En el marco de la campaña «Trabajo digno para una sociedad decente», este Día de la HOAC del 2020 queremos ahondar en cómo esta racionalidad política dominante ha afectado en la precarización y empobrecimiento de las y los trabajadoras; cómo ha contribuido a limitar el sentido del trabajo humano y de qué modo ha minado la identidad social y política de la persona trabajadora.
Y, desde la conciencia de que necesitamos una cultura política que afronte un doble desafío: por un lado, recuperar una comprensión y vivencia de la política como algo propio del ser humano y, por otro lado, recuperar la capacidad de decisión sobre los problemas que nos afectan a la sociedad, porque esta capacidad ha sido secuestrada por los poderes económicos.
Se impone una propuesta liberadora de recomposición del trabajo, en línea con la esperanza cristiana y con las orientaciones de la DSI que se proponga:
1. Romper con la idea de que no hay alternativa posible al actual mercado.
2.Trabajar por un cambio socio-cultural que genere nuevas formas de economía plural y solidaria.
3. Subordinar la economía a la democracia, como en el COVID-19, subordinando el sistema productivo a la preservación de la vida.
4. Reorganizar el trabajo para que sea menos individual y más social. Hacer posible: recuperar los derechos adquiridos. Crear puestos de trabajo. Regularizar el trabajo negro y atípico. Reducir el horario de trabajo. Igualdad de salario entre hombres y mujeres. Impedir la evasión fiscal y especulativa. Instaurar la Renta Social Mínima y la formación continua remunerada.