Por el aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa y Tomás Malagón
El viernes 26 de febrero a las 19 horas, presidida por el Obispo de Córdoba Mons. Demetrio Fernández, celebraremos en la parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos (La Compañía) la Eucaristía por el 57 aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa, promotor y primer militante de la HOAC y el 37 del Consiliario y teólogo de la HOAC D. Tomás Malagón.
En ella queremos mostrar nuestro agradecimiento por sus vidas entregadas, en respuesta a su experiencia del amor de Dios, al servicio del mundo del trabajo.
Ambos fueron esenciales en el nacimiento y desarrollo de la HOAC como movimiento apostólico de Acción Católica para llevar la buena noticia del evangelio a las periferias del mundo del mundo obrero empobrecido y ambas vidas han sido referencia y modelo para un sinfín de militantes obreros cristianos.
En momentos como este, inmersos en la celebración del 75 aniversario de la creación de la HOAC, queremos manifestar, como diría el mismo Guillermo, que “ahora más que nunca” necesitamos personas en la Iglesia y en el mundo, que como Rovirosa y Malagón sean capaces de acompañar la vida de las personas, de caminar con ellas, de dar a luz otra manera de ser, de sentir, de pensar y de ir construyendo esa sociedad justa, humana y fraterna tan necesaria.
Una buena manera de celebrar su memoria sería comprometernos nosotros y nosotras en la búsqueda del Reino de Dios y su justicia a la que ellos dedicaron sus vidas.
El próximo viernes 19 de febrero a las 19 horas, mediante videoconferencia en Zoom, la HOAC de Córdoba presenta la novela Tiempos convulsos. España 1959-1980. Apostaron por el amor, la paz y la dignidad, con la intervención de Ana Mª Castillo Moreno, escritora y autora del libro.
Esta novela de historia contemporánea, publicada por Ediciones HOAC, que ya está en la segunda edición, ofrece una mirada distinta de la posguerra y la Transición española, a través del hilo argumental de una serie de historias entrelazadas. Los personajes han de hacer frente a los enormes obstáculos que la sociedad de la época impone, llegando algunos a perder la vida. Tiempos tormentosos en los que nada es lo que parece.
Aquellos Tiempos convulsos
La novela refleja el ambiente político, religioso y cultural del periodo 1959-1980: la emigración, la clandestinidad, la lucha contra la dictadura, la gestación de la banda terrorista ETA y el estallido de la violencia. Relata el compromiso y la tarea esencial de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Estudiante Católica (JEC), movimientos de Acción Católica especializada de España, en la lucha pacífica por la justicia social.
Son tiempos confusos envueltos en el trasfondo de una compleja red de emociones, relaciones y desencantos cuya única salida es el amor, el perdón.
Para Ana María Castillo, autora de la novela, elaborar este relato ha sido posible gracias a las “numerosas fuentes escritas consultadas para ofrecer un orden cronológico y una veracidad histórica”, junto con las entrevistas realizadas “del testimonio de todas aquellas personas de edades, profesiones e ideologías tan diferentes, me abrieron de algún modo las puertas de sus vidas” y reflejar dos décadas decisivas en la historia reciente del país.
Castillo señala que la novela es un aldabonazo para recordarnos que, “aunque el olvido es imposible, se pueden cicatrizar las heridas para hacer posible la convivencia”. También es un bello homenaje a quienes lucharon por “encontrar en el amor, la paz y la dignidad la salida al laberinto de aquellos años y a quienes todavía seguimos apostando por el amor, la paz y la dignidad, también en los presentes tiempos convulsos”.
Crítica
La obra está teniendo una buena crítica y valoración entre los lectores y las lectoras. Entre las críticas realizadas destacamos:Desde Extremadura al País Vasco, reseña del escritor Manuel Pecellín, medalla de Extremadura (2011).Reseña deAntonio Salguero Carvajal, escritor y profesor de Lengua y Literatura Española. Reseña deMoisés Cayetano Rosado, doctor en Geografía e Historia y maestro.Narrar la experiencia obrera y cristiana, de Francisco Vicente Gómez, profesor titular de Literatura de la Universidad de Murcia. Reseña de Berchmans Garrido, responsable de Formación de la HOAC.
Literatura popular
Con la novela, la editorial retoma el género literario y renueva el diseño, tamaño y la maquetación de la colección «Literatura popular», definiendo una nueva estructura de los capítulos y títulos, tipografía e interlineado. La ilustración de la cubierta ha sido diseñada por Pepe Montalvà, de EstudioJa.com, combinando distintos elementos para expresar la diversidad de una obra coral e intergeneracional.
El escritor y miembro de la Real Academia de Extremadura, Manuel Pecellín, subraya que estamos ante una novela “muy trabajada, bien documentada, de prosa ágil y cuidada”, y los distintos personajes “muy bien definidos”. “Una obra muy interesante”, escrita, además, “para un amplio y variado abanico de lectores, a los que no dejará indiferentes”.
Inscripción al acto
Para recibir el enlace que permite la asistencia al acto, envía un correo electrónico a difusion@hoacdecordoba.es
Lo que se relata a continuación es fruto del trabajo de un reducido grupo de personas al que la Comisión Diocesana de Córdoba en 1995 (cuando se acercaba el 50 aniversario de la creación de la HOAC), encargó la tarea de escribir una historia de la HOAC diocesana. A pesar de no ser historiadores, no supimos o no pudimos vencer la inercia (una de tantas), de concebir la historia como cualquiera de las historias al uso que tantas veces hemos leído o estudiado. La historia de los personajes notables embarcados en notables acontecimientos, que hacen cambiar el rumbo del destino de países enteros, es decir, una de esas «grandes y generales historias».
Pero una vez comenzado el trabajo, la realidad (como tantas veces) nos hizo ver con claridad que ésta era, es una historia pequeña, construida por mujeres y hombres pequeños, anónimos, inmersos en una pequeña Iglesia diocesana y en una realidad social y eclesial propia de una pequeña provincia.
Comparada con otras, la historia de la HOAC de Córdoba es una historia de lo pequeño, del David frente a Goliat, de la pequeña semilla que se abre paso en la tierra.
Es una historia que pone de manifiesto o deja entrever otras historias:
La primera es la de la FE, a su vez origen y sentido de las demás. La Fe de unos cuantos hombres y mujeres, no especialmente dotados, hombres y mujeres normales y corrientes, trabajadores y trabajadoras que desde la creencia profunda en un Cristo liberador, lejos de quedarse en la esfera de lo íntimo y privado, es llevado a las fábricas, a los talleres, a las minas, a los campos, a la mar, a las escuelas, a los hospitales…, para que esa Fe, no sea una Fe hablada, sino una Fe encarnada, comprometida en la construcción de la justicia, de la igualdad, de la solidaridad, del amor, todo ello realizado desde una perspectiva, desde un lugar especialmente querido por Dios, su lugar preferencial, el de los pobres que tienen que ganar su pan diario con esfuerzo y sudor en el mundo del trabajo.
La segunda es la de la Iglesia: a través de la propia historia de la HOAC se puede vislumbrar al menos una parte de la historia de la Iglesia cordobesa. Una Iglesia que, a través del Obispo Fray Albino, hace nacer y crecer la HOAC en Córdoba y es quien la envía a realizar su misión en el mundo obrero en unos años (1946) en los que estaba desmembrado, vencido en una guerra civil, y con sus líderes y organizaciones desarticuladas, secuestradas o exiliadas.
Una Iglesia que se movía, como casi todas las realidades de la época, entre la inercia cómoda y adormecedora de un régimen que la apoyaba en sus manifestaciones más cultuales y externas y el profetismo que aguijonea las conciencias y las impulsa a hacer crecer en los ambientes, en el mundo en la sociedad, en la propia Iglesia el espíritu de la verdad y la justicia, el espíritu que quiere hacer posible la llegada del Reino de Dios. Una Iglesia de luces y sombras, de acelerones y frenazos, que todavía hoy sigue enviando a la HOAC, con su novedosa manera de entender las relaciones fe-política, al mundo del trabajo para ser Acción Católica para la pastoral obrera.
La tercera es la del movimiento obrero. Un mundo obrero hundido tras la guerra civil que comienza a resurgir y a reestructurarse en la postguerra. Un mundo obrero que sufre, como nadie, la represión, el miedo y las amenazas, los encarcelamientos, las vicisitudes de la transición democrática y los problemas acuciantes de la actualidad: el paro, las nuevas tecnologías, la búsqueda de una nueva ética, de una cultura de la solidaridad… En todo ese caminar hemos podido constatar la presencia y el compromiso de muchos militantes de la HOAC que, desde su doble fidelidad a Cristo y a la clase obrera, lucharon codo con codo por hacer resurgir el movimiento obrero y con él la dignidad y la esperanza de todo un pueblo en lucha por su liberación.
La cuarta es la de los y las militantes. A través de la historia de la HOAC de Córdoba hemos podido re-vivir algunas de las historias personales de militantes de la HOAC. Personas que han dedicado sus vidas, en todo o en parte, a la tarea de construir un puente entre la Iglesia y el mundo obrero, a llevar el evangelio de Cristo a ese mundo del trabajo y a trasladar sus aspiraciones, temores y esperanzas a la Iglesia para hacerla solidaria con sus luchas. Personas que pusieron en juego:
Una mística y espiritualidad especiales (por las que eran reconocidos).
Una forma personal de comunicación con Dios a través de la oración desde las condiciones de vida y trabajo de su época.
Una ardua tarea de formación encaminada a construir en sí mismas una conciencia cristiana y militante.
Un compromiso, sostenido por los tres elementos anteriores, que les impulsaba a ser Cristos en el mundo obrero y a formar a su vez a militantes obreros-cristianos.
A estas personas en las que, sin duda, están presentes todos los rasgos de santidad, queremos hoy ofrecer nuestra gratitud y felicitación por habernos legado este proyecto y por habernos manifestado en sus vidas que era posible.
De ahí nuestro compromiso no sólo de mantener ese legado sino de acrecentarlo, de manera que la HOAC siga siendo un instrumento válido para la creación de nuevos Cristos que vivan y anuncien su mensaje en respuesta a los problemas del mundo obrero y la sociedad actuales, sin querer nada, sin pedir nada, sin esperar nada, dando todo lo mejor de sí mismos.
Y, en este punto, es donde volvemos a pensar, que esta historia es una gran historia.
A partir de aquí es necesario hacer varias consideraciones:
75 años de historia no se pueden resumir en pocas palabras, por lo que seguro que muchas cosas quedarán en el tintero.
Esta recopilación histórica está inconclusa y representa solo, como indica el título, una aproximación y, debido a las circunstancias expresadas abajo, puede contener errores o ambigüedades por los que de antemano pedimos disculpas.
La mayor parte del archivo de la HOAC de Córdoba se perdió en los traslados de sede por lo que el trabajo, además de enlentecerse, tuvo que centrarse en las declaraciones de las personas protagonistas de esta historia, lo que nos obligó a contrastar permanentemente las opiniones.
Al basarnos en testimonios, es lógico que puedan existir diferentes e incluso encontradas percepciones o valoraciones de situaciones y momentos históricos concretos. Desde aquí asumimos el hecho y solicitamos a todas aquellas personas que puedan establecer algo de luz sobre los acontecimientos narrados en esta historia, que se pongan en contacto con nosotros para ayudarnos a completar el trabajo.
I. NACIMIENTO Y PRIMERA ANDADURA DE LA HOAC DE CÓRDOBA
En el año 1946 el obispo Fray Albino[i] organizó unos ejercicios espirituales abiertos (una especie de misión) en todas las parroquias cordobesas. Estos ejercicios fueron dirigidos por los dominicos con una gran afluencia de fieles. A raíz de ello, D. Juan Font,[ii] que acababa de salir del seminario y estaba interesado por la situación, condiciones y problemática del mundo obrero, reunió a una serie de trabajadores de la RENFE, del Ayuntamiento, de Automovilismo, etc., y formó un grupo que culminó en la creación de la Hermandad de San José Obrero. La presidencia de esta Hermandad recayó en Rafael Posadas, célebre ebanista cordobés, quedando como Consiliario el propio D. Juan Font.
Entonces, se dio la circunstancia, de que llegó a conocimiento de esta Hermandad, el encargo del episcopado español a Guillermo Rovirosa[iii]para que promoviese a nivel nacional un movimiento que, inserto en la Acción Católica se planteara:
Evangelizar o como se decía en aquella época «recristianizar» sectores tradicionalmente olvidados, como eran el pueblo trabajador o la «masa obrera» por utilizar el término entonces en boga.
Y dotar a la Iglesia española de una organización que a corto o medio plazo pudiera convertirse en la base obrera y sindical de posibles partidos democristianos.
En última instancia se pretendía «dar cobertura en un futuro a la formación de dirigentes católicos obreros y no obreros«. Ello, porque era una opinión bastante difundida (a causa del aislamiento y la condena internacional al régimen de Franco, que contribuyó a crear un estado de opinión en el que su caída se percibía con visos de inmediatez), que sólo una intervención armada podría hacer caer la dictadura. Si esto ocurría, la Iglesia debía estar preparada y lo más adaptada posible a esa situación.
Trabado conocimiento, como hemos dicho, por la Hermandad de San José Obrero de este proyecto (La HOAC) que se estaba poniendo en marcha, e interesados en el mismo, dos miembros de esta Hermandad asistieron en Madrid a una reunión que se había convocado a nivel nacional. A su vuelta a Córdoba, informaron a los demás de la identidad del proyecto que se quería poner en marcha. La Hermandad de San José Obrero, dio entonces su conformidad para disolverse y desaparecer como tal e ingresar en la HOAC constituyéndose la HOAC de Córdoba. La primera Comisión Diocesana (CD) quedó compuesta, entre otras, por las siguientes personas:
Consiliario: D. Juan Font del Riego
Presidente: D. Rafael Posadas
Vocales: D. Antonio Cantarero Villar
D. Juan Antonio Rebollo Severo
D. Miguel de la Rosa
D. Luis Montoro
Aproximadamente 5 años después de esta primera CD fue modificada en parte y ampliada quedando así:
Consiliario: D. Juan Font del Riego
Presidente: D. Antonio Cantarero Villar
Vocales: D. Juan Antonio Rebollo Severo
D. Miguel de la Rosa
D. Manuel Figueroa Montoro
D. Francisco Baena
D. Luís Moreno
D. Diego Delgado Martín
D. Miguel Doblas López y algún otro.
En un presupuesto de gastos de la Comisión Diocesana de 1954 figura la composición de la misma, compuesta por presidencia, secretaría, tesorería y cinco vocalías a saber: de estudios, de prensa, de propaganda, de piedad y agraria.[iv]
En estos años se comienzan a constituir Centros parroquiales (Fray Albino, Cañero, Santa Marina, Los Olivos Borrachos, Santiago, Naranjo…) la HOAC contabiliza ya unos 40 o 50 militantes y un buen grupo de simpatizantes que comienzan a asistir a toda una serie de actos.
La CD se reunía con una periodicidad semanal en la calle Armas nº 12 (Junto a la parroquia de San Francisco).
Se emprende la tarea de visitar los pueblos de la provincia con objeto de difundir la Obra (como, en ocasiones, se denominaba a la HOAC).
A finales de los años 40 o primeros de los 50 Guillermo Rovirosa acudió a Córdoba para impartir el primer cursillo nocturno que contó con una masiva asistencia.
Por varios testimonios sabemos que esta fue la primera de una larga serie de visitas que, tanto Guillermo Rovirosa como D. Tomás Malagón,[v] hicieron a Córdoba. En palabras textuales entre ambos se «patearon» Córdoba impartiendo cursillos de la HOAC.
El hecho de que los cursillos fueran nocturnos se debe, según alguno de los entrevistados, a dos razones fundamentales: una, facilitar la asistencia de los trabajadores cuya jornada laboral no permitía otro horario; otra, en fin, eludir la «cercanía» no deseada de autoridades civiles y policía que, en muchas ocasiones, como después podemos comprobar, veían con recelos cuando no con manifiesta preocupación y hostilidad muchas de las actividades y acciones de la HOAC.
El primer curso nocturno impartido por Rovirosa fue el pistoletazo de salida para que la CD se lanzara a impartir toda una serie de cursillos nocturnos por los pueblos, (casi todos los de la provincia); en concreto tenemos constancia de los impartidos en Palma del Río, Aguilar, El Carpio, Torrecampo, Dos Torres, Peñarroya, Monturque, Cabra, Espejo, Priego, Puente Genil, Villanueva del Duque, Montoro, Villafranca, Alcaracejos, Belmez, Hinojosa, Pozoblanco, etc.
A partir de aquí, se empieza a difundir la HOAC y se comienzan a crear los llamados Centros de Trabajo con la presencia e influencia de los militantes de la HOAC. Hubo centros de trabajo o empresa en entidades tan señaladas en Córdoba como la Electromecánica, la Constructora, Sevillana, Carbonell, Porcelana y Baldomero Moreno, entre otras.
Por el año 1950 se realiza en Córdoba, en el colegio del Carmen, el primer cursillo Apostólico que fue impartido por D. Tomás Malagón y Miguel Fernández (antiguo enfermo de lepra).
Este cursillo pretendía esencialmente tres objetivos:
Consolidar la opción por Jesucristo, centro y horizonte de nuestra vida.
Ayudar a obtener una visión panorámica del compromiso cristiano y sus implicaciones: personales, eclesiales, sociales, políticas, etc.
Ayudar a elaborar un proyecto personal de vida militante en coherencia con los dos aspectos anteriores.
Entre los asistentes destacan D. Pedro Pascual presidente de Cáritas en Córdoba y el Padre Carlos, Consiliario de las Hermandades del Trabajo.
Con posterioridad hay otro cursillo apostólico en la casa de Espiritualidad San Antonio impartido por Guillermo Rovirosa y D. Tomás Malagón al que asiste la CD en pleno y algunos de los consiliarios de la HOAC entre los que figuran: D. Antonio Navarro, D. José Ramírez, D. Valeriano Orden Palomino, D. Bartolomé, D. Juan Moreno, D. Domingo García, etc. Hay constancia también de que el obispo Fray Albino realiza el cursillo Apostólico de la HOAC.
Se da un tercer cursillo apostólico impartido por D. Tomás Malagón y Diego Delgado.
Desde ese momento se crea un grupo que se prepara especialmente para dar cursillos.
Entre los sacerdotes están: Bartolomé Blanco, Domingo García Ramírez, Paulino Ortiz Molina, José Ramírez, etc. A estos cursillos asistieron en aquella época más de 80 sacerdotes.
Entre los seglares están: Diego Delgado, Juan Antonio Rebollo, Manuel Figueroa, Antonio Cantarero, etc. y entre las mujeres Lola Castilla y Mª Paz Millán.
De tal manera fructifican estos equipos que se afirma que Córdoba es la diócesis de España en la que más cursillos apostólicos se imparten. Se celebran cursillos por toda la provincia, prácticamente un cursillo por mes hasta un número aproximado a 30.
Además, se dieron en: Alcalá de Guadaira, Sanlúcar la Mayor, San Juan de Aznalfarache, Sevilla, Granada, Osuna, Linares (a peritos de la empresa Santana), La Yedra, Jaén…, y Diego Delgado también los impartió en Zaragoza, Madrid, Reus y Valencia.
Los cursillos iban dirigidos a fomentar la conciencia de trabajadores, estudiantes, simpatizantes y personas del entorno de los militantes, gentes de parroquia enviadas por sacerdotes, influenciados a su vez por D. Juan Font.
Los cursillos fueron la fuente de donde se nutrieron todos los Centros HOAC de la provincia de Córdoba. Conocemos la existencia de Centros HOAC en: Peñarroya, Castro del Río, Puente Genil, Espejo, Alcaracejos, Cabra, Priego, Villafranca, Monturque, Belmez, Hinojosa, Baena, Pozoblanco, etc.
Mención especial merece la realización de un cursillo de iniciación a la HOAC celebrado en Cádiz, dirigido por Manuel Figueroa y Diego Delgado. Como resultado de este cursillo se inicia y constituye la HOAC de Cádiz y se establece la CD de Cádiz.
Los miembros de la CD, periódicamente, visitaban todos los Centros de la provincia para ver cómo iba la marcha de la HOAC en los diferentes sitios, intercambiar información y, al mismo tiempo aprovechaban para impartir charlas y llevar a cabo actos públicos.
Toda esta actividad se realizaba después del trabajo diario, ya que los miembros de la CD no estaban liberados, lo que suponía regresar a altas horas de la madrugada con el agravante de tener que volver (en muchos casos muy temprano) al día siguiente al trabajo.
Notas:
[i]Albino González y Menéndez-Reigada, más conocido como Fray Albino. Religioso nacido en Cangas de Narcea (Asturias) en 1881 y fallecido en Córdoba en 1958. Entre 1946 y 1958 fue Obispo de Córdoba.
En esos doce años, destacó por la labor social realizada en toda la provincia. A su llegada a Córdoba, queda impresionado por la multitud de miserables chozas que, junto a las murallas del Guadalquivir, daban refugio a otras tantas familias. Para paliar esta inhumana situación agravada por las inundaciones del Guadalquivir en 1947 funda la Asociación Benéfica La Sagrada Familia que en años sucesivos llegó a construir 4.800 viviendas tanto en el Campo de la Verdad como en el barrio de Cañero. Siendo su mano derecha en la ejecución de tan magna obra el sacerdote Juan Font de Riego.
La labor social de fray Albino se plasmó también en la fundación del patronato de San Alberto Magno con 203 escuelas, el de Nuestra Señora de la Fuensanta, el San Eulogio, el Patronato Social Obrero con diversas escuelas.
Bajo su pontificado intentó sanar las muchas heridas abiertas por la desigualdad social, en el campo de la injusticia social, el hambre, la misería, la falta de viviendas y educación generadas por la Guerra Civil. Creó 91 parroquias, construyendo nuevos templos o reparado 16 iglesias en la Capital y 55 en el resto de la provincia. Fundó el Seminario Menor de Nuestra Señora de los Ángeles en Hornachuelos y acondicionó el Seminario Mayor de San Pelagio.
[ii]Juan Manuel Font del Riegonace en Córdoba el 19 de mayo de 1902. Fue sacerdote de vocación tardía, tras ejercer como ingeniero industrial.
Se distinguió por ser persona muy activa y dedicada a los más humildes, atendiendo al desarrollo del pueblo de Córdoba en diversas facetas: educativa, formativa, social y espiritual.
Junto a la construcción de las referidas viviendas sociales Font fue motor de organizaciones, entre las que destacan: la implantación de la Hermandad Obrera de Acción Católica HOAC, formando a un grupo de sacerdotes para que se vincularan al mundo de los trabajadores; la creación del Patronato de San Alberto Magno para dar escolaridad a niños y niñas en Córdoba y su provincia, llegando al número de doscientas; el Patronato de San Eulogio; la empresa Tipografía Católica, sociedad en régimen de Cooperativa; el Patronato de la Fuensanta para acoger a huérfanos; el Colegio del Sagrado Corazón; Tribunal Tutelar de Menores; el Colegio del Niño Jesús y varias otras obras de menor rango…
Murió el 9 de mayo de 1980 pobre y humilde en el más estricto anonimato.
[iii]Guillermo Rovirosa Albet nace en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) el 4 de agosto de 1897. Pierde a su padre, José, a la edad de 9 años y a su madre, Ana María, cumplidos los 18. Terminado el bachillerato realiza estudios de ingeniería industrial, especializándose en Dirección de Industrias Eléctricas y de Mecánica Aplicada. A los 25 años se casa con Catalina Canals Riera. Ejerce su profesión en Barcelona y en 1929 se traslada con su esposa a trabajar a París…
A los 18 años ha abandonado la fe cristiana, (…) reafirmándose en que sólo en la ciencia se halla con certeza la verdad que el hombre puede comprender.
Un suceso marcará su vida. En mayo de 1932 pasa casualmente por delante de la Parroquia de San José, donde el Cardenal de París, Monseñor Verdier, está predicando… Y comienza desde ese momento un proceso de búsqueda de la verdad de Jesús que le llevará a conocerlo y admirarlo como figura histórica. En El Escorial conocerá al agustino padre Fariña que le ayudará a aceptar a Jesús no sólo como hombre sino como Dios y redentor.
Comienza aquí una etapa de vivencia cristiana apasionada, caracterizada por la austeridad, la exigencia de perfección y la entrega apostólica. Se queda a trabajar en Madrid y (…) allí le sorprende la guerra civil; es nombrado presidente del Comité Obrero de su empresa. Organiza una “capilla clandestina” en su casa, donde diariamente se celebra misa. En los sótanos de su vivienda se halla la biblioteca de la institución de los jesuitas “Fomento Social”. Esto le pondrá en contacto con la Doctrina Social de la Iglesia… Terminada la guerra, bajo la acusación de haber sido presidente del Comité Obrero de su empresa, es condenado a seis años de cárcel. Sólo cumplirá uno y parte de éste saliendo a trabajar…
En mayo de 1946 la Junta de Metropolitanos de España acordó la fundación de la Hermandad Obrera de Acción Católica… y se encarga a Rovirosa la tarea de organizar y poner en marcha la HOAC… Desde ese momento, lleno de gozo, se entregará por entero al apostolado en el mundo del trabajo viviendo como un obrero pobre.
Su gran obra, la HOAC, crece y se extiende. Diseña planes y métodos de formación: cursillos nocturnos, semanas de estudio, “Plan Cíclico” de formación cristiana, grupos obreros de estudios sociales (GOES), partiendo de la realidad vivida, analizándola con la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia, volviendo a ella para transformarla según el proyecto de Dios… Se hace presente en todas las diócesis, con su palabra directa, incisiva, evangélica, transmisora de una experiencia vital que contagia. Su conocimiento bíblico y teológico es serio y su espiritualidad muy honda…
En un accidente de tranvía pierde el pie izquierdo; supone para él una experiencia de dolor físico y de limitación que evoca y le une a la cruz de Jesús…
Obras escritas (“Cooperatismo integral”, “Dimas”, “Judas”, “La virtud de escuchar”, “Fenerismo”, “Terciarios”, “¿De quién es la empresa?…).
Tan sólo unos días después de la presentación de este libro sufre una embolia cerebral en su casa de Madrid y el 27 de febrero 1964 fallece en el Hospital Clínico madrileño. (https://www.hoac.es/quienes-somos/guillermo-rovirosa/)
[iv] Apuntes para una historia de la HOAC en la diócesis de Córdoba pág. 23. Antonio Navarro Sánchez
[v]Tomás Malagón Almodóvar Nació en 1917 en Valenzuela de Calatrava (Ciudad Real), en el seno de una familia rural y católica. A los 12 años ingresa en el seminario de Ciudad Real y con 19 años había terminado la filosofía. Cuando estalla la Guerra Civil es movilizado por el ejército republicano y destinado al frente de las Alpujarras (Granada)… En el frente tiene una serie de experiencias que van a marcar el resto de su vida… ¿Por qué existe esta separación tan radical entre militancia obrera y fe cristiana? Esta idea no le abandonará ya y va a orientar buena parte de su labor teológica y pastoral…
En 1953 tras la muerte del primer consiliario de HOAC, D. Eugenio Merino, Guillermo Rovirosa le propone hacerse cargo de la consiliaría general de la HOAC, cosa que rehúsa en un principio, pero que luego le hace modificar dicha decisión y continuará siendo consiliario hasta 1964 volcándose sobre todo en la elaboración y reestructuración de los planes de formación y cursillos. En sus últimos años interviene en la gestación y desarrollo de la Editorial ZYX, promovida por militantes de la HOAC.
La amistad y trabajo conjunto con Rovirosa lo marcó profundamente de tal modo que sería difícil entender a Malagón y su obra sin considerar lo que Rovirosa, los militantes y la misión hoacista significó para él.
Como teólogo su pensamiento siempre partía de la necesidad de diálogo entre fe y cultura, y buena parte de sus desarrollos y elaboraciones teológicas intentan responder a los problemas que la asimilación y vivencia de la fe suponían para el mundo obrero y la cultura del momento.
Su andadura no estuvo exenta de momentos de dolor y amargura… Unas veces las incomprensiones vinieron de la jerarquía eclesiástica, otras veces de sus amigos, de grupos y sectores cuya militancia cristiana él había despertado y promovido. En 1964 es apartado de la Consiliaría General por considerarlo temporalista marxista y desviado teológico, a pesar de llevar 20 años trabajando en la línea que el Concilio Vaticano II va a legitimar y promover… Luego en el período postconciliar, muchos lo acusaron de conservador y pietista, por insistir en las señas de identidad cristiana en un momento en el que el afán de identidad con las realidades del mundo hacía que quedaran difusos los fundamentos de la fe. Con humildad aceptó esta cruz, sin parar de trabajar por la promoción de laicado obrero y en otros campos del apostolado seglar. Promueve también la experiencia pedagógica, colabora con al FRATER y el Movimiento Cultural Cristiano, participa en numerosas revistas, publicaciones, elabora e imparte cursos y conferencias por toda España a sacerdotes, religiosos y religiosas.
El 27 de febrero de 1984, después de un día de convivencia con la comisión permanente de la HOAC y, como consecuencia de un infarto, muere en la casa de los consiliarios de Madrid. (https://www.fundacionrovirosaymalagon.es/biografias/tomas-malagon/)