1ºMayo. Eucaristía en el corazón del Mundo del Trabajo

El 1º de mayo es un día clave para la historia –pasada, presente y futura- de liberación del mundo obrero. Para nosotros, trabajadores y trabajadoras cristianos, es “memorial” de Jesucristo muerto y resucitado en la vida compartida y entregada por los hombres y mujeres del trabajo. Vida comprometida para alumbrar un mundo donde el trabajo esté al servicio de la persona y sea liberado de la esclavitud del mercado que solo busca el máximo beneficio y la creciente rentabilidad económica.

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El 1º de mayo, unidos a todos los militantes obreros y a nuestras organizaciones, queremos renovar nuestro compromiso en la lucha y en nuestra vida entregada a devolver el sentido pleno y humanizador del trabajo. Y es que, para el Dios de la Vida, ni el desempleo, ni el empleo precario, ni la pobreza y la exclusión, ni la mengua de derechos sociales, ni una economía donde se ha expulsado al ser humano, ni la injusticia… tienen la última palabra. El 1º de Mayo es celebración de que el Dios de los empobrecidos está a nuestro lado y que la vida de tantas trabajadoras y trabajadores muertos en el campo de honor del trabajo y de la lucha, es acogida y resucitada. Por ello, en este día, la Eucaristía que compartimos para ofrecer a Dios nuestros trabajos, nuestras luchas, nuestras alegrías y nuestras penas… continúa en la calle, codo con codo, con nuestros compañeros de trabajo, de organización obrera… en marcha por la dignidad del ser humano. Un 1º de mayo donde, unidos al Cristo Obrero, queremos seguir ofreciendo nuestra vida y nuestro compromiso a favor de tantos “cristos” obreros que, por todo el mundo, siguen siendo crucificados por el egoísmo y el afán de dinero.

En Córdoba, el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera ha celebrado este día con una ponencia titulada «Por un trabajo que dignifique la Persona», a cargo de Juan Fcº Garrido Jiménez, militante de la HOAC de Córdoba y miembro del Grupo de Trabajo de Formación de la HOAC a nivel general. Posteriormente se celebró la Eucaristía para terminar con un rato de convivencia.

Que cada día sea ese 1º de Mayo en el que alzamos nuestra voz para reivindicar y hacer posible…

¡Un trabajo para la vida!

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