CÍRCULO DE SILENCIO POR LA MUJER TRABAJADORA

El día 27 de marzo, en el templete del Bulevar del Gran Capitán de la capital cordobesa, convocado por la Delegación diocesana y la Mesa de Migraciones y preparado por la Hermandad Obrera de Acción Católica de Córdoba (HOAC), tendrá lugar el círculo de silencio de este mes de marzo en el que estamos celebrando el día de «la mujer trabajadora» y en el año en que la HOAC está desarrollando su campaña bienal “cuidar el trabajo, cuidar la vida”.

En su manifiesto, este movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos denuncia la triple discriminación que viven estas personas en su condición de mujeres, trabajadoras y migrantes.

Así mismo, expresa su solidaridad con la realidad sufriente de su origen y de las condiciones de trabajo precarias e indignas que deben soportar. De igual manera, reconoce su aportación a nuestro bienestar y al de toda la sociedad ya que son un regalo para la vida de muchas personas.

A continuación, se dirige a ellas pidiéndoles, personal e institucionalmente, perdón:

  • Perdón por no trataros ni atenderos como merecéis.
  • Perdón por no saber valorar todo lo que nos estáis aportando.
  • Perdón porque muchas veces se os considera injustamente como usurpadoras de nuestro trabajo.

El manifiesto pone en valor lo que nuestra Iglesia dice en la instrucción «la caridad de Cristo hacia los migrantes«: «La Iglesia ha contemplado siempre en los migrantes la imagen de Cristo que dijo que era forastero y me hospedasteis (Mateo 25, 35).

Por tanto, podemos considerar el actual fenómeno migratorio como un signo de los tiempos muy importante; un desafío a descubrir y a valorar en la construcción de una humanidad renovada y en el anuncio del Evangelio de la paz. María, la madre de Jesús, se puede contemplar también como icono viviente de la mujer migrante. Da a luz a su hijo lejos de su casa, viéndose obligada a huir a Egipto (Lucas 2, 1).”

Por último, afirma que no es posible vivir la vida con dignidad si el trabajo, que es un elemento fundamental de las personas y las condiciones en las que se éste realiza, no son dignas, como Dios quiere e invita a todas y todos a celebrar este acto para compartir de forma solidaria el sufrimiento de las mujeres trabajadoras migrantes e impulsar nuestro compromiso decidido por el reconocimiento de su dignidad.

Os esperamos

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