Por el aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa y Tomás Malagón
El viernes 26 de febrero a las 19 horas, presidida por el Obispo de Córdoba Mons. Demetrio Fernández, celebraremos en la parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos (La Compañía) la Eucaristía por el 57 aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa, promotor y primer militante de la HOAC y el 37 del Consiliario y teólogo de la HOAC D. Tomás Malagón.
En ella queremos mostrar nuestro agradecimiento por sus vidas entregadas, en respuesta a su experiencia del amor de Dios, al servicio del mundo del trabajo.
Ambos fueron esenciales en el nacimiento y desarrollo de la HOAC como movimiento apostólico de Acción Católica para llevar la buena noticia del evangelio a las periferias del mundo del mundo obrero empobrecido y ambas vidas han sido referencia y modelo para un sinfín de militantes obreros cristianos.
En momentos como este, inmersos en la celebración del 75 aniversario de la creación de la HOAC, queremos manifestar, como diría el mismo Guillermo, que “ahora más que nunca” necesitamos personas en la Iglesia y en el mundo, que como Rovirosa y Malagón sean capaces de acompañar la vida de las personas, de caminar con ellas, de dar a luz otra manera de ser, de sentir, de pensar y de ir construyendo esa sociedad justa, humana y fraterna tan necesaria.
Una buena manera de celebrar su memoria sería comprometernos nosotros y nosotras en la búsqueda del Reino de Dios y su justicia a la que ellos dedicaron sus vidas.
Carmen ha sido siempre una mujer sencilla, humilde, amante esposa y más tarde, viuda pobre. Su vida ha sido siempre una lucha contra la adversidad. Esa a la que tan acostumbrada está la gente obrera.
Carmen Arias
Porque Carmen vivió en un barrio obrero de Córdoba (Fátima), compartió su vida con un obrero y tuvo tres hijos que también viven dentro de las circunstancias del Mundo Obrero más desfavorecido. Es por eso que Carmen, aunque nunca disfrutó de una nómina a cambio de su trabajo, era obrera de los pies a la cabeza.
Podría haber elegido cualquier camino para enfocar su vida. Pudo desviarse por la ruta de la desesperación o de la rabia, quedar presa del conformismo o quizá del resentimiento. Pero entre todas las rutas posibles, emprendió la carretera de la Esperanza.
Esperanza motivada por una Fe inquebrantable en el Dios carpintero de Nazaret. Su amistad con Él le llevó a plantearse la vida como un acto de servicio cotidiano a otras gentes como ella: sencillas, humildes, envejecidas por la dureza de sus vidas… y obreras. Carmen es vivo ejemplo de eso que se puede leer en el Evangelio de Mateo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños.» (Mt 11,25)
Carmen se integró en la vida de su parroquia, y ésta le puso en contacto con esa realidad que sólo puede ver quien se encarna en la pobreza del Mundo del Trabajo. Llevada de su opción: la Esperanza, fue creciendo una actitud de servicio y, sobre todo, de ternura hacia toda persona que necesitara un gesto de apoyo, una sonrisa cálida, o cualquier ayuda moral o material.
Más tarde se cruzó la HOAC en su vida, donde siguió macerando su Fe, ya madura, con la Doctrina Social de la Iglesia, con la opción por la Justicia. Y su Esperanza creció.
En su equipo de HOAC sabían de sus problemas, algunos muy graves. Los compartió en Comunión de Vida. Lloró y también sonrió en los «Ver, Juzgar y Actuar» de las reuniones… Y luchó. Luchó con todas las fuerzas de su legendaria Esperanza, llena de raspaduras, heridas y arañazos, pero madura y alumbradora de otras Esperanzas alrededor suya.
Y así fue viviendo, hasta que esa enfermedad que te roba la identidad empezó a invadir su cerebro. Carmen fue desapareciendo poco a poco dentro de su pensamiento cada vez más confuso y oscuro. Con el paso de los meses, la perdió la HOAC primero y después su parroquia de Fátima. El mal de su cerebro le impidió continuar con su vida. Sin embargo, lo peor fue que también la perdieron todas las ancianas y ancianos del barrio para quienes Carmen suponía un apoyo tan grande.
En su última época ni siquiera recordaba ya quien era ella. Ha sido necesario que partiera hacia el Padre para que pueda recuperar su identidad: la Esperanza.
Querida Carmen Arias. Sabemos que ahora estás al lado de tu amigo el carpintero de Nazaret, seguramente haciendo inventario de tu vida, recuperando tus recuerdos… tu identidad. Aquí quedamos huérfanos de tu persona, pero herederos de tu Esperanza.
Gracias Carmen. Sigues viva en tanta gente que recibió tu ayuda… en tanta gente que compartió tus días.
La HOAC de Córdoba hemos lamentado profundamente la pérdida de Julio Anguita. Hoy nos sentimos unidos en la tristeza y el dolor de familiares, amigos y todas y todos los que, como él, trabajan en favor de la justicia social y de los derechos de las personas más vulnerables, compromiso que la HOAC también compartimos desde nuestra fidelidad al mundo obrero, a Jesús de Nazaret y a su Iglesia.
Coincidimos, con la mayoría de la ciudadanía, en reconocer en la figura de Julio Anguita a un político excepcional por su capacidad para el análisis, la lucidez de sus juicios y su innegable talento generando proyectos políticos para la acción transformadora de la sociedad.
Resaltamos, asimismo, su talla y valía personal conformada por unas convicciones éticas inquebrantables, acompañadas de una permanente actitud de búsqueda de coherencia y honradez que le llevaban a un compromiso con sus ideas, siempre en defensa de las personas más desfavorecidas.
Por todo ello, en la HOAC, nos sentimos en sintonía con su utopía, que conecta con nuestra visión cristiana de lo que Jesús de Nazaret llamo el Reino de Dios y con sus valores y ética personal. Necesitamos muchas personas así en nuestra sociedad y en el mundo de la política.
Los que nos quedamos esperamos estar a la altura. Hasta siempre Julio.
Reproducimos aquí un artículo dedicado a Julio por un militante de la HOAC de Córdoba
Los próximos días 14 y 15 de marzo, la HOAC de Córdoba va a celebrar las jornadas de espiritualidad que suele realizar todos los años en el tiempo de cuaresma previo a la Pascua.
Este año, dirigidas por el seglar y militante de la propia HOAC de Córdoba Miguel Cruz Santiago, van a contar con una introducción sobre la concepción y el sentido de la espiritualidad cristiana y tres ponencias que van a profundizar en las tres virtudes:
Pobreza – comunión de bienes.
Humildad – comunión de vida.
Sacrificio – comunión de acción
Después de cada ponencia habrá espacio para la oración y reflexión personal y comunitaria. A lo largo de las jornadas se celebrarán los sacramentos del perdón y la Eucaristía.
Las personas interesadas se pueden dirigir a organizacion@hoacdecordoba.es
por el 56 aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa
El 26 de
febrero a las 20 horas celebraremos en la parroquia Nuestra Señora de Linares
de Córdoba la Eucaristía por el 56 aniversario del fallecimiento de Guillermo
Rovirosa, promotor y primer militante de la HOAC.
En ella queremos mostrar nuestro agradecimiento por su vida y obra en respuesta a su experiencia del amor de Dios que ha sido modelo para tantos militantes obreros cristianos.
Necesitamos
personas en la Iglesia y en el mundo, que como Rovirosa sean capaces de
acompañar la vida de las personas, de caminar con ellas, de dar a luz otra
manera de ser, de sentir y de pensar y de ir construyendo esa sociedad justa, humana
y fraterna tan necesaria.
Una buena manera de celebrar su memoria sería comprometernos nosotros y nosotras en la búsqueda del Reino de Dios y su justicia a la que él dedicó su vida.
El día tres de noviembre falleció Lola Castilla Ruz, una mujer comprometida con Córdoba en el movimiento ciudadano, con la promoción integral de la mujer y con el mundo obrero. Todo ello, desde su profunda fe en el Cristo de los pobres.
Su vida ha sido un ejemplo de entrega y servicio (de ahí lo de insumergible) a su familia, vecinos, mujeres, al mundo obrero más empobrecido y a la HOAC que la llevó al acompañamiento, al cambio de mentalidad de su entorno, al trabajo duro con y contra las instituciones para que respondieran al propósito para el que habían sido creadas.
Tendremos que aprender a vivir y
luchar sin ti. La Iglesia y el mundo obrero cordobés no volverán a ser lo
mismo.
Durante toda su vida ha trabajado en el diario Córdoba y ha sido el alma sindical, desde CC.OO. y el Comité de Empresa, de ese periódico. Domingo terminó hace pocas semanas su vida laboral. Había pasado a las filas de los jubilados activos de nuestro país, esos que siguen peleando por sus ideales. Los que no tienen tiempo de ir a ver obras. Aquellos que rejuvenecen en la década número seis.
Domingo Rodríguez-Borlado
Domingo ha sido un sindicalista de batalla y, sobre todo, de servicio constante a la clase obrera. Un compromiso que siempre bebió de su fe inquebrantable en un carpintero, nacido hace mucho, en Nazaret. Uno al que crucificaron en Jerusalén por ser coherente con sus ideales, por su lucha por la Justicia y la Igualdad, pesara a quien pesara.
Domingo comenzó su vida militante obrera y cristiana en el Movimiento Junior de A.C., dedicado al mundo infantil. Más tarde se integró en la HOAC, yendo de la Fe a la vida, de la vida al compromiso obrero, y de allí, de nuevo a la Fe… y vuelta a empezar… siempre junto a Juana Mª, su querida esposa.
Domingo siempre ha preferido pasar desapercibido… pero no podía.
No tenía madera de líder… pero estuvo al frente de mil batallas por la dignidad de la clase obrera, por la de todas aquellas personas empobrecidas.
No tenía grandes dotes para la oratoria… pero cuando hablaba era imposible no escucharlo. La fuerza de quien cree en lo que vive sonaba en su garganta.
No era muy guapo… pero en su mirada socarrona se percibía la belleza de la coherencia cotidiana, honda, robusta.
No era de grandes demostraciones de su Fe… pero la destilaba en cada gesto, en cada decisión, en cada momento de su vida.
Ayer, esa vida tan valiosa se le escapó en un regate del corazón. Un corazón que siempre fue muy grande… pero que cuando más lo necesitaba… le falló.
Ayer, Juana Mª, Sara y Belén se encontraron de repente solas… sin su marido, sin su padre. Y toda la HOAC de Córdoba sintió un escalofrío que aún dura.
Desde ayer, Domingo Rodríguez-Borlado vive más que nunca… pero de otra manera. Nosotros, nosotras, hoacistas de Córdoba, nos miramos boquiabiertos, rotos, y no nos reconocemos… Nos falta Domingo… Pero sigue a nuestro lado… Aunque tengamos que acostumbrarnos a votar en nuestras asambleas sin ver su mano alzada.
Domingo, siempre, siempre… seguiremos comprometidos en tu causa… la nuestra.
Hasta mañana en el Altar, compañero.
El viernes 23 de octubre, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) celebró en Cabra una Vigilia de Oración (Iglesia de San Juan de Dios(, por EL TRABAJO DECENTE Y LA ERRADICACIÓN DE LA POBREZA. Con este acto, conmemoramos la Jornada Mundial por el Trabajo Decente (7 de octubre) y el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (17 de octubre).
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Asistimos miembros de las diferentes Parroquias, grupos cristianos y comunidades religiosas de la localidad, así como militantes de la HOAC de otras poblaciones. Tuvimos muy presentes a las personas que sufren la precariedad y el paro, a través de dos testimonios.
Las palabras del Papa Francisco, y algunos textos bíblicos nos ayudaron a reflexionar sobre “los demonios” (paro, pobreza, desigualdad, recorte de los derechos sociales, marginación, ….) del sistema económico vigente y sobre nuestros compromisos personales en la superación de esta lacra.
En definitiva, fue una gran ocasión para renovar nuestro compromiso por la Justicia y el Reino del Padre.