“TRABAJO DECENTE: DERECHO, NO PRIVILEGIO”

Bajo este lema, Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) realizará el viernes día 10 de octubre a las 19 horas un acto público en la plaza de las Tendillas de Córdoba y, posteriormente, una marcha hasta la parroquia de San Nicolás de la Villa en la que a las 20 horas se celebrará una Eucaristía presidida por nuestro obispo Mons. Jesús Fernández González.

Un año más, la HOAC y diversas entidades eclesiales que formamos la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente de la diócesis de Córdoba: parroquias con sus Equipos Parroquiales de Pastoral Obrera (EPPO), movimientos apostólicos: ACO, JOC, Hermandades del Trabajo y otras organizaciones eclesiales como Manos Unidas, CONFER, Cáritas, las fundaciones Don Bosco y Prolibertas, la Delegación Diocesana de Migraciones y los secretariados diocesanos para el Cuidado de la Creación y para la Pastoral del Trabajo  nos unimos, desde nuestra fe en Jesucristo y nuestro ser Iglesia, a la iniciativa ITD de la Iglesia española en la celebración del 7 de octubre, Jornada Mundial por el Trabajo Decente.

La experiencia de años anteriores nos confirma la importancia y la necesidad, no solo de visibilizar este día y ofrecerlo al Señor, sino también de seguir trabajando y reforzando la coordinación de esta iniciativa ITD en nuestra diócesis, comprometida en la tarea de que el derecho al Trabajo Decente forme parte de las agendas políticas, sociales y eclesiales de nuestra tierra cordobesa. 

Además, en torno al 7 de octubre, ITD nos propone este año, al igual que en las demás diócesis españolas, llevar a cabo un gesto simbólico a través de las redes sociales y de nuestras ventanas y balcones bajo el lema: “Nos pringamos las manos por el Trabajo Decente”.

A estos actos invitamos a todas las personas preocupadas por conseguir que el trabajo sea decente, seguro y con derechos.

Como expresó Benedicto XVI en la encíclica Caritas in Veritate, el trabajo decente expresa la dignidad de toda persona, es libremente elegido, contribuye al desarrollo comunitario, garantiza el respeto sin discriminación, sostiene a las familias y asegura condiciones justas en la jubilación.

Sin embargo, comprobamos como en la práctica esto no es lo que viven día a día muchas personas jóvenes, mujeres, familias con menores a cargo y migrantes. Todos ellos se enfrentan a mayores riesgos de pobreza y exclusión social, incluso teniendo empleo.

En este año del Jubileo de la Esperanza, ponemos el foco en una de las situaciones más graves: la de las personas trabajadoras migrantes. Su trabajo sigue marcado por la precariedad y el escaso reconocimiento social.

Recordemos las palabras del papa Francisco en la convocatoria del Jubileo 2025, cuando llamó a mantener viva la esperanza: «Una esperanza activa, que no se resigna ni abandona, sino que se organiza, denuncia y construye alternativas«.

ITD demanda «un trabajo que dignifique, que integre, que permita cuidarnos como hermanos y hermanas, y que permita sostener la vida con esperanza. Reclamamos justicia. Reclamamos humanidad. El trabajo decente es un derecho, no es un privilegio».

HOAC de Córdoba

A Manolo Varo, compañero de fe y de compromiso por la justicia

La Hermandad Obrera de Acción Católica lamenta profundamente la muerte de Manolo Varo, sacerdote, consiliario de ACO y JOC, cura obrero y compañero de fe y de vida.

Manolo fue un cura sencillo y cercano, un hombre del pueblo que vivió su vocación en medio de la gente trabajadora, compartiendo con ellas y ellos la vida, las dificultades, la esperanza y la fe.

Fue un cura obrero comprometido con la justicia, con la dignidad de las personas trabajadoras y con las causas de quienes más sufren. En su vida se unieron la oración y la acción, la fe y la lucha. Desde su barrio, caminó siempre al lado de sus vecinas y vecinos, acompañando sus luchas, compartiendo sus alegrías y alzando la voz cuando era necesario.

Su palabra fue muchas veces profética, denunciando la injusticia y anunciando un mundo más humano, más fraterno y más solidario. En él vimos reflejado el rostro de una Iglesia encarnada, pobre y servidora, comprometida con la vida y la esperanza del pueblo.

Damos gracias a Dios por su testimonio y por su ejemplo de entrega sencilla y valiente. Sentimos su partida, pero sabemos que su vida sigue dando fruto en quienes continúan creyendo, como él, que otro mundo es posible si lo construimos con amor, justicia y fraternidad.            

Nos unimos al dolor y a la esperanza de los movimientos hermanos ACO y JOC y de toda la pastoral del trabajo.

Que descanse en la paz del Señor, el Dios de las personas sencillas, de las trabajadoras y de los pueblos que luchan por vivir con dignidad.

Hermandad Obrera de Acción Católica.