JORNADA MUNDIAL POR EL TRABAJO DECENTE

“Nos movemos por el trabajo decente”

Un año más, desde 2014 en el que comenzó su andadura, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), que reúne en Córdoba a realidades eclesiales como el Secretariado Diocesano de Pastoral del Trabajo, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), la Juventud Obrera Cristiana (JOC), Hermandades del Trabajo, la Acción Católica Obrera (ACO), Cáritas, Manos Unidas, la Confederación Española de religios@s (Confer),  la Delegación Diocesana de Migraciones y la adhesión de un nutrido grupo de parroquias, convoca en Córdoba el día 7 de octubre los actos para la conmemoración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente:

  • 19:00 h. Eucaristía en la parroquia Santas Margaritas.
  • 20:00 h. Marcha por el trabajo decente desde la plaza de las Tres Culturas hasta la glorieta Llanos del Pretorio.

Es una Jornada para defender el trabajo decente en el templo y en la calle y reivindicar un empleo que proporcione las condiciones necesarias de vida para que sea digna, plena y humana, como Dios quiere.

Reclamar trabajo decente no es pedir «la luna». Más bien implica cuestiones básicas y justas: salarios justos, empleos seguros y en libertad (incluida la sindical), estabilidad laboral que alumbre otra estabilidad: la vital. Un trabajo que permita «ganarse la vida», en lugar de exprimirla perdiéndola en la supervivencia del día a día.

Sin embargo, la sociedad de mercado en la que vivimos se basa justo en el principio contrario al del trabajo decente. Prima el beneficio económico por encima del social y enaltece la competitividad, entendida como competición individual por conseguir un trabajo escaso. Potencia el Individualismo, el egoísmo, frente a la fraternidad y la solidaridad. Pero, sobre todo, convierte un problema colectivo en individual, haciéndolo invisible en la sociedad. Algo contrario a los valores evangélicos.

Este año, la COVID-19 nos devuelve una imagen amplificada de esta forma de organizar la sociedad que impide el trabajo decente. Así, se dan fenómenos como…

  • Junto a sanidad y fuerzas de seguridad, los trabajos más expuestos son los más precarios.
  • La protección estatal vía ERTES no llega al empleo temporal, precariado, etc.
  • Las prisas por recuperar la actividad económica producen que rebrote la pandemia. Resultado de colocar el beneficio económico por encima de algo esencial: la salud de la población.

Ante esta situación, como cristianas y cristianos inmersos en el mundo del trabajo, hacemos nuestro lo que proclama la Iglesia en el documento La Pastoral Obrera de toda la Iglesia: «hoy, la solución de los problemas del mundo del trabajo (…) no pasa sólo por el crecimiento económico y la creación de empleo (…) Al mismo tiempo debemos prestar una atención especial para que el modelo de producción permita vivir y cultivar la vida personal, familiar, cultural, social y religiosa que son imprescindibles para que el Hombre (la Persona) pueda desarrollarse como hijo (hija) de Dios y la sociedad pueda construirse sobre los cimientos de la justicia y la libertad”

Por todo ello, la HOAC de Córdoba te invita a sumarte a esta Jornada, y a mantenerla viva, más allá del 7 de octubre, hasta que no sea ya necesaria su celebración.

HOAC DE CÓRDOBA

Concentración de la HOAC de Córdoba ante la muerte de tres trabajadores

La HOAC de Córdoba vuelve a concentrarse en solidaridad, denuncia y oración por todas las muertes acaecidas en Córdoba. La Siniestralidad Laboral sigue matándonos. La HOAC sigue alzando la voz contra esta injusticia.

En esta ocasión nos concentraremos el próximo viernes, 18 de septiembre, a las 20:30 h. En el Bulevar del Gran Capitán (Junto a la Parroquia de San Nicolás)

En ella daremos lectura a la siguiente reflexión:

La siniestralidad laboral o el arte de volver la espalda a la tragedia

               Todos los años, cuando agoniza el verano La HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) se concentra por las muertes ocurridas en accidente laboral en este tiempo de estío. Este año, a causa del confinamiento, el período abarca desde marzo. Desde ese tiempo han ocurrido en nuestra provincia o protagonizados por personas de nuestra provincia, tres accidentes con resultado de muerte:

  • El 25 de marzo falleció el médico de 63 años Manuel Barragán como consecuencia del contagio del COVID-19 (que, seguramente, ni siquiera constará como siniestro laboral).
  • El 24 de agosto murió Daniel González Rivas, un joven de 30 años vecino de Puente Genil, cuando trabajaba en la perforación de un pozo agrícola en el municipio sevillano de Pedrera. Al parecer, el siniestro se pudo deber a una bolsa de gas o de aire contaminado.
  • El 9 de septiembre perdía la vida Roland Irías, un trabajador hondureño de 45 años afincado en Cabra, según las primeras informaciones al “caer del tejado de una nave industrial”. Sin embargo, otras fuentes apuntan ahora a un atrapamiento por una máquina.

               La realidad, tozuda realidad, es que cuando se produce una tragedia y no se aprende de ella y no se toman las medidas adecuadas, la tragedia se repite.  En España, el año pasado se repitió 695 veces y en Andalucía 121. Por eso a los fallecidos en el trabajo se les llama “los muertos olvidados”. Generan pocos titulares, no interesan, son muertos “de segunda”.

               ¿Por qué? La respuesta la podemos encontrar en el sistema económico que impera en nuestra sociedad marcado por unos valores extremadamente materialistas, en donde el objetivo prioritario y fundamental lo representa el dinero, la rentabilidad económica, el beneficio a costa de lo que sea, incluso de la vida de las y los trabajadores.

               Constatamos como aumenta la inversión en nuevas tecnologías para elevar la producción, mientras que la estabilidad en el empleo, el salario y la formación en prevención de riesgos laborales se entienden como costes insoportables que hay que reducir para incrementar el beneficio.

               La siniestralidad laboral es el termómetro del sistema productivo. Si la siniestralidad sube, desciende el trabajo decente. Hemos de invertir los valores. Lo primero y fundamental es la persona, no el dinero. Si volvemos la espalda a la siniestralidad, le estamos volviendo la espalda a más de 600 mil familias que sufrieron con un miembro de baja, debido a un accidente laboral. La alta siniestralidad laboral continúa siendo el gran problema sin resolver en el mundo laboral.

               Por nuestra parte, seguimos insistiendo en la necesidad de una actuación conjunta y coordinada de las administraciones públicas, inspección de trabajo, centrales sindicales y organizaciones empresariales con el objetivo de erradicar la alta siniestralidad laboral mediante mejores condiciones de trabajo que lleven consigo una mayor seguridad y salud laboral.            

               Como cristianos insertos en el mundo obrero, subrayamos las palabras del Papa Francisco, “… Una vez más dirijo un apremiante llamamiento para que no prevalezca la lógica del provecho, sino la de la solidaridad y la justicia. ¡En el centro de toda cuestión, también la laboral, haya que colocar siempre a la persona y su dignidad! ¡Con el trabajo no se juega! (Roma, 3 de septiembre de 2014).

Por eso seguiremos reivindicando que el trabajo es para la vida. ¡Ni una muerte más!

¡Te esperamos!

Día de la HOAC 2020 POLÍTICA Y POLÍTICAS PARA UN TRABAJO DIGNO

En el marco de la campaña «Trabajo digno para una sociedad decente», este Día de la HOAC del 2020 queremos ahondar en cómo esta racionalidad política dominante ha afectado en la precarización y empobrecimiento de las y los trabajadoras; cómo ha contribuido a limitar el sentido del trabajo humano y de qué modo ha minado la identidad social y política de la persona trabajadora.

Y, desde la conciencia de que necesitamos una cultura política que afronte un doble desafío: por un lado, recuperar una comprensión y vivencia de la política como algo propio del ser humano y, por otro lado, recuperar la capacidad de decisión sobre los problemas que nos afectan a la sociedad, porque esta capacidad ha sido secuestrada por los poderes económicos.

Se impone una propuesta liberadora de recomposición del trabajo, en línea con la esperanza cristiana y con las orientaciones de la DSI que se proponga:

1. Romper con la idea de que no hay alternativa posible al actual mercado.

2.Trabajar por un cambio socio-cultural que genere nuevas formas de economía plural y solidaria.

3. Subordinar la economía a la democracia, como en el COVID-19, subordinando el sistema productivo a la preservación de la vida.

4. Reorganizar el trabajo para que sea menos individual y más social. Hacer posible: recuperar los derechos adquiridos. Crear puestos de trabajo. Regularizar el trabajo negro y atípico. Reducir el horario de trabajo. Igualdad de salario entre hombres y mujeres. Impedir la evasión fiscal y especulativa. Instaurar la Renta Social Mínima y la formación continua remunerada.

Ver artículo Día de la HOAC

Saludo del Presidente Diocesano
Reflexión del Consiliario Diocesano
Reflexión de Paco Porcar sobre el cuaderno del Día de la HOAC 2020
Montaje Día de la HOAC 2019

Día de la HOAC 2020 Después de vencer al COVID19 luchemos por el TRABAJO DIGNO

Vivimos unos momentos difíciles. No habíamos terminado de salir de la crisis económica cuando nos hemos topado de bruces con una crisis vital. Ya no es la economía la que está en peligro, es nuestra propia vida. Esta nueva situación nos lleva a replantearnos gran parte de nuestra vida individual, familiar y social-comunitaria y, como no, también a reflexionar sobre el trabajo desde nuevas perspectivas.

Es de suma importancia tener muy presente que la pobreza no es un infortunio aleatorio, que nada tiene que ver con nosotros. La pobreza de muchos no es sino la consecuencia de la riqueza de algunos. Y ya sabemos que, en la mayoría de las ocasiones, la pobreza sobreviene como resultado de la ausencia de empleo o de las malas condiciones de este.

La salida de la pasada crisis económica que favoreció la precarización y el empobrecimiento de los trabajadores y las sucesivas reformas que convirtieron el trabajo precario y temporal en la norma y no en la excepción, son la base de la aparición de trabajadores pobres (más de dos millones y medio), condenados a vivir para trabajar y no a trabajar para vivir. Un trabajo empobrecido y precario, conduce a una vida personal, familiar y social empobrecida y precaria.

Hay que derribar la concepción de que el trabajo es solo un medio de sustento. En estos días de confinamiento, hemos podido comprobar como el trabajo es fundamental para la vida, siempre lo ha sido, es una referencia individual y colectiva, un factor de identidad.

Por eso, la recuperación del trabajo y de un trabajo digno, es la condición inexcusable para recuperar el control sobre la propia vida y sobre el devenir social. Ya no se trata de cuidar la economía para que la persona viva. Se trata de cuidar a la persona para posibilitar una economía que esté al servicio de todos.

La HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), como Iglesia inmersa en el mundo del trabajo, no se olvida de su cuna. Ahora más que nunca, se reafirma en su misión de acompañar en la precariedad, ser cauce para un cambio de mentalidad de personas, colectivos e instituciones y poner en marcha experiencias alternativas más justas de vida.

Por eso se impone una propuesta liberadora de recomposición del trabajo, en línea con la esperanza cristiana y con las orientaciones de la DSI que se proponga:

  1. Romper con la idea de que no hay alternativa posible al actual mercado.
  2. Trabajar por un cambio socio-cultural que genere nuevas formas de economía plural y solidaria.
  3. Subordinar la economía a la democracia, como en el COVID-19, subordinando el sistema productivo a la preservación de la vida. Si no sacrificamos la ganancia en aras de la vida, podemos caer en sacrificar la vida en aras de la ganancia.
  4. Reorganizar el trabajo. Hacerlo menos individual y más social. Hacer posible:
  5. Recuperar los derechos adquiridos
  6. Ampliar la base ocupacional con la creación masiva de puestos de trabajo.
  7. Regularizar el trabajo negro y atípico.
  8. Reducir el horario de trabajo que permite el aumento de la productividad.
  9. Implantar la igualdad de salario.
  10. Impedir la evasión fiscal y especulativa.
  11. Instaurar la Renta Social Mínima y la formación continua remunerada.

Necesitamos una transformación radical de la economía como si estuviéramos en permanente situación de coronavirus, poniendo el beneficio económico al servicio de la protección de la vida.

Como ya recordaba San Ambrosio en el siglo IV, “es un homicidio negar a un hombre el salario que le es necesario para su vida”.

La HOAC de Córdoba ante la enfermedad y la muerte en el trabajo

El 28 de abril (Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el trabajo) es el día en que la OIT (Organización Internacional del Trabajo), bajo el lema «La Seguridad y Salud en el Trabajo, Detengamos la Pandemia». denuncia una situación que acaba con la salud y la vida de millones de personas.

La HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) de Córdoba hemos elaborado un artículo (se puede descargar abajo) donde nos unimos a esa denuncia y queremos recordar a la sociedad cordobesa un problema que no se ve: la siniestralidad laboral.

La situación excepcional que estamos viviendo por la pandemia, ha dejado al margen situaciones sangrantes como la enfermedad y la muerte en el trabajo. En concreto, en 2019 en la provincia de Córdoba ocurrieron 9.568 accidentes laborales, 12 de ellos mortales.

Los accidentes de trabajo cargan cuatro tragedias sobre la familia obrera: muerte, incapacidad, desamparo y pobreza. Por eso decimos que esta economía mata.

La Siniestralidad Laboral, un virus ¿sin vacuna?

ASAMBLEA DE LA HOAC DE CÓRDOBA

El pasado domingo 16 de febrero, la HOAC de Córdoba, celebró su asamblea diocesana en la localidad de Baena (centro interparroquial San José).

El punto central de esta asamblea ha sido la reflexión y diálogo sobre cómo seguir avanzando y mejorando en nuestro compromiso personal y comunitario, para que nos ayude en nuestra misión de evangelizar el mundo obrero. Esta reflexión nos debe llevar a comprometernos aún más en las situaciones y realidades que están viviendo hoy las personas más precarias y empobrecidas del mundo del trabajo.

 También pusimos en común el presupuesto para el año 2020 y el balance económico correspondiente a 2019 como expresión de la vivencia de la comunión de bienes en la HOAC.

 Por último, hemos dialogado y aprobado un modelo de celebración del Día de la HOAC, un día importante para visibilizar una Iglesia encarnada en las periferias, denunciar las injusticias que sufren los trabajadores y trabajadoras, compartir nuestra vida y celebrar la fe junto con nuestros familiares, amigas, amigos y simpatizantes.

Antes de la comida compartida, signo de austeridad y de la vida de comunión que vivimos, celebramos la eucaristía sintiéndonos unidos al resto de la Iglesia española que culminaba en esos momentos el Congreso Nacional de Laicos.

El trabajo decente no es un cuento

Iglesia por el trabajo decente

Por cuarto año consecutivo, las organizaciones cristianas que promovemos la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), nos sumamos a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente del 7 de octubre.

Durante este mes, se están celebrando por todo el Estado, multitud de actos públicos de protesta y solidaridad, vigilias, eucaristías y muchas más actividades, con el objetivo de sensibilizar y visibilizar la importancia de extender en la sociedad y en la propia Iglesia, la defensa por el trabajo decente.

En Córdoba, estamos convocados, convocadas, el próximo 4 de octubre, en la parroquia de Ntrª Srª de Linares. Comenzaremos a las 19:30 horas con una Eucaristía, para finalizar a las 20:30 horas con un gesto público.

Las organizaciones que convocamos somos:

Secretariado diocesano de Pastoral del Trabajo, Cáritas, Confer, HOAC, Justicia y Paz, JEC, JOC, Manos Unidas, ACO, Hermandades del Trabajo y Delegación Diocesana de migraciones.

Ya sabes #NoEsUnCuento.

¡Te esperamos!

Tú puedes hacerlo posible

No hay trabajo digno sin una sociedad decente. No es posible una sociedad decente si el trabajo no es digno. La HOAC lleva varios años enviando este mensaje a los cuatro vientos. Sólo desde la dignidad de la persona que trabaja, podemos construir una sociedad donde la convivencia sea justa, solidaria y «respirable» para todo el mundo… especialmente quien más empobrecida tiene su vida.

Ahora, queremos llamar la atención sobre cuatro claves imprescindibles. La importancia de:

  • Acompañar la vida de las personas.
  • Colaborar a un cambio de mentalidad.
  • Ayudar a un cambio necesario de las instituciones.
  • Apoyar la construcción de experiencias alternativas en la forma de ser y trabajar, colaborando a que sean más visibles.

Por todo esto celebramos el día de la HOAC 2018 con los siguientes actos.

  • Jueves, 10 mayo. 19’00h. Centro Cultura San Hipólito (Bulevar Gran Capitán, Córdoba)
    • Mesa redonda: «La Iglesia y los sindicatos ante el trabajo decente»
      • Vicente Palomares, Sec. Gral. UGT Córdoba
      • Fcº Javier Delmás, Sec. Org. CC.OO. Córdoba
      • Fernando Díaz, Consiliario Gral. HOAC
  • Sábado, 12 mayo. 11’00h. Parroq. S. Francisco (Palma del Río, Córdoba)
    • Eucaristía.
    • Perol de convivencia en la caseta municipal de Palma del Río.

Anímate y recuerda: Tú puedes hacerlo posible.